MADRID.- La Renta Agraria de España en términos corrientes se situó el pasado ejercicio en 26.234,5 millones de euros, un 8,4% por debajo de la cifra registrada en 2018 e
inferior también a la de 2017 (29.152,2 millones) y 2016 (27.646,8
millones), aunque superior a las registradas entre 2005 y 2015.
Así se desprende de la segunda estimación de la Renta Agraria difundida hoy por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), que corrige ligeramente al alza el primer cálculo que publicó en diciembre pasado (26.179,6 millones, -8,6%).
El cálculo de la renta agraria -que mide la remuneración de todos los
factores de producción (tierra, capital y trabajo)- en términos
constantes por unidad de trabajo por año (UTA) cayó un 8,6% (un 9,9% en
la primera estimación del MAPA).
La bajada del valor de la renta agraria de 2019 se ha producido en un contexto de bajada del 1,3% del volumen de la producción vegetal y de sus precios (-5,7%), frente al aumento del 1,3% de la producción animal -ganado, carne, lácteos y huevos- y de sus precios (+2,1%).
Entre los productos intermedios utilizados por los
agricultores y ganaderos para su actividad, destaca la subida del valor
de los piensos (+4,7%) y de los fertilizantes y de los
servicios de intermediación financiera (+4,6% en ambos casos), sobre
todo propiciado por el alza de sus precios más que de su consumo.
La Renta Agraria nacional también contabilizó un incremento de
impuestos como el IBI y del valor de las amortizaciones de maquinaria,
edificios y plantaciones agrícolas del 3,1% respecto a 2018.
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