MADRID.- Hay una imagen icónica de la relación entre Juan Carlos I y Corinna Larsen.
Está tomada en el año 2006, en el aeropuerto de Stuttgart (Alemania).
El Rey es recibido con honores y camina por una alfombra roja tras bajar
la escalerilla de un avión del Ejército del Aire. Detrás, muy cerca, la
entonces princesa Zu Sayn-Wittgenstein, como una más de la comitiva
real. En la foto no se aprecia quién pilota el avión, pero hay una
figura en la cabina. Podría ser perfectamente Miguel Ángel Villarroya, que hoy tomará posesión de su cargo como jefe del Estado Mayor de la Defensa, el mandamás del Ejército después del Rey, según relata Vanitatis.
El teniente general tiene una carrera brillante dentro
de las Fuerzas Armadas. Perteneciente a la XXXII promoción de la
Academia General del Aire, donde obtuvo el despacho de teniente del Arma
de Aviación, Escala del Aire, el 14 de julio de 1980, el ascenso a
general de brigada se produjo en 2011 y a general de división en 2014.
Es diplomado de Estado Mayor. Ha realizado un total de 9.500 horas de
vuelo y ha participado en misiones nacionales e internacionales como la
campaña de liberación de Kuwait, la guerra de los Balcanes o la guerra
civil de Ruanda.
Pero si está ocupando un hueco en estas páginas más frívolas es por su especial relación con el rey Juan Carlos.
En julio del año 2000 entró en una de las unidades más prestigiosas y
solicitadas del Ejército, el 45 Grupo de las Fuerzas Aéreas, responsable
del transporte de las altas autoridades del Estado. Según la biografía facilitada por el Ministerio de Defensa, estuvo pilotando el Airbus 310 y el Falcon 900 y fue "piloto personal del rey Juan Carlos I".
Efectivamente,
el catalán fue, durante años, el piloto favorito de Juan Carlos I.
Estuvo trabajando en el 45 Grupo desde aquel verano de 2000 hasta el año
2011, cuando abandonó la unidad ya como su jefe. Once años en los que
vivió de primera mano la época de esplendor de Su Majestad y en los que
tuvo la oportunidad de trabar una buena relación con el Rey hoy
jubilado. En esos años fue quien más veces trasladó al monarca de una punta a otra del mundo, convirtiéndose en su hombre de referencia.
Su discreción y su buena labor al frente del 45 Grupo le granjeó la
confianza total de Su Majestad y de los Gobiernos de Aznar y Zapatero.
En febrero de 2008 Villarroya recibió, en nombre del 45 Grupo, la placa
de honor de la Orden de Isabel la Católica de manos del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
Agenda internacional
Echar un vistazo a la agenda internacional de
don Juan Carlos en aquellos años sirve para percatarse de las horas de
vuelo que hicieron juntos. En el año 2001, por ejemplo, el Rey emérito
hizo una visita a Estados Unidos que incluyó Washington D.C., Dallas,
Jackson, Miami y San Agustín; también estuvo en Polonia, en los Países
Bajos, en Perú y en Colombia. En 2006, el año de la foto con Corinna en
Stuttgart, no solo estuvo en Alemania. También en Vietnam, Tailandia,
Francia, Arabia Saudí, Jordania, Catar, Noruega, Uruguay y Paraguay. Era
una época en la que el papel de la Corona en la diplomacia
internacional era indispensable.
La discreción, por supuesto, es la marca de la casa
de los profesionales que trabajan en el 45 Grupo de las Fuerzas Aéreas.
Ellos son los responsables de transportar casi a diario a las más altas
autoridades del Estado. Para ello, sus cerca de 30 pilotos (además de
mecánicos y demás miembros de la unidad) cuentan con siete aviones: dos
Airbus 310 y cinco Falcon 900. Los Airbus están configurados para
albergar a un máximo de 67 pasajeros, aunque en el
mismo avión en una línea aérea caben 270 personas. Están modificados y
cuentan con varios dormitorios y otras comodidades. Además del
transporte vip, esta unidad también realiza aeroevacuaciones médicas y
traslado de tropas en misiones humanitarias.
El 45 Grupo ha
visitado no menos de 120 países, muchos de ellos llevando a algún
miembro de la familia real en misión diplomática. En agosto de 2009,
durante un vuelo que trasladaba al entonces príncipe Felipe desde Managua a Tegucigalpa
en un Airbus A-310, el 45 Grupo alcanzó las 150.000 horas de vuelo. No
están contadas (o al menos no de forma pública) las que hizo Miguel
Ángel Villarroya con el rey Juan Carlos, pero fueron muchas. Igual que
los secretos que guarda a buen recaudo.
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