BARCELONA.- Con el euríbor todavía en terreno negativo,
varios bancos españoles han ido anunciando en los últimos meses subidas
de comisiones en sus productos más básicos, como la cuenta corriente,
que entrarán en vigor con el cambio de año y que afectarán especialmente
a los clientes no vinculados; es decir a aquellos que no utilizan a la
entidad como su banco de referencia, lo que provoca que sean menos
rentables. Entidades como Banco Santander, BBVA, Banc Sabadell y Bankia son algunas de las que han ido anunciando aumentos de comisiones, según Economía Digital.
Este movimiento, además, llueve sobre mojado en el bolsillo del
usuario de banca, que no solo tiene asumir costes más altos por
productos que hasta ahora se comercializaban con el gancho de la
gratuidad -cuentas corrientes o tarjetas-, sino que tampoco recibe una
retribución por su dinero en cuenta o en el que históricamente ha sido
el producto de ahorro más básico: el depósito.
Durante los últimos meses, la banca ha ido imponiendo una política de 0% de retribución para los depósitos, que no parece que vaya a cambiar en el corto plazo, mientras que el Banco Central Europeo
(BCE) no cambie su política de tipos de interés. De hecho, el debate
durante 2020 va a estar en a quién cobran los bancos por sus depósitos.
Por el momento, las entidades financieras españolas han mantenido que
los particulares están a salvo, pero clientes institucionales y empresas
ya están abonando intereses por los saldos depositados en las entidades
financieras.
El Santander: adiós a la Cuenta 1, 2, 3
Uno de los casos más llamativos de la cuesta de enero lo protagoniza
el Banco Santander, que despide en enero a su producto estrella: la Cuenta 1,2,3.
Lanzada en 2015, este servicio ofrecía una rentabilidad del 3% por un
periodo de tiempo indefinido para los saldos comprendidos entre 3.000 y
15.000 euros, que en enero se queda al 0% para todos los clientes. Uno
de los mayores atractivos del producto era que ofrecía bonificaciones de
entre el 1% y el 3% determinados gastos domiciliados -impuestos, hogar y
seguros o recibos de colegios- hasta un máximo de 110 euros mensuales.
Esta cifra era muy interesante, porque ayudaba a compensar las
comisiones aplicadas.
No es el único producto de Banco Santander que ha cambiado. La entidad también ha revisado su Cuenta Estándar
para particulares, que pasará a cobrar una comisión de mantenimiento de
144 euros anuales a partir del 2 de enero, sin tener en cuenta posibles
ventajas por vinculación.
Este modelo también se impone en la Cuenta Clásica, para el que el banco ha anunciado un aumento del coste de cinco euros cada por trimestre, mientras que la Cuenta Día a Día
añade 9 euros al mes que se convierten en 108 euros anuales. Estas
subidas se aplican a los usuarios que no cumplan con los requisitos: una
nómina que alcance un mínimo de 600 euros -en el caso de las pensiones,
aquellas que superen 300 euros- y realizar al menos seis operaciones
cada tres meses.
Asimismo, en la Cuenta Zero 1,2,3,
las comisiones a partir del 2 de enero subiran cuatro euros, pasando de
los 8 actuales a 12 euros mensuales, esto es, 144 euros anuales en caso
de que un cliente no cumpla con los criterios de gratuidad. En cuanto a
la Cuenta Smart, diseñada para menores de 31 años, Santander no aplicará comisiones pero dejará de bonificar el pago con tarjeta.
Openbank, el banco digital del gigante de la banca
doméstica, también aplicará una tarifa de 5 euros mensuales en concepto
de mantenimiento
Bankia: hasta 168 euros para clientes no vinculados
Una de las ventajas que Bankia ofrecía a sus clientes era la ausencia
de comisiones para los particulares que tuvieran domiciliada su pensión
o nómina. Sin embargo, desde el 13 de febrero de 2020, esto cambiará.
Si los usuarios quieren seguir sin pagar comisiones, tendrán que cumplir
con alguno de estos requisitos: dos pagos con tarjeta de crédito al
mes, una póliza de seguro de riesgo con un importe mínimo de 135 euros
anuales o acumular 30.000 euros en algún fondo de inversión, plan de
pensiones o seguros de ahorro.
Si los clientes deciden domicilar su nómina o pensión pero no cumplen
con estos criterios, Bankia les aplicará una tarifa de 6 euros
mensuales (72 euros al año) que se convertirán en 14 al mes (168 euros
anuales) en caso de que un usuario decida contratar una cuenta sin la
domiciliación de ningún recibo.
No obstante, para potenciar su negocio online, Bankia ofrece a los
clientes 100% digitales no pagar comisiones de mantenimiento de la Cuenta_ON.
Tampoco cobrará un recargo en caso de transferencias -en euros- en el
territorio de la Unión Europea; por retirar efectivo en débito en
cajeros Bankia, Euro6000 o Banc Sabadell o por ingreso de cheques nacionales.
Banc Sabadell: 5 euros mensuales extra
La Cuenta Expansión que ofrece Banc Sabadell también
libraba a sus clientes del pago de comisiones. Siguiendo la estela del
Santander, a mediados de octubre anunció ciertos cambios que entrarán en
vigor en enero. Así, para que se respete la gratuidad, la entidad exige
mantener la domiciliación de la nómina; tener el contrato de algún
seguro con la entidad o algún préstamo o disponer de al menos 10.000
euros invertidos en algún activo del banco.
De no cumplir con estas condiciones, Banc Sabadell ha comenzado a
cobrar un coste de mantenimiento de 5 euros mensuales, que se
convertirán en 60 euros al año para muchos de los clientes que hasta la
fecha disponían de una cuenta gratuita solo con tener su nómina
domiciliada.
BBVA: endurecimiento de las condiciones
BBVA también se subió al carrro del encarecimiento de las cuentas
corrientes y anunció en noviembre una subida de comisiones que llegará
en enero. Hasta entonces, bastaba con que los clientes tuvieran una
nómina superior a 800 euros o una pensión mínima de 300 euros para
disfrutar de la gratuidad de su cuenta. El cambio introducido por la
entidad que dirige Onur Genç es significativo: 100 euros anuales añadidos.
Esta comisión se aplicará para aquellos clientes que no cumplan con al
menos uno de estos dos requisitos: un mínimo de cinco cargos por recibos
domiciliados en la cuenta en un periodo que comprende los cuatro meses
anteriores a la fecha de liquidación o disponer de una tarjeta de
crédito o débito activa que haya realizado al menos siete movimientos en
el mismo intervalo de tiempo.
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