sábado, 9 de noviembre de 2019

La agricultura del futuro será sostenible, saludable, competitiva y rentable, se ha dicho en el Foro Cajamar Agro


ALMERÍA.- La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) considera que, para hacer frente al gran ritmo de cambio y a la creciente incertidumbre, hay que concebir la sostenibilidad como un proceso y no como un fin a alcanzar.

La necesidad de producir más alimentos y mejor para una población creciente obliga al sector agroalimentario a ser más eficiente al tiempo que sostenible. Por ello, la agricultura del futuro deberá garantizar mayor productividad y rentabilidad con un menor uso de los recursos, especialmente de aquellos más escasos, como es el agua en el caso de España.
Las nuevas tecnologías, la obtención de nuevas variedades y la agricultura de precisión, van a ser esenciales para asegurar una minoración en la utilización de los recursos y del impacto medio ambiental.
Cajamar ha reunido en el Foro Cajamar Agro de Agricultura sostenible a una veintena de investigadores, empresarios y proveedores de servicios provenientes de Andalucía, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia y Madrid que han compartido las últimas tendencias de innovación para hacer frente a los desafíos globales a través de casos reales y proyectos de investigación, y han puesto en común ideas de vanguardia en torno a la sostenibilidad de la producción agrícola.
Todos ellos han coincidido al señalar que una agricultura sostenible es aquella que garantice que los recursos que utiliza podrán seguir siendo utilizados de la misma manera por las generaciones futuras, y que a la vez sea saludable, competitiva y rentable.
Entre las cuestiones que se han abordado han estado cómo la biotecnología y la mejora genética van a diseñar las plantas del futuro; cómo el uso eficiente y responsable del agua y fertilizantes, y los nuevos bioproductos son imprescindibles para elevar la producción de manera más saludable y utilizando menos recursos y preservando el medio ambiente; y cómo las nuevas herramientas tecnológicas y la agricultura de precisión son cada vez más útiles en la agricultura y ayudan a optimizar los recursos.
España ocupa un puesto relevante en la producción de alimentos, tanto a nivel europeo como mundial, siendo el sector agroalimentario clave para nuestra economía. Y los retos futuros se muestran como una oportunidad para el sector agroalimentario español que deberá atender las demandas de consumidores y administraciones, tratando a su vez de ser competitivos, rentables y sostenibles.
El presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, ha sido el encargado de la inauguración del foro y ha animado al centenar de responsables agroalimentarios asistentes a seguir creciendo y mejorando la rentabilidad a través de la diferenciación de sus productos y del incremento del valor añadido, y para ello ha asegurado que es necesario que agricultores, industria y distribución inviertan en nuevas tecnologías y big data e incrementen la inversión en I+D+i para lograr un modelo sostenible que sepa adelantarse a las necesidades de los consumidores.
Por su parte el director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, Roberto García Torrente, ha explicado el interés de Cajamar, desde sus orígenes, en fomentar la transferencia del conocimiento en el sector agroalimentario y ha señalado que, a través de este tipo de interacciones, se pretende extender la innovación en la agricultura española, para hacer más rentable, competitiva y sostenible.
La conferencia marco ha corrido a cargo de Rosa Gallardo, directora de la Escuela Superior Técnica de Ingenieros Agrónomos y de Montes de la Universidad de Córdoba, que ha señalado la importancia de la agricultura española y como la tecnología contribuye a su mejora, así como el impacto y las oportunidades de las tecnologías de la información y la digitalización para avanzar en la sostenibilidad de la producción agraria.

Tendencias en investigación e innovación empresarial
En el primer bloque de intervenciones sobre Tendencias en investigación, un grupo de investigadores del INIA, Universidad Politécnica de Madrid; de AgroMillora Group, de Lleida; de la Universidad Miguel Hernández de Alicante, de la Estación Experimental de Cajamar en Almería; de la Universitat de Lleida, y del Instituto de Investigación de la Generalitat de Cataluña han dado a conocer sus trabajos y avances. Todos ellos han señalado que la biotecnología, con la que se consiguen mejoras genéticas y variedades nuevas, así como el uso de las TICs, la digitalización y la biodiversidad serán herramientas esenciales para lograr una agricultura sostenible.
En el segundo bloque, directivos de empresas y cooperativas agroalimentarias, como Oro del Desierto, las cooperativas Acor y Anecoop, Unica Group, Nestlé y Martín Codax han explicado cómo están apostando por la innovación y las nuevas tecnologías para en unos casos desarrollar nuevos productos y presentaciones, para optimizar el uso de los recursos y en definitiva ir logrando producciones sostenibles.
En el último bloque responsables de John Deere Ibérica, Lab-Ferrer, Hispatec, VisualNAcert, Semillas Fitó, Kimitec Group y Syngenta han mostrado como la tecnología, la digitalización, las TICs y la innovación están posibilitando cultivos más eficientes, preservando los recursos naturales y reduciendo el impacto medio ambiental.

Ideas principales de cada uno de los ponentes:
Tendencias en investigación
Antonio Fernandez Molina Fernández, del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas de la Universidad Politécnica de Madrid-Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (CBGP-UPM-INIA) (Madrid): la biotecnología es una herramienta esencial para poder superar los retos de la agricultura del futuro, mostrando un resumen de las líneas de trabajo del CBGP. La mejora genética y la obtención de variedades que sean capaces de adaptarse a un nuevo entorno climático, ser más eficientes en el uso de los recursos agua y fertilizantes, además de responder a la demanda del consumidor de sabor, salud y sostenibilidad, así como a las exigencias de la cadena de valor se acelerarán con las ciencias omicas y la bioinformática.
Ignasi Iglesias Castellarnau, de Agromillora Group (Lleida): el sector frutícola se encuentra en un proceso de profunda renovación buscando una mayor rentabilidad. Esta mejora se está realizando mediante la introducción de nuevas variedades, la adopción de sistemas de producción más intensivos y la aplicación de estrategias y técnicas de cultivo más sostenibles.
Raúl Moral Herrero, de la Universidad Miguel Hernández (Alicante): la utilización de materia orgánica y en concreto la obtención de compost de buena calidad, van a ser cruciales para conseguir una agricultura sostenible, adecuando la mezcla al aprovechamiento de los restos, en función de las distintas zonas, garantizando una economía circular.
Mónica González Fernández, de la Estación Experimental de Cajamar (Almería): el futuro está en aliarnos con la naturaleza y dejar de darle la espalda. Así continuaremos trabajando para aprovechar en mayor medida las ventajas que nos ofrece la incorporación de la biodiversidad en el entorno de los cultivos. Esta mirada agroecológica nos abre una línea de trabajo futura que nos permitirá desarrollar una agricultura económicamente viable, más sostenible en el tiempo y respetuosa con el medioambiente.
Santiago Planas de Martí, de la Universitat de Lleida (Barcelona): La agricultura de precisión pretende realizar las operaciones agrícolas adecuadas, de la manera adecuada, en el momento adecuado, en el lugar adecuado y de la manera adecuada. El grupo de Investigación en agricultura de precisión de la UdL trabaja para desarrollar y poner a punto tecnologías que lo permitan, desde el ámbito de los sensores y la automatización, la teledetección, la aplicación de fitosanitarios y las TICs en la toma de las decisiones.
Jaume Casadesus, Instituto de investigación de la Generalitat de Cataluña – IRTA (Lleida): cuando hablamos de sostenibilidad en agricultura, hablamos de mejorar la eficiencia en el uso de los recursos y de todos ellos el agua es clave. Saber cuánto, cuándo y cómo regar y utilizar las nuevas tecnologías para optimizar el manejo de riego en nuestros cultivos es una prioridad.
Innovación empresarial en productividad y sostenibilidad
Rafael Alonso Barrau, de Oro del Desierto (Almería): esta almazara, reconocida internacionalmente por su aceite de oliva virgen extra ecológico producido en el desierto, apuesta por la sostenibilidad, cuidando el entorno, reutilizando los subproductos para alimentación de ganado, y para producir compost y fertilizantes naturales, y para producir energía, que se complementa con fuentes renovables.
Adrián Jimenez Navas, de Acor (Valladolid): la cooperativa mantiene desde su nacimiento una apuesta permanente por la conservación del medio ambiente, de tal forma que el cumplimiento de la legislación ambiental es nuestro mayor compromiso. Anualmente se establecen objetivos y metas con objeto de reducir el consumo de energía y otros productos, la minimización de residuos y la mejora de nuestros efluentes líquidos y emisiones atmosféricas.
Angel del Pino Gracia, de Anecoop (Valencia): esta cooperativa hortofrutícola, líder en la comercialización de frutas y hortalizas, cítricos y frutales, tiene un sistema de producción, denominado “naturane”, que vela por la seguridad alimentaria y por los métodos de cultivo respetuosos con el medio ambiente, promoviendo los productos sin residuos y los productos ecológicos.
Enrique de los Ríos Porras, de UNICA Group (Almería): primera exportadora hortícola de España, está apostando por la innovación para desarrollar nuevos productos y presentaciones y por las nuevas tecnologías y herramientas para mejorar la rentabilidad de sus agricultores.
Pedro Ruiz Rodríguez, de Nestlé (Barcelona): la multinacional tiene el programa “SOLIS RESPONSABLE”, basado en trabajar en un reposicionamiento de la marca a través de un programa de sostenibilidad, en colaboración con la Fundación Global Nature y validado por la Junta de Extremadura, realizado con los agricultores de la Vega del Guadiana sobre la producción integrada de tomate. El programa se fundamenta en tres pilares: minimización de uso de agua, control natural de plagas y minimización de uso de fertilizantes.
Miguel Tubío Fernández, de Martín Codax (Pontevedra): esta bodega, referente de la viticultura gallega, apuesta por la I+D+i con proyectos para mejorar la producción vitivinícola frente al cambio climático, reducir el uso de fitosanitarios, mejorar la toma de decisiones utilizando la inteligencia artificial, o controlar de manera integrada las enfermedades del viñedo.

Construyendo el futuro de la agricultura
Enrique Guillén, de John Deere (Madrid): esta compañía apostó ya hace años por la digitalización y las nuevas tecnologías en todos sus productos, para hacer posible la agricultura de precisión, incluyendo en sus equipos la sensórica, la telemática y la robótica. Con todo su equipamiento el productor puede ajustar al máximo la utilización de los insumos para desarrollar un sistema productivo sostenible, eficiente y rentable. Además, dispone de un sistema de asesoramiento permanente a clientes.
Francesc Ferrer Alegre, de Lab-Ferrer (Lleida): la sensorización para el control de riego, fertilización y condiciones climáticas en agricultura se está implantando como fórmula para gestionar adecuadamente estos recursos, necesarios al tiempo que escasos. El correcto manejo e interpretación de estas sondas permiten un ahorro e el uso del agua, fertilizantes y reduce la contaminación de los suelos y acuíferos.
Gonzalo Martín Díaz, de Hispatec-Analytics (Madrid): este proveedor de tecnología, líder en el sector agroalimentario, ayuda con esta división a tomar y ejecutar mejores decisiones a partir de la analítica de datos y la inteligencia artificial.
Mercedes Iborra Broseta, de VisalNAcer (Valencia): la digitalización está facilitando el seguimiento, trazabilidad y gestión de las explotaciones. A través de la agricultura de precisión y de las herramientas que están surgiendo se van a poder mejorar en la gestión de las explotaciones, haciendo un uso más racional de los recursos.
Eugenio González, Semillas Fitó (Barcelona): la empresa desarrolla un programa para adaptar sus semillas de especies de plantas agrícolas y hortícolas a las exigencias del mercado, basadas en la adaptación de su producto a cada mercado, a cada zona geográfica y a cada tipo de clima, conjugando sostenibilidad y productividad. Desarrolla a la vez una línea de productos dirigidos a su utilización en el ámbito de la agricultura ecológica.
Félix García Moreno, de KIMITEC-Group (Almería): trabaja en el desarrollo de productos agrícolas naturales, probióticos, biopesticidas y bioestimulantes, como alternativa sostenible al uso de químicos de síntesis.
Germán Canomanuel Monje, de Syngenta (Madrid): la empresa apuesta por una agricultura productiva sostenible, basada en la innovación y la tecnología agronómica más avanzada, capaz de responder al reto de la seguridad alimentaria mundial, y ofreciendo beneficios económicos, sociales y medioambientales. para ello promueve cultivos más eficientes, preservando la calidad de los recursos naturales que emplea (agua, suelo…) reduciendo al máximo su impacto en la naturaleza (erosión, contaminación y extendiendo la biodiversidad. Consideran esencial la formación de los agricultores en buenas prácticas y uso seguro de las tecnologías.

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