MURCIA.- Las trabajadoras de la Región de Murcia cobran de media un 24,8 por ciento
menos al año que los hombres, casi tres puntos por encima de la brecha
salarial anual de España (21,9 por ciento), mientras que en el cómputo
por horas, ellas cobran un 13,8 menos que sus compañeros, frente al 13,5
por ciento de diferencia en la media nacional.
Así se desprende del estudio sobre Brecha Salarial de Género en la Región de Murcia elaborado por el Consejo Económico y Social (CES) y la Universidad de Murcia (UMU) que se ha presentado este jueves en unas jornadas en las que se ha puesto de manifiesto que la desigualdad sigue siendo una realidad en el ámbito laboral.
El director del estudio, Pedro Jesús Hernández, ha explicado que el cómputo anual de la brecha salarial es mucho más elevado que la diferencia en lo que mujeres y hombres cobran por hora, entre otros factores, porque ellas suelen asumir contratos de menos horas y jornadas parciales de manera mucho más habitual que sus compañeros (es lo que se llama el 'componente explicado').
De hecho, según el estudio, las mujeres con contratos parciales superan en 15 puntos porcentuales a los hombres con ese tipo de jornadas, y la brecha se disminuye cuando las jornadas laborales de hombres y mujeres convergen en el número de horas.
No obstante, tanto en la brecha salarial anual como en la horaria hay un 'componente no explicado' que se atribuye a la "discriminación en el mercado de trabajo", porque supone que se retribuye de manera distinta a una mujer o un hombre con las mismas características productivas.
Ese componente es el que prima en la brecha salarial horaria hasta en un 84,2 por ciento en el caso de la Región de Murcia, frente al 72,9 por ciento en España.
Según el estudio, "la convergencia en pautas laborales está originando una reducción de las brechas salariales, pero todavía subsiste un componente no explicado que muestra una mayor rigidez a la baja y que aumenta con el nivel de salarios", es decir, a mayores salarios, más grande es el componente de discriminación en las diferencias de retribuciones.
El estudio determina también que cuanto más elevado es el nivel de estudios, más grande es la brecha salarial, y lo mismo ocurre en el caso de la antigüedad en la empresa.
También se ven mayores desigualdades en los contratos indefinidos y en las grandes empresas, las orientadas a mercados internacionales y las encuadradas en actividades financieras, mientras que por ocupaciones, las mayores brechas se dan entre trabajadores cualificados y administrativos.
La presidenta del CES a nivel estatal, María del Carmen Barrera, que ha participado en la presentación del estudio, ha advertido que, según los datos aportados por el INE, de las 167 profesiones que el instituto analiza en España, solo 27 son igualitarias, pero en esas profesiones solo trabaja un 16,8 por ciento de la población, lo que da cuenta de la gran brecha que sigue existiendo en la sociedad actual.
Barrera ha defendido, por tanto, que todas las políticas de generación de empleo deben tener una perspectiva de género trasversal, no solo en el plano laboral, sino también en el educativo, fiscal y social.
En esa línea, Olimpia del Águila, responsable de Seguridad Social de la CEOE, ha abogado por una política global en el que la igualdad sea una "prioridad" y la incorporación de la mujer al mercado laboral, una necesidad por razones tanto de justicia como de competitividad.
Para ello, ha considerado vital que se pongan en marcha servicios de atención y cuidados de larga duración que permitan que las mujeres, que tradicionalmente asumen los roles de cuidadoras en las familias, puedan conciliar esas tareas con el desarrollo de sus carreras.
Para la vicesecretaria general de UGT, Cristina Antoñanzas, el problema radica además en que las profesiones con más presencia femenina, como las relacionadas precisamente con los cuidados, están peor valoradas que aquellas con mayor presencia masculina: "Está menos valorada una mujer que cuida a los mayores que un hombre que fabrica coches", ha puesto como ejemplo.
Por ello, la secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de Comisiones Obreras, Elena Blasco, ha hecho un llamamiento a que los gobiernos prioricen, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, el 5, sobre igualdad, y el 8, sobre trabajo digno, que están íntimamente relacionados.
El estudio propone por último cinco medidas que considera esenciales para avanzar en igualdad laboral: permisos por paternidad y maternidad iguales e intransferibles, escuelas públicas a partir de un año, cambios y flexibilización de horarios laborales, cuotas en ocupaciones de elevada responsabilidad y salario y procesos de selección laboral sin conocer el género de los candidatos.
El director del estudio, Pedro Jesús Hernández, ha explicado que el cómputo anual de la brecha salarial es mucho más elevado que la diferencia en lo que mujeres y hombres cobran por hora, entre otros factores, porque ellas suelen asumir contratos de menos horas y jornadas parciales de manera mucho más habitual que sus compañeros (es lo que se llama el 'componente explicado').
De hecho, según el estudio, las mujeres con contratos parciales superan en 15 puntos porcentuales a los hombres con ese tipo de jornadas, y la brecha se disminuye cuando las jornadas laborales de hombres y mujeres convergen en el número de horas.
No obstante, tanto en la brecha salarial anual como en la horaria hay un 'componente no explicado' que se atribuye a la "discriminación en el mercado de trabajo", porque supone que se retribuye de manera distinta a una mujer o un hombre con las mismas características productivas.
Ese componente es el que prima en la brecha salarial horaria hasta en un 84,2 por ciento en el caso de la Región de Murcia, frente al 72,9 por ciento en España.
Según el estudio, "la convergencia en pautas laborales está originando una reducción de las brechas salariales, pero todavía subsiste un componente no explicado que muestra una mayor rigidez a la baja y que aumenta con el nivel de salarios", es decir, a mayores salarios, más grande es el componente de discriminación en las diferencias de retribuciones.
El estudio determina también que cuanto más elevado es el nivel de estudios, más grande es la brecha salarial, y lo mismo ocurre en el caso de la antigüedad en la empresa.
También se ven mayores desigualdades en los contratos indefinidos y en las grandes empresas, las orientadas a mercados internacionales y las encuadradas en actividades financieras, mientras que por ocupaciones, las mayores brechas se dan entre trabajadores cualificados y administrativos.
La presidenta del CES a nivel estatal, María del Carmen Barrera, que ha participado en la presentación del estudio, ha advertido que, según los datos aportados por el INE, de las 167 profesiones que el instituto analiza en España, solo 27 son igualitarias, pero en esas profesiones solo trabaja un 16,8 por ciento de la población, lo que da cuenta de la gran brecha que sigue existiendo en la sociedad actual.
Barrera ha defendido, por tanto, que todas las políticas de generación de empleo deben tener una perspectiva de género trasversal, no solo en el plano laboral, sino también en el educativo, fiscal y social.
En esa línea, Olimpia del Águila, responsable de Seguridad Social de la CEOE, ha abogado por una política global en el que la igualdad sea una "prioridad" y la incorporación de la mujer al mercado laboral, una necesidad por razones tanto de justicia como de competitividad.
Para ello, ha considerado vital que se pongan en marcha servicios de atención y cuidados de larga duración que permitan que las mujeres, que tradicionalmente asumen los roles de cuidadoras en las familias, puedan conciliar esas tareas con el desarrollo de sus carreras.
Para la vicesecretaria general de UGT, Cristina Antoñanzas, el problema radica además en que las profesiones con más presencia femenina, como las relacionadas precisamente con los cuidados, están peor valoradas que aquellas con mayor presencia masculina: "Está menos valorada una mujer que cuida a los mayores que un hombre que fabrica coches", ha puesto como ejemplo.
Por ello, la secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de Comisiones Obreras, Elena Blasco, ha hecho un llamamiento a que los gobiernos prioricen, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, el 5, sobre igualdad, y el 8, sobre trabajo digno, que están íntimamente relacionados.
El estudio propone por último cinco medidas que considera esenciales para avanzar en igualdad laboral: permisos por paternidad y maternidad iguales e intransferibles, escuelas públicas a partir de un año, cambios y flexibilización de horarios laborales, cuotas en ocupaciones de elevada responsabilidad y salario y procesos de selección laboral sin conocer el género de los candidatos.
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