ALMERÍA.- El poder transformador de la cultura va más allá de su capacidad para
remover por dentro a un individuo y enriquecerlo hasta el punto de
afilar su capacidad crítica y ensanchar valores como la tolerancia. Las
artes también pueden servir de palanca para mejorar el entorno y
en Almería existen ejemplos de iniciativas privadas que no solo
despiertan conciencias y complementan la programación oficial, sino que
han contribuido a dinamizar las zonas donde se ubican, según introducción de La Voz de Almería.
El Teatro Cervantes
En el mismo Paseo de Almería, el Teatro Cervantes
ha revitalizado el centro de la ciudad los fines de semana. Todavía no
se cumplen cuatro años desde que Kuver Producciones tomó las riendas de
su gestión, pero el entorno del espacio ya ha notado cómo los días de
espectáculo o evento aumenta la actividad. Con 200 propuestas anuales y
una media de público bastante alta, los clientes potenciales crecen de
forma exponencial. “Parking, cafeterías, bares, locales de copas,
taxis... todos salen beneficiados”, sostiene su gerente, Curro Verdegay.
Las Dulces Tardes Poéticas
Un poco más arriba, antes de llegar a Puerta de Purchena, La Dulce Alianza “devuelve a la sociedad almeriense lo que esta ha hecho por esta pastelería histórica”. Según el coordinador de su actividad ‘Las Dulces Tardes Poéticas’, Aníbal García,
cada vez son más las personas que se acercan hasta el centro de la
capital desde los pueblos y las ciudades limítrofes a disfrutar de este
ciclo literario y cada vez más los que en España saben que “aquí está
pasando algo grande cada mes gracias al boca a boca de los poetas y los
músicos invitados”. “Quiero pensar que se está gestando el embrión de un
futuro turismo cultural y que nosotros estamos teniendo algo que ver en
ello”, expresa a LA VOZ.
La Escuela Municipal de Música y Artes de Almería (EMMA)
Sin salir del centro, en la Rambla Obispo Orberá, la Escuela Municipal de Música y Artes de Almería (EMMA)
se ha ido transformando de un proyecto eminentemente formativo a un
espacio con una programación propia que si bien no llega a ser estable,
sí anima la zona los fines de semana con propuestas como el Ciclo de
Teatro de Autores Almerienses, tal y como confirma María G. Alarcón, su responsable de comunicación.
La sala Clasijazz
Eso por no hablar del cambio que ha experimentado Oliveros gracias a la sala Clasijazz.
Lo que era una zona de oficinas con actividad matinal se ha convertido
en un ir y venir de niños que van a conocer las instalaciones y asisten a
conciertos didácticos y de músicos y público que “dan vida a los bares y
a los parques de alrededor”. “Nuestro objetivo ahora es que lo que se
está viviendo en el sótano de Clasijazz se lleve a los diferentes
barrios de Almería para que vean la vida que pueden conseguir con el
jazz y el swing”, confiesa el alma máter el proyecto, Pablo Mazuecos.
La Oficina Producciones Culturales
Ya en el casco histórico, en la calle Las Tiendas, La Oficina Producciones Culturales
contribuye a que el barrio “esté vivo y genere ilusión en sus
habitantes y estos a su vez sumen experiencias e iniciativas para que el
lugar donde viven sea más amable y habitable”, valora uno de sus artífices, Carlos J. Vives. “Nos alegra formar parte de esa revitalización y haber sumado diversidad al barrio”, añade.
La Guajira
Por último, a los pies de La Alcazaba, la Asociación Socio-Cultural La Guajira
ha hecho posible lo imposible: que el almeriense medio pase de la calle
La Reina y entre en una zona “muy denostada”, oficialmente el casco
histórico, pero en la práctica Pescadería-La Chanca. Según su presidente, Jesús Gómez,
en siete años suman unos 20.000 socios: “Poco a poco se compran casas y
se alquila más en la zona y estamos orgullosos; la cultura al final
puede transformar un barrio y un país. Y vamos a seguir trabajando”.
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