BARCELONA
Juan Mariano Pérez Abad: Porqué 4 de mis 5 hijos no mantienen contacto conmigo. La cuarta vive conmigo.
JMF: ¿No quieren?
Juan Mariano Pérez Abad: Ya son mayores de edad. ¡El daño está hecho!
JMF: ¿De qué daño me hablas?
Juan Mariano Pérez Abad: Son las secuelas irreparables de la
intervención del Estado en mi vida familiar. La alienación parental.
JMF: ¿Qué pinta el Estado en la vida de uno?
Juan Mariano Pérez Abad: El Estado pone a los servicios sociales y a los juzgados de familia en nuestra casa.
JMF: No sé qué es la alienación parental.
Juan Mariano Pérez Abad: La alienación parental es volcar a los hijos
en contra de alguno de sus progenitores. Es decir es hacer que los
hijos odien a su padre, a su madre o a los dos.
JMF: ¿Eso te paso a tí?
Juan Mariano Pérez Abad: Eso lo suele hacer la madre contra el padre
en los casos de divorcio, pero también puede hacerlo el padre contra la
madre o el Estado es decir los servicios sociales contra los dos padres
si les tutela a los niños.
JMF: ¿Cómo se inicia la intromisión de los servicios sociales en la vida de uno?
Juan Mariano Pérez Abad: Los servicios sociales actúan como un
depredador, como una manada de lobos. Aprovechen los momentos de
debilidad de la presa para devorarla. Buscan familias en conflicto o en
situación económica desesperada que necesitan ayuda económica y les
quitan los hijos. Los niños tutelados en manos del Estado mueve mucho
dinero público. Ese es el motor de esta mafia.
JMF: ¿Por qué quitar los hijos de alguien?
Juan Mariano Pérez Abad: Por dinero. ¿Por qué iba a ser sino?
JMF: ¿Qué dinero?
Juan Mariano Pérez Abad: Cada niño alojado en una casa de acogida
recibe una dotación de alrededor de 4000 € al mes. De ese dinero solo
una pequeña parte se emplea en el cuidado directo del niño. El resto es
el negocio que mueve la tutela excesiva que se produce en este país.
Además existen donaciones subvenciones etc. que pueden llegar a duplicar
esa cantidad. La forma más habitual en la que se produce la luz de la
abusiva por parte de servicios sociales es la familia en con
dificultades económicas que pide ayuda para cuidar de sus hijos. Al
principio se la dan, pero a menudo terminan por quitarles la tutela de
los hijos.
JMF: ¿Cuánto cobran las familias por acoger?
Juan Mariano Pérez Abad: Las familias acogedoras no son parte del
negocio. La mayoría de ellas son gente de buena voluntad que cobran solo
pequeñas cantidades para cuidar voluntariosamente de los niños de
acogida. Solamente unos pocos amigos de los servicios sociales cobran
cantidades mayores, superiores a los 2000 € al mes.
JMF: ¿De quién depende la decisión de tutela?
Juan Mariano Pérez Abad: La tutela abusiva se produce porque la
decisión de quitarle los niños a las familias está en manos de un
funcionario, y no de un juez. Los funcionarios de servicios sociales que
tienen esa autoridad, tienen una relación directa con los equipos
psicológicos que redactan los informes con los que se justifica la
retirada de los niños.
JMF: Y, ¿cuándo interviene el juez?
Juan Mariano Pérez Abad: Cuando la familia reclama, tiene que hacerlo
por vía judicial. Al cabo de un año en el que sale el juicio, en el
juzgado no atienden sus razones, porque los peritos del juzgado son los
mismos psicólogos que habían elaborado el informe original. Al final le
quitan los niños a esos padres sin que nadie les haya escuchado ni hecho
el más mínimo caso. Muchos de ellos se gastan auténticas fortunas en
informes para contrarrestar los de los equipos psicosociales de
servicios sociales y juzgados, pero los jueces ni siquiera se los leen.
JMF: Y alguien se lleva la ‘pasta’…
Juan Mariano Pérez Abad: La pasta se reparte entre todos los
funcionarios y trabajadores sociales que trabajan en ese asunto, desde
el trabajador social hasta el juez de familia. Las casas de acogida de
menores a menudo están concertadas con empresas y ONGs, que son las que
administran el dinero público destinado a los niños. A través de esas
ONGs, se reparten el dinero y los puestos de trabajo.
JMF: Un negocio que pagamos todos… ¿Ninguna autoridad ha entrado a investigar esto?
Juan Mariano Pérez Abad: Para que lo entiendas: son las autoridades
encargadas de investigar los problemas de menores las que han montado
esta mafia. Se trata de la corrupción en su estado más puro, aplicada a
lo más sagrado: los hijos.
JMF: ¿Te consta que alguien las haya denunciado?
Juan Mariano Pérez Abad: ¿Si las han denunciado? ¡Claro que sí! Por
lo menos lo han intentado a menudo. Nunca les toman esa denuncia. Quien
se la debería tomar es la misma autoridad a la que están denunciando.
JMF: ¿Te consta de cuantos casos al año estamos hablando?
Juan Mariano Pérez Abad: No. Obtener datos estadísticos objetivos
sobre menores es muy difícil. Solo sé que hay 47.000 niños tutelados en
España. Realmente son demasiados. Los españoles no somos tan malos
padres. Somos el país que bate récord en donaciones de órganos y de
sangre y de dinero para catástrofes naturales. No podemos ser tan malos
padres.
JMF: ¿Tiene que ver la violencia de género y el robo de niños?
Juan Mariano Pérez Abad: Tiene que ver con el reparto del dinero que maneja asuntos sociales.
JMF: Me hablas de un gran negocio amparado por las leyes…
Juan Mariano Pérez Abad: España es uno de los países del mundo con
menor tasa de violencia de género y sin embargo somos uno de los que más
dinero dedica a combatirla. Con toda la inversión que llevamos hecha,
la tasa de violencia no ha bajado ni una pizca, pero la siguen
aumentando. Ellos protegen este negocio con una cortina de humo que se
llama ideología de genero. Gastan muchísimo dinero en mantener esa
imagen y parte de ese dinero se va al control de las redes sociales,
para desorganizar los movimientos de lucha colectiva de los afectados.
JMF: ¿Hay mucho dinero público para esto?
Juan Mariano Pérez Abad: No sabemos en qué gastan esos 4000 €
mensuales de cada niño, pero no es en cuidarlos. A veces da la impresión
de que para asuntos sociales, esos niños son solo un objeto de comercio
y no seres humanos… Las familias de acogida voluntarias cobran unos 300
€ mensuales por el primer niño.
JMF: Y el resto, ¿a dónde va?
Juan Mariano Pérez Abad: Es decir que el dinero que les llega
realmente al cuidado de los niños en una proporción muy pequeña de lo
que les destinan los presupuestos generales de cada comunidad autónoma.
El resto solo podemos imaginar dónde se queda y suponer que se trata de
los bolsillos de trabajadores, funcionarios, fiscales de menores, jueces
etc. Toda una legión clientelar de esta mafia. Por eso decía que
participaba demasiada gente en esto y que eso es signo de una sociedad
enferma que necesita recuperar sus valores.
Sinopsis de la entrevista completa se puede leer en:
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