ALICANTE.- De un censo de 56 habitantes en invierno a convivir con 5.000 turistas al día durante la temporada estival. Tabarca, la isla habitada más pequeña del Mediterráneo multiplica por noventa su población. Un auténtico maná para la economía local , ante el que la Guardia Civil de Alicante, como es habitual cada verano, ha puesto en marcha un dispositivo permanente de seguridad en la isla alicantina entre el 15 de junio y el 15 de septiembre con motivo de la gran afluencia de visitantes que ésta recibe, tal como revela hoy Abc.
La isla de Tabarca tiene una superficie de veintidós kilómetros cuadrados, en los que habitan permanentemente 56 personas, aunque en la temporada de verano suele recibir una media diaria de entre 4.000 y 5.000 personas . Algunos apellidos de sus habitantes actuales son italianos por la repoblación en el siglo XVIII con antiguos prisioneros genoveses en Túnez.
Los principales objetivos de la campaña especial de la Guardia Civil se dirigen a la protección de los turistas, el control de actividades subacuáticas, eventos y fiestas a bordo de embarcaciones de recreo o la protección del medio ambiente, entre otras.
Tabarca es conocida como «isla pirata» del Mediterráneo porque durante siglos fue aprovechada como base por estos bandidos para preparar sus ataques a las costas alicantinas cuando venían navegando desde África. Este año, su coqueta playa ha recuperado la bandera azul después de una década.
Vestigios de ese pasado belicoso se pueden contemplar en el extremo opuesto a la playa de la isla, la zona amurallada donde se iba a construir una plaza militar completa, aunque luego se quedó en proyecto, o también la Torre de San José, para vigilar las llegadas de los piratas.
Además de esa huella histórica de piedra -de la cantera propia- este rincón ofrece las mejores vistas de la cercana Santa Pola (a nueve kilómetros de distancia) y el litoral de los Arenales (Elche) y un poco más lejos (catorce kilómetros) de Alicante.
De acuerdo con los cálculos de la Subdelegación del Gobierno, más de 150.000 personas se desplazaron a la isla entre el 15 de junio y el 15 de septiembre de 2017 (el 65 por ciento del total de sus 230.0000 visitantes anuales).
Este cálculo, comparado con las estimaciones realizadas tras su declaración en 1986 como reserva natural para hacer la isla sostenible medioambiental y económicamente, apuntan a un incremento del 120% del máximo de turistas.
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