MADRID.- El «número dos» del PP, Teodoro García Egea, adelanta hoy las bases con las que los populares abrirán formalmente esta semana la negociación de los pactos postelectorales con Ciudadanos y Vox, en una entrevista de La Razón.
El Ayuntamiento de Madrid, para Ciudadanos; la Comunidad, para el PP. ¿Mejor eso a que gobierne la izquierda?
La
prioridad es centrarnos en el acuerdo programático. Y hay que escuchar
lo que han dicho los ciudadanos. Nosotros no vamos a entrar en un
mercado persa para repartirnos cargos o gobiernos. Debemos acordar unos
criterios objetivos para señalar a quién se elige alcalde o presidente
de una comunidad autónoma. Y dentro del bloque del centro derecha el
partido más votado ha sido el PP.
Pero
Ciudadanos dice que ustedes han perdido votos y que ellos han crecido
más. Pueden pretender que ése también sea un «criterio».
Desde
las elecciones generales el PP es el partido que más ha mejorado en
votos. Y dentro del bloque del centro derecha también se ha visto claro
que los ciudadanos han apostado por el PP. En cualquier caso, ahora toca
analizar los resultados, centrarnos en el debate programático y
sentarnos todos a hablar.
¿Está emplazando a Ciudadanos a que acepte sentarse en la misma mesa con Vox?
Entra
dentro del sentido común que si vamos a negociar una investidura, y
quiero que me voten Ciudadanos y Vox, tendré que sentarme con los dos.
El modelo andaluz ha funcionado muy bien y no deberíamos perder energías
en debates que no son útiles para arreglar los problemas que realmente
afectan a los ciudadanos. Invito a todos a sentarse a hablar porque es
bueno para el interés general.
Vox dice ahora que en el pacto andaluz les «humillaron». Por eso parece que elevan el «precio». ¿Cree que van de farol?
Pero si se atendieron sus principales demandas programáticas.
Violencia
de género, inmigración... Justo lo más polémico se quedó fuera del
acuerdo y así lo resaltó entonces el PP. Y no hubo mesa a tres.
En
creación de empleo y otras cuestiones básicas sí que se les escuchó.
Pero uno no puede pretender condicionar un Gobierno siendo la quinta
fuerza política. Ni puede imponer que se incluyan determinadas
reivindicaciones o partidas presupuestarias. Es curioso que aquellos que
acusan a los nacionalistas de condicionar los Gobiernos de España desde
su posición minoritaria sean los mismos que quieren condicionar la
formación de un Gobierno autonómico o municipal. Debemos priorizar lo
importante. En Madrid, por ejemplo, lo importante es que se ponga en
marcha el nuevo Madrid Norte o que se suspenda Madrid Central. Esto es
más relevante que si uno se sienta o no en una mesa. Los madrileños han
dicho que no quieren que gobierne Carmena y eso es lo que hay que
atender.
Carmena fue la más votada.
Pero Carmena y el PSOE votaron en contra de que en estas elecciones se aplicara una ley para que gobernara la fuerza más votada.
¿Le parece razonable que Vox entre en algún Gobierno?
Cada
uno tiene que ser consciente del sitio en el que le han puesto los
ciudadanos. Si eres la quinta fuerza en el ayuntamiento y cuarta en una
comunidad debes asumir el papel que tienes. Representar a un partido
impulsando iniciativas en un Parlamento o en el Pleno de un ayuntamiento
también es una forma de cambiar las cosas. Hace cuatro años Ciudadanos
entró de forma testimonial en muchos Parlamentos y facilitó Gobiernos
del PP y del PSOE, y Vox debe ser ahora consciente de la fuerza
parlamentaria que tiene y no plantear exigencias imposibles.
Interpreto que está diciendo que no es el momento para que entren en el Gobierno.
Deberían hacer un análisis de lo que han dicho los ciudadanos en las elecciones y ajustarse a ello.
En su partido temen que Ciudadanos les «traicione» en la negociación. ¿Lo ve posible?
Si
el bloque de centro derecha no funciona como esperan nuestros votantes,
el partido que lo dificulte tendrá que asumir las responsabilidades.
De
aquí a las próximas elecciones ya no se acordará nadie, y Rivera puede
pensar que al PP le hace más daño perder poder que recuperarlo.
Es
curioso que hasta ahora todo se ha estado valorando en función de dos
bloques que parecían perfectos, y eso es lo que vendió Rivera en
campaña. Pero desde las elecciones parece que cada uno puede hacer lo
que quiera sin que tenga consecuencias ese doble juego con los votantes.
Estoy seguro de que los votantes de Ciudadanos no entenderían que
después de todo lo que han dicho en campaña ahora se pongan a negociar
con el PSOE o con Errejón.
Ante una
situación extrema, comentan en el PP que antes que perder las joyas de
la Corona, Comunidad y Ayuntamiento de Madrid, dejarían caer Castilla y
León o Aragón.
Contesto lo mismo que
antes. Dentro del bloque del centro-derecha, en Castilla y León el PP
fue el partido más votado. Y no vale lo de que hay que abrir una nueva
etapa porque el candidato, Alfonso Fernández-Mañueco, se presenta por
primera vez después de ganar un Congreso del PP y con una sólida
experiencia como alcalde de Salamanca.
Pero forma parte del mismo partido, el suyo, que lleva gobernando décadas la región. Como el PSOE en Andalucía.
La
situación no es comparable. Mire los indicadores económicos de una y
otra región. Hay que cambiar lo que no funciona, no lo que funciona.
Han
perdido la mayoría absoluta en feudos tradicionales del PP como
Castilla y León, Murcia, La Rioja, Valencia o Madrid. ¿A qué lo
atribuye? ¿La herencia?
Hemos pagado
nuestro Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Ha sido una etapa muy
difícil por la crisis, la irrupción de nuevas formaciones, el populismo.
Pero el PP sigue siendo la referencia del centro derecha.
¿Le parece apropiado que desde la periferia enmienden continuamente las decisiones de la dirección nacional y su estrategia?
El
PP es un partido vivo. Es bueno que la gente dé su opinión libremente y
que entre todos nos aconsejemos. Los alcaldes y presidentes autonómicos
están más sobre el terreno y su opinión siempre es muy útil. El PP
tiene 22.000 concejales, Ciudadanos, 2.000. Esta estructura es una de
nuestras principales fortalezas y es bueno que se mantenga viva y que
intercambiemos opiniones.
Según lo que
ha trascendido del último almuerzo con sus «barones», allí más que
intercambio de opiniones hubo censura a la tentación de que vuelvan a
derechizar la imagen del partido.
Siempre hemos estado en el mismo sitio.
¿Y por qué entonces los «barones» moderados, Feijóo y Moreno, se han convertido en un quebradero de cabeza?
En
absoluto. Mantengo un contacto permanente con el consejero de
Presidencia de Andalucía y con la secretaria general del partido. Y
también con el secretario general de Galicia. Nuestros presidentes
autonómicos son un activo. Y el problema es Susana Díaz, no Juan Manuel
Moreno.
¿Y Feijóo? ¿Le escuchan?
Feijóo
representa al PP que gana elecciones y sabe gestionar bien los recursos
públicos. Cuando hablamos de gestión, hablamos de Feijóo.
¿Por
qué sigue abierta la discusión sobre si el futuro pasa por el partido
moderado de Feijóo o el más situado a la derecha de Casado?
Sólo
hay un partido. Yo pertenecía al grupo de dirección del Congreso
propuesto por Rajoy. Si ponemos el foco en cosas erróneas nos estaremos
equivocando. En el último mes hemos sido el único partido que hemos
recuperado apoyo. Y venimos de un pasado en el que estuvimos muy abajo
en los sondeos, por debajo incluso de Ciudadanos.
¿Esa recuperación se ha producido porque se han centrado? Es lo que sostienen los dirigentes autonómicos.
Somos los mismos desde las elecciones generales a las municipales.
Sin Aznar, por ejemplo. ¿Dónde está?
No llevo su agenda. ¡Bastante tengo ya encima!
¿Pero seguirá haciendo vida de partido? En las elecciones generales estuvo; en autonómicas y municipales, no.
Todos
debemos tener claro que el lunes empezó la «era Casado». Ha terminado
un ciclo electoral completo que venía de Aznar porque Rajoy fue ministro
de Aznar, y todo formaba parte de la misma época. Y después de esta
transición ahora se abre una etapa nueva en la que tenemos que poner en
marcha un nuevo proyecto ilusionante y coherente con lo que son los
principios de nuestro partido, y que sirva para unificar la ilusión del
votante de centro derecha. El tiempo dejará ver la trascendencia del
momento histórico que estamos viviendo.
¿Está al tanto de que a nivel territorial se quejan de que no respeten su criterio ni se les escuche?
Esto
es un partido nacional, y eso debe entenderlo todo el mundo. Hay una
misma raíz común, pero claro que hay que respetar la idiosincrasia de
cada territorio. Yo estoy en contacto con todos los presidentes
provinciales porque creo que son uno de los principales motores del
partido.
En esta «era Casado», ¿el principal objetivo es recuperar voto de Vox?
El
voto no es de los partidos. Hay votantes que se sintieron defraudados
porque dejaron de ver en el PP lo que siempre hemos representado.
Nuestro reto es recuperar su ilusión. Todos los que creemos en la
libertad, en la igualdad de oportunidades y en la bajada de impuestos
debemos estar juntos.
Usted no está con los que creen que el problema del PP ha sido perder el centro. O eso me ha parecido.
Eso
no lo piensa nadie. No tiene nada que ver con el centro la gestión de
la crisis o los casos de corrupción que han lastrado la marca. El PP
tiene que estar centrado en lo importante, y es un error que estemos
continuamente hablando de lo que somos.
En
Génova transmiten que se sienten más fuertes después del 26-M.
¿Volverían a hacer todo lo que han hecho desde que cogieron las riendas
del partido?
Todos nos equivocamos,
pero objetivamente estamos enderezando el rumbo del partido que
recibimos en una situación muy difícil. Ahora vamos a trabajar para
recuperar la confianza y que la gente vuelva a ilusionarse con este
proyecto.
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