CHINCHILLA.- El Gobierno de Castilla-La Mancha está recuperando la perdiz roja autóctona a través de la puesta en marcha de un plan de cría en el centro de Chinchilla de Montearagón (Albacete) que ya está dando sus frutos. Su trabajo se centra en dos líneas principales: la recuperación genética de la especie y la mejora de la misma en el medio natural a través de la venta de pollos y huevos a las granjas comerciales, según Jara y Sedal.
Carlos Cano, jefe de sección de caza y pesca, y Teresa Perales,
ingeniero técnico forestal y jefe de negociado técnico de caza y pesca,
trabajan en la dirección del centro desde el servicio de política
forestal y espacios naturales de Albacete. Un agente medio ambiental y
dos peones -tres en la época de cría- trabajan a pie de campo.
Jara y Sedal ha podido contactar con Teresa Perales, quien nos
explica que el año pasado tuvieron una producción de unas 7.000 perdices
que aprovecharon, por un lado, para ceder gratuitamente a granjas cinegéticas de la región –100
por cada una– con la condición de que les garantizaran «que iban a ir
eliminando todas las partidas de reproductores y sustituyéndolas por
estas en un máximo de cinco años» y, por otro lado, «para repoblaciones
en cotos de caza con zonas ZEPA» –de especial protección para las
aves–.
Perales asegura que «la perdiz roja es una especie
emblemática en la región» pero su problema es que «de otros países como
Turquía vinieron otras especies de perdiz con mayor producción
que se hibrida con la nuestra».
Precisamente debido a ello, nació esta
granja en el año 1976 con el objetivo de garantizar la genética pura de
la perdiz roja autóctona, «lo que que pasa es que en un inicio lo que se
hizo fue coger huevos del campo para después soltar las perdices en los
cotos sociales».
Poco después, «en los años más duros de la crisis»
hubo «un parón en la producción». Si bien «se mantuvieron los
reproductores», relata la técnico.
La Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural formalizó un contrato a mediados de 2018 con el fin de relanzar la actividad del centro de cría, que ahora ha vuelto a su máximo apogeo.
Según Perales actualmente capturan las perdices «en el campo de
maniobras de la zona militar de Albacete», una zona «de más de 10.000
hectáreas donde sabemos que nunca ha habido de otro tipo de perdices».
Después, las analizan genéticamente, «así conseguimos obtener
reproductores 100% puros», dice. Por último, pasan a formar parte del
centro, que actualmente cuenta con 890 parejas que le permitirán obtener este año entre 10.000 y 12.000 perdigones.
Dentro de cada una de las 3 naves con las que cuenta el centro, hay 35 parques de vuelo de 250 metros cuadrados cada uno. Antes de pasar a ellos, se realizan 4 incubaciones anuales. «La primera comenzó este lunes y nacerán el 5 de abril», dice la técnico.
En cuanto a la venta o cesión, Perales explica que el año pasado se
regalaron de manera «excepcional», pero que a partir de ahora los huevos
se venderán a 1 euro, los pollitos de 1 a 2 semanas a 3 euros, los de 2
a 3 semanas a 4 euros, los pollos de 3 a 6 meses a 6 euros y, por
último, los de más de 6 meses a 7 euros.
La Ley de Caza de Castilla-Las Mancha contempla que está prohibida la
suelta de ejemplares que no sean genéticamente puros, «pero
verdaderamente no había una orden de regulación que lo abalara», nos
cuenta Teresa Perales.
«Sin embargo, ahora está en fase de borrador y en
menos de un mes saldrá publicado en el boletín oficial el modelo de
certificación», añade.
Según la jefa de negociado técnico, se va a establecer una metodología para la comercialización de las perdices por parte de las granjas cinegéticas particulares, «de modo que si no están certificados y no tenemos una garantía de que tienen una genética 100% pura, no van a poder vender perdices».
Debido a lo anterior, el centro de cría de Chinchilla de Montearagón se establece «como un centro de referencia» para
poder hacer cesión y venta de perdices que son genéticamente puras.
«Ahora el objetivo es vender reproductores a quien lo solicite».
En cuanto a la introducción de perdices en los cotos de caza y la gestión de sus poblaciones, Perales dice que «es muy goloso tener perdices a bajo precio, pero tenemos que preservar nuestra genética».
Además destaca el carácter de nuestra perdiz brava: «No lo vas a
conseguir con otras híbridas». Por último, se despide con un consejo
para aquellos cazadores de zonas donde la densidad de perdices rojas
haya disminuido drásticamente: «No se trata de cazar o no cazar sino de gestionar bien».
Este centro de cría público no es el único servicio que Castilla-La
Mancha ofrece a los cazadores. Actualmente, las licencias de caza y
pesca son gratuitas para los mayores de 65 años residentes en la región.
Además, para los cazadores que pertenecen a Zonas Colectivas de Caza,
las tasas de matrícula y su renovación tienen una bonificación del 50 %.
Si además el titular es una sociedad o club federado, existe un 15 % de
descuento adicional.
Por otro lado, Castilla-La Mancha cuenta con dos cotos sociales de
caza en montes públicos: ‘Canadillas’ en Sevilleja de La Jara (Toledo) y
‘La Dehesa’ en Alpera (Albacete) donde se priorizan los cazadores
locales y regionales frente a los nacionales, para acceder a uno de los
puestos –40 por ciento del cupo es para cazadores locales, un 40 por
ciento autonómicos, y un 20 por ciento nacionales–, «permitiendo la
práctica cinegética en igualdad de oportunidades», tal y como señalan
desde la propia Junta de Comunidades.
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