SEVILLA.- La profesión de organizador profesional empieza a despegar en España, aunque todavía está en una fase de arranque,
gracias al trabajo de estos profesionales que ayudan a poner orden en
los espacios domésticos aligerando la vivienda de cosas innecesarias.
Cristina
Muñoz es una de las pioneras en dedicarse a esta profesión en Andalucía
y forma parte de la organización que los agrupa en toda España, que se
creó hace tres años para dar visibilidad a estos servicios e
impulsarlos.
Cristina Muñoz inició
su etapa profesional como organizadora de espacios hace unos dos años y ha explicado que en Estados Unidos esta profesión está implantada desde
hace más de cuarenta años, pero en España empezó hace poco tiempo y
actualmente la organización la integran más de cien profesionales.
La
sociedad actual es el germen del nacimiento de estos servicios
profesionales de organizadores, ya que todos somos "acumuladores" porque
vivimos en una "sociedad consumista y cuanto más tienes más difícil es
mantener un orden en tu vivienda", y, además, no sabemos desprendernos
de las cosas porque le damos "demasiado valor".
Los organizadores
profesionales ayudan a "simplificar y aligerar las cosas que se acumulan
en las casas", explica Cristina Muñoz.
Aproximadamente usamos una cuarta parte de la ropa que tenemos en los armarios, apunta.
Se
trata de un trabajo vocacional que requiere habilidades porque hay que
"empatizar con otras personas para entender lo que necesitan y hacer más
ligero su día a día" y, además, entras en su espacio privado, que es su
vivienda, señala.
En primer lugar el profesional le plantea al
cliente qué necesita quedarse en esa etapa concreta de su vida y se le
ofrecen soluciones como donar lo que no le hace falta para dejar espacio
libre, si bien precisa que los artículos de valor sentimental se dejan
para el final porque es más difícil de desprenderse de ellos.
Los
clientes de estos servicios son en su mayoría mujeres porque son las que
"llevan la carga organizativa en los hogares", pero muchas requieren
que "le den un impulso para tomar decisiones".
Es, según esta
experta, un "ejercicio de descarga que cuando lo llevas a cabo parece
que te has quitado una gran mochila de la espalda".
Cristina Muñoz
está especializada, tanto en internet como presencial, en poner orden
en los armarios, aunque abarca también todos los espacios de la
vivienda, incluidos trasteros y guardamuebles, y el precio del servicio
por ordenar un armario ronda los 120 euros, y los de otro tipo depende
del tamaño de la casa y sobre todo del volumen de carga de trabajo.
Aclara
que esto hay que verlo como una inversión y no como un gasto y, además,
es algo que forma parte de un servicio doméstico más para hacer la vida
más fácil.
Compara el despegue de esta profesión con los
asistentes de compras, que empezaron hace más de diez años y actualmente
es un servicio habitual para ayudar a adquirir ropa y complementos.
Cristina
Muñoz, que ha sido emprendedora como ceramista y trabajó en Ikea como
decoradora de espacios, desembarcó en esta profesión tras un despido
improcedente, y emprendió este camino profesional en solitario con una
página web y con las redes sociales, donde en Instagran ya cuenta con
más de 10.000 seguidores.
Prueba de que esta profesión tiene
futuro es la demanda de formación de personas que se quieren dedicar a
esto.
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