MADRID.- ¿Cómo impulsar el desarrollo económico de una región pobre? La
pregunta ha sido un constante quebradero de cabeza para los estados
modernos. Muchos de ellos, atenazados por enormes desigualdades
internas, han impulsado políticas ambiciosas para salvar la brecha que
separa a las regiones ricas de las menos desarrolladas. Pocos han
triunfado. ¿El motivo? La escasa eficiencia de algunas políticas. Como la mejora educativa y profesional, se afirma hoy en https://magnet.xataka.com.
¿Qué? Lo ilustra un trabajo
realizado por tres investigadores del Banco de Italia. A mayor
cualificación de la mano de obra en el Mezzogiorno, una de las regiones
más pobres del continente, mayor volumen de emigración. La promoción del
capital humano en las provincias menos privilegiadas del sur ha
provocado que muchos italianos viajan hacia el norte en busca de mejores
oportunidades laborales.
A consecuencia, el sur sufre una permanente fuga de cerebros.
¿Por qué? Las causas son complejas y variadas. El estado italiano impulsó una incisiva reforma
de la educación obligatoria durante los años sesenta. El objetivo era
dotar de mayores recursos profesionales a las poblaciones del
depauperado sur. Aquella inversión educativa nunca estuvo acompañada de
un desarrollo económico real, lo que dejó a millones de jóvenes altamente cualificados sin espacios laborales donde progresar.
¿Dónde había trabajo? En el norte. Y allí migraron.
Cifras. Hay una disonancia entre el capital humano
de las nuevas generaciones y las oportunidades que encuentran en
provincias como Calabria o Basilicata. El estudio estima que un año
extra de formación educativa aumenta las probabilidades de huida en un
1,7%. Es una cifra que ilustra las enormes barreras estructurales a la convergencia económica dentro de los estados, y lo limitado de algunas políticas.
Ejemplos. España es otro ejemplo, si acaso menos extremo. Regiones históricamente pobres como Andalucía o Extremadura
producen generaciones de profesionales bien formados. Sin embargo,
huyen a los centros productivos del país ante la ausencia de
oportunidades laborales en sus regiones. Como vimos en su día, la
economía española se ha centralizado de forma drástica desde el nacimiento de las autonomías.
Hay más desarrollo, sí, pero termina en Madrid.
Autovías. El estudio admite que cada región está sujeta a particularidades, y que la migración interna tiene otros efectos positivos. Sin embargo, existe cierto patrón en otros puntos de Europa, como Alemania Oriental o los países del este. El Mezzogiorno es un caso extremo,
y otras regiones antaño menos desarrolladas, como el sur español o la
antigua RDA, han convergido mejor. Su caso, pese a todo, sirve como
advertencia.
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