MADRID.- El Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido aplazar la reforma del sistema de
financiación autonómica, pendiente de renovar desde 2014, hasta la
próxima legislatura. La situación política en Cataluña, la inminencia de
las elecciones autonómicas y municipales y la fragilidad parlamentaria
explican el retraso, adelanta hoy El País.
La mayoría de las comunidades no tienen prisa ahora
para abordar la reforma porque con la recuperación, el sistema les
brinda más recursos que nunca. Los Presupuestos de 2019 consignan una
partida de más de 110.500 millones para las autonomías, la mayor
cantidad que han dispuesto nunca.
Entre los retos que Sánchez se planteó en junio, cuando se convirtió
en presidente, figuraba la reforma de la financiación autonómica. El
presidente no se mostró nunca muy optimista sobre esta compleja reforma,
que requiere poner de acuerdo a los presidentes de 17 comunidades.
La
ministra de Hacienda, María Jesús Montero, retomó los trabajos que su predecesor había dejado encaminado.
Creyó que con la recuperación económica y los recursos adicionales que
repartiría el sistema en 2019 habría una pequeña oportunidad. Pero la
realidad es tozuda. “Estamos trabajando en ella (la reforma).
En la
medida en que podamos tener un clima de diálogo que no provoque el
enfrentamiento territorial será más fácil llegar a un sistema que
permita la convergencia y que los territorios que están peor puedan dar
un salto”, avanzó Montero durante una entrevista a El País.
La ministra, inmersa en la aprobación de los Presupuestos, apostilló:
“El debate técnico está en marcha. En esta legislatura ya dijo el
presidente que podremos avanzar con los trabajos técnicos y en mejorar
el clima, pero no da tiempo para sacar el proyecto adelante. Debemos
lograr que cuando Cataluña se siente a hablar de financiación lo pueda
hacer sin insultarse entre territorios como intentan hacer algunos
partidos”.
Tras la renuncia a abordar el modelo de financiación se esconde un
complejo calendario electoral. La Moncloa es consciente de que no puede
abrir el melón a cinco meses de las elecciones autonómicas. El
calendario no se cierra ahí. La política está pendiente de la decisión
de Sánchez de convocar elecciones generales.
Aunque el sábado dijo que no lo haría hasta
2020, los presidentes autonómicos están alerta. Y la situación en
Cataluña no termina de desinflamarse. Hasta ahora la Generalitat ha
protagonizado todas las reformas del sistema. En todas las renovaciones
del modelo ha liderado las negociaciones, pero ahora está al margen.
“No se puede dar la impresión de que los tiempos los marcan las
reivindicaciones independentistas”, explica Pilar Blanco-Morales,
consejera de Hacienda de la Junta de Extremadura. “Una reforma de este
calado, rigurosa y estable requiere de una estabilidad política y eso no
se da en vísperas de las elecciones”, añade la vicepresidenta
extremeña.
La decisión de aplazar la reforma del modelo ha despertado recelos en
varios de los presidentes y consejeros de Finanzas autonómicos.
“Queremos que el tema se agilice. Si las elecciones son en 2020,
nosotros apoyamos al presidente, pero tendrá que haber antes algún tipo
de solución”, señalan fuentes de la presidencia de la Comunidad
Valenciana.
“Puede ser una reforma transitoria, medidas parciales que
tengan encaje luego en la reforma global, pero se tiene que avanzar”,
abundan.
Más dinero, menos prisa
Montero trató de relanzar los trabajos técnicos dentro del Consejo de
Política Fiscal y Financiera —el cónclave donde el Gobierno y las
comunidades discuten de asuntos de dinero—, pero apenas ha avanzado. La
comisión para la reforma del sistema solo se ha reunido una vez.
“El anterior Gobierno reunió hasta en nueve ocasiones el comité
técnico que ha hecho un trabajo de diagnóstico que entregó este verano
como base para la reforma durante esta legislatura”, indican en la Consejería de Hacienda de Madrid.
Y añaden: “No entendemos cómo la actual
ministra cuando era consejera consideraba prioritario cerrar plazos.
Hace seis meses consideraba que era posible la reforma en esta
legislatura, y ahora no lo ve viable. No se entiende salvo que se hayan
cambiado radicalmente las necesidades y las prioridades de este país”.
Con la recuperación económica algunas comunidades ya no tienen tanta prisa por renovar el sistema, que les aporta más recursos que nunca. Este año recibirán más de 110.500 millones
para financiar la sanidad, educación y servicios sociales, un récord. Y
las ganadoras son las más prósperas.
“Está demostrado que el sistema de
2009 está pensado para las comunidades más grandes, con más población y
más dinámicas en sectores generadores de IVA. En cuanto el mercado
inmobiliario se ha desperezado han empezado a recibir mucho dinero y ya
no tienen prisa”, explican fuentes de otra comunidad que apremia a
reformar el sistema.
“Hay comunidades y ayuntamientos que están nadando
en dinero”.
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