MADRID.- Vox tiene un plan para "acabar con el lastre de las autonomías" porque
considera que eliminan "el sentimiento patriótico", impiden la
solidaridad entre regiones, así como estudiar y trabajar usando la
lengua española en varias comunidades, y provocan la "desigualdad" en
servicios básicos como la sanidad.
Con el objetivo de "regenerar" España, el partido de la "nueva derecha", como la autodenominan sus dirigentes, está convencido de que hay que implantar "un proyecto sugestivo de vida común", tal y como recoge su documento titulado "El lastre de las autonomías".
Vox, que defiende la descentralización a través de las diputaciones provinciales, sitúa los principios básicos en "cohesionar la nación, conseguir la eficiencia del Estado, mejorar la calidad de las instituciones y garantizar la cercanía de la gestión pública e impulsar el crecimiento económico en beneficio de todos los españoles, vivan donde vivan".
Las autonomías, según el plan de Vox, fomentan la división entre españoles y también impiden que se pueda estudiar o trabajar en español en el País Vasco, Cataluña, la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares.
También reprochan que, económicamente, las autonomías sirven para subvencionar a los medios de comunicación "afines y marginar a los independientes", multiplicar los entes y empresas públicas, subir los impuestos y mantener un estado "sobredimensionado e ineficaz".
Consideran que sirven para "colocar a políticos y amiguetes", impedir una justicia común, multiplicar por diecisiete la legislación, "crear el caldo de cultivo" de corruptelas como los casos Pujol, Gürtel, Púnica o los ERE y mantener tensiones con el Estado mediante la constante petición de competencias.
El plan nacional de Vox para eliminar la actual división territorial del país prevé ofrecer a las autonomías incentivos para que voluntariamente retornen a lo que denominan un régimen común, lo que conllevaría la asunción por el Estado de su deuda pública.
Además, defiende la aplicación "sin complejos" del artículo 155 de la Constitución, que suspende la autonomía política en caso de "desobediencia", y anular las normas que discriminen la libre circulación de personas, bienes y capitales, o políticas lingüísticas o barreras que perjudiquen al mercado interior.
La propuesta recoge en otra de sus fases la previsión de que algunas autonomías no devuelvan sus competencias al Estado.
Para estos casos, Vox plantea una segunda etapa que supondría un proceso constituyente y negociado al recoger una "modificación sustancial" de la Constitución para eliminar el "pretendido derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones".
La tercera y última fase sería ejecutar, tras un "imprescindible cambio constitucional", la eliminación del "derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones".
"La demolición total de las autonomías solo puede ser factible a medio plazo, si bien es preciso llevarla a cabo cuanto antes" por la "insostenible magnitud" del gasto para mantenerlas, concluye Vox.
Igualmente destacables fueron las propuestas que este partido planteó al PP en el pacto para apoyar la investidura de Juanma Moreno, el actual presidente de Andalucía, donde la formación de Santiago Abascal tiene 12 escaños.
Pese a que fueron muy matizadas o no incluidas en el acuerdo, Vox llegó a exigir que el Día de Andalucía pase del 28 de febrero al 2 de enero, para hacerlo coincidir con el de la Toma de Granada, "en conmemoración de la culminación de la Reconquista".
Entre las competencias a recentralizar incluyó Educación, Sanidad, Justicia y Orden Público, así como la propuesta de reforma para suprimir el término "realidad nacional" del Estatuto de Autonomía andaluz.
Con el objetivo de "regenerar" España, el partido de la "nueva derecha", como la autodenominan sus dirigentes, está convencido de que hay que implantar "un proyecto sugestivo de vida común", tal y como recoge su documento titulado "El lastre de las autonomías".
Vox, que defiende la descentralización a través de las diputaciones provinciales, sitúa los principios básicos en "cohesionar la nación, conseguir la eficiencia del Estado, mejorar la calidad de las instituciones y garantizar la cercanía de la gestión pública e impulsar el crecimiento económico en beneficio de todos los españoles, vivan donde vivan".
Las autonomías, según el plan de Vox, fomentan la división entre españoles y también impiden que se pueda estudiar o trabajar en español en el País Vasco, Cataluña, la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares.
También reprochan que, económicamente, las autonomías sirven para subvencionar a los medios de comunicación "afines y marginar a los independientes", multiplicar los entes y empresas públicas, subir los impuestos y mantener un estado "sobredimensionado e ineficaz".
Consideran que sirven para "colocar a políticos y amiguetes", impedir una justicia común, multiplicar por diecisiete la legislación, "crear el caldo de cultivo" de corruptelas como los casos Pujol, Gürtel, Púnica o los ERE y mantener tensiones con el Estado mediante la constante petición de competencias.
El plan nacional de Vox para eliminar la actual división territorial del país prevé ofrecer a las autonomías incentivos para que voluntariamente retornen a lo que denominan un régimen común, lo que conllevaría la asunción por el Estado de su deuda pública.
Además, defiende la aplicación "sin complejos" del artículo 155 de la Constitución, que suspende la autonomía política en caso de "desobediencia", y anular las normas que discriminen la libre circulación de personas, bienes y capitales, o políticas lingüísticas o barreras que perjudiquen al mercado interior.
La propuesta recoge en otra de sus fases la previsión de que algunas autonomías no devuelvan sus competencias al Estado.
Para estos casos, Vox plantea una segunda etapa que supondría un proceso constituyente y negociado al recoger una "modificación sustancial" de la Constitución para eliminar el "pretendido derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones".
La tercera y última fase sería ejecutar, tras un "imprescindible cambio constitucional", la eliminación del "derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones".
"La demolición total de las autonomías solo puede ser factible a medio plazo, si bien es preciso llevarla a cabo cuanto antes" por la "insostenible magnitud" del gasto para mantenerlas, concluye Vox.
Igualmente destacables fueron las propuestas que este partido planteó al PP en el pacto para apoyar la investidura de Juanma Moreno, el actual presidente de Andalucía, donde la formación de Santiago Abascal tiene 12 escaños.
Pese a que fueron muy matizadas o no incluidas en el acuerdo, Vox llegó a exigir que el Día de Andalucía pase del 28 de febrero al 2 de enero, para hacerlo coincidir con el de la Toma de Granada, "en conmemoración de la culminación de la Reconquista".
Entre las competencias a recentralizar incluyó Educación, Sanidad, Justicia y Orden Público, así como la propuesta de reforma para suprimir el término "realidad nacional" del Estatuto de Autonomía andaluz.
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