MADRID.- El ex director general del Banco de
España Aristóbulo de Juan ha lamentado hoy que la supervisión bancaria
"ha caído en desgracia" y es más laxa que en el pasado.
En un encuentro con periodistas previo a una conferencia que
pronunció hoy en el Ateneo de Madrid, bajo el título de "Reflexiones
ante una nueva etapa del Banco de España", también ha criticado la
tendencia de las autoridades supervisoras europeas a "alinearse con las
economías más débiles" pues "sólo genera problemas".
Asimismo, ha asegurado que el capital y las provisiones
son "medicina preventiva" para los bancos, puesto que permiten actuar a
tiempo, mientras que las ampliaciones de capital son "transfusiones de
sangre" que incluso "pueden ser mentira" si se autofinacian.
"El capital de una entidad no es solo capital mas reservas, sino que
es el capital mas las reservas menos la insuficiencia de provisiones",
ha explicado.
"No hay más que un capital: lo que tienes, menos lo que debes", ha dicho.
"Lo que se hace hora y está admitido por Fráncfort, es tapar los
agujeros con ampliaciones de capital", que es una "falacia muy
peligrosa", porque aportan liquidez pero no es capital.
"Basar el capital en activos ponderados por riesgos y dejar al libre
albedrío de las entidades decidir en qué porcentaje de su activo tiene
riesgos", no es buena idea, pues algunas pueden calcular por lo bajo, ha
dicho.
Por todo ello, De Juan ha abogado por que
las entidades computen su capital con arreglo a los criterios de Basilea
I, más rigurosos y preferibles, a su juicio, que los actuales, que
permiten considerar capital de máxima calidad a bonos convertibles y
otros vehículos como los créditos fiscales.
Para ser
capital el instrumento en cuestión no debe ser "oneroso ni exigible",
añadió De Juan, que criticó especialmente a los créditos fiscales (DTA),
que no son otra cosa que ventajas fiscales futuras que las entidades se
apuntan como capital.
"Nunca he visto un activo que en vez de producir ingresos produzca costes", ha dicho.
En este sentido, ha puesto el ejemplo del Banco Popular, que poco
antes de ser intervenido declaraba un porcentaje de capital regulatorio
del 11,9 % y en realidad tenía un agujero de más de 8.000 millones de
euros.
También se ha mostrado convencido de que
"dentro de poco" habrá otra crisis, que sería menos dañina con un
sistema (financiero) más fuerte, y entre las principales amenazas que
afronta el escenario actual ha mencionado la geopolítica tanto en España
como en el extranjero.
Por último, se ha mostrado
de acuerdo con la advertencia que hizo ayer el gobernador del Banco de
España, Pablo Hernández de Cos, sobre el incremento del crédito al
consumo, y el riesgo de relajar los criterios en la concesión de este
tipo de financiación.
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