MADRID.- El agujero
financiero del Estado y de las autonomías se agrandó en otros 10.000
millones de euros el año pasado, y sigue yendo a más. La diferencia
entre el capital disponible y las deudas acumuladas arroja unos números rojos
de más de 920.000 millones de euros, según los
datos certificados por el Banco de España. Dicho de otra forma: si las
administraciones central y autonómica tuvieran que saldar sus préstamos
con el dinero del que disponen, entre las dos les faltaría casi un
billón de euros, razona hoy Abc.
Durante
los años de la crisis, ese agujero financiero aumentó al galope.
Superada la crisis, sigue creciendo; a menor ritmo, pero sigue
engordando. La recuperación económica y los mayores rendimientos
tributarios que genera la actividad productiva no han conseguido -al
menos todavía- que el Estado y las autonomías entren en la senda del
saneamiento financiero. Ni siquiera del equilibrio. Así que,
prácticamente mes a mes, ven adelgazar sus reservas de dinero -activos- y ven crecer sus deudas, los pasivos.
Según
los últimos datos certificados por el Banco de España, las autonomías
son las que más empeoraron sus cuentas durante el último ejercicio. En
2017, las administraciones autonómicas agrandaron su agujero financiero
un 1,32%, mientras que la Administración central
lo empeoró un 1%. Nada que ver con lo que vienen haciendo los
ayuntamientos y las corporaciones locales en general -lo que incluye a
las diputaciones-.
Como informó Abc, las entidades locales se han anotado un ahorro neto de más de 32.000 millones de euros en los últimos seis años, lo que les ha permitido recortar sustancialmente su endeudamiento y, al mismo tiempo, aumentar sus activos.
Como informó Abc, las entidades locales se han anotado un ahorro neto de más de 32.000 millones de euros en los últimos seis años, lo que les ha permitido recortar sustancialmente su endeudamiento y, al mismo tiempo, aumentar sus activos.
Desde el año 2010, el agujero financiero del la Administración central se ha duplicado. El 31 de diciembre de aquel año ese agujero era de 326.201 millones de euros; el 31 de diciembre de 2017 fue de 651.559 millones. Y, al menos durante el primer trimestre del presente ejercicio -último dato disponible-, la situación, en vez de mejorar, ha seguido empeorando. Las arcas estatales -y las de la Seguridad Social- sintieron con crudeza los efectos de la crisis. Actuaron de primera línea del frente.
El «roto» autonómico
Tras aquel delicado escenario al que tuvieron que hacer frente las arcas del Estado, su agujero financiero se ha ido conteniendo en los últimos años. La diferencia entre activos y pasivos sigue dando números rojos, pero de mucha menor envergadura que en los años de la crisis.La evolución de las cuentas de la Administración del Estado está siendo considerablemente mejor que las de las autonomías. De hecho, el agregado autonómico sigue siendo el punto más débil de las finanzas públicas españolas.
En siete años, los gobiernos autonómicos han agrandado su agujero financiero un 116%: el 31 de diciembre de 2010, tenían un capital 126.201 millones de euros menor que las deudas que acumulaban; al acabar 2017, ese «roto» era de 272.500 millones de euros.
Con el paso de los años, las autonomías se cargaron con unos gastos estructurales excesivos en comparación con los ingresos, incluso en los años de bonanza. Por eso el endeudamiento autonómico creció también a gran velocidad en los años del «boom», cuando la recaudación nutría generosamente las arcas de las administraciones públicas españolas.
Ahora, cada vez entra más dinero en las arcas de las autonomías, pero de nada sirve para sanear sus cuentas, porque el endeudamiento crece a un ritmo mucho mayor que el de los ingresos. Es la consecuencia directa de seguir gastando muy por encima de las posibilidades reales. Durante 2017, el capital de las autonomías aumentó en 5.000 millones de euros en números redondos, una cifra excepcionalmente elevada.
Sin
embargo, al mismo tiempo se cargaron con casi 9.000 millones más en
préstamos, consecuencia directa de ese déficit endémico en el que sigue
instalado el sector público autonómico en su conjunto.
Desde que la economía española volvió a la senda del crecimiento, el agregado autonómico ha acumulado un agujero financiero de otros 30.350 millones. El «roto» fue de 17.583 millones de euros en 2015; de 9.219 millones en 2016, y de 3.548 millones este último año 2017.
Desde que la economía española volvió a la senda del crecimiento, el agregado autonómico ha acumulado un agujero financiero de otros 30.350 millones. El «roto» fue de 17.583 millones de euros en 2015; de 9.219 millones en 2016, y de 3.548 millones este último año 2017.
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