MADRID.- La
oleada de huelgas a la que ha tenido que hacer frente Ryanair este año
está generando una factura millonaria para la compañía. No solo ha
lastrado su beneficio, que bajó un 20% en su primer trimestre fiscal
hasta los 319 millones. También se ha llevado más de 3.000 millones de euros de su valor bursátil,
que ha caído desde los 18.700 millones que marcaba a finales de marzo
-cuando comenzaron los primeros paros- hasta los 15.500 de ayer, tal como recoge hoy Abc.
Una
caída que todavía puede aumentar, teniendo en cuenta que la compañía
afronta hoy una nueva huelga de pilotos en Bélgica, Suecia, Irlanda y
Alemania. Está por ver si finalmente Holanda, donde Ryanair ha
acudido a los tribunales, se suma a las protestas, que afectarán a unos
67.000 pasajeros.
Para minimizar el conflicto, la compañía ha
cancelado casi 400 vuelos, el 16,5% de los 2.400 programados para hoy.
Entre ellos, 82 (41 conexiones) tenían como origen o destino España,
según publicó ayer la aerolínea en su página web.
El parón,
secundado por la Asociación Sueca de Pilotos (SPF), los pilotos
afiliados a la federación sindical belga (CNE), el sindicato alemán
Vereinigung Cockpit (VC) y la Asociación de Pilotos Irlandeses de
Aerolíneas (Ialpa), responde a la falta de entendimiento entre estas
organizaciones y la empresa a la hora de fijar mejoras laborales en los
convenios colectivos de cada país.
Además, estas organizaciones denuncian que muchos pilotos son contratados en realidad como falsos autónomos.
Según
Ryanair, detrás de estas movilizaciones está «un diminuto grupo de
pilotos» de su rival irlandesa Aer Lingus, parte del «holding»
hispano-británico IAG, que «trabaja ahora con otros sindicatos de
pilotos en toda Europa» para organizar protestas.
Se trata
de una situación cada vez más familiar para Ryanair y que debilita su
postura en cada negociación.
La huelga del 29 de marzo realizada por los
tripulantes de cabina portugueses de la empresa fue la génesis de una
oleada de protestas que ha terminado dinamitando la campaña veraniega de
la aerolínea.
A principios de julio los pilotos irlandeses de la
compañía ya convocaron paros, a lo que se suman las dos jornadas de
huelga que los tripulantes de cabina de la «low cost» realizaron a
finales del mes pasado en España, Bélgica y Portugal e Italia (en este
caso solo de un día) para protestar contra el modelo de Ryanair, que
impone un sistema laboral irlandés a estos trabajadores.
El conflicto en este caso no está ni mucho menos cerrado, sino que ambas partes postergaron sus contactos hasta el próximo 5 de septiembre.
Será un encuentro clave, ya que si finalmente termina sin acuerdo, fuentes
sindicales apuntan que tripulantes de cabina y pilotos podrían convocar
movilizaciones conjuntas durante las siguientes horas.
Cuestionado
Y
es que si bien algunos sindicatos europeos también piden mejoras
salariales, la mayoría de ellos exigen un cambio en el modelo laboral de
Ryanair para cesar sus movilizaciones. La compañía, sin embargo, se ha negado a aceptar una nueva senda laboral. Insiste en su sistema «made in» Irlanda
porque, básicamente, es uno de los pilares que sostiene su modelo de
negocio. Y este es innegociable para la compañía.
«Esperamos nuevas
huelgas en verano, pero no estamos preparados para conceder irracionales
demandas que pondrían en riesgo nuestros bajos precios y nuestra
eficiencia», señaló Michael O´Leary, consejero delegado de la empresa,
durante la presentación de los resultados de la empresa durante el
primer trimestre fiscal.
Ante la insistencia de sus trabajadores
en la huelga, la compañía ha llegado a amenazarles con recortes de
puestos de trabajo y reducción de bases. Una advertencia que ya se ha
cumplido en el caso de Irlanda, donde Ryanair tiene previsto reducir un 20% su flota y recortar 300 empleos.
Hay que tener en cuenta que la compañía, cuenta con una gran
inexperiencia en este tipo de situaciones. Hasta el mes de diciembre,
cuando se produjo una protesta de pilotos alemanes, Ryanair presumía de
no haber sufrido una huelga en sus más de 30 años de historia. También
es cierto que durante este periodo no reconoció ningún sindicato que no
fuera directamente controlado por la empresa.
En tan solo nueve meses, la situación ha cambiado de forma radical. Ahora Ryanair se enfrenta a una crisis de identidad que no solo le ha enfrentado con los sindicatos, sino también con sus propios consumidores.
En el caso de España, estos se están organizando para exigir indemnizaciones millonarias a
la aeorlínea por el caos provocado a finales de julio.
La plataforma En
Colectivo, impulsada por QualityNova Consultores y con el apoyo de
Cremades & Calvo-Sotelo Abogados anunció el martes que trabaja en
una demanda colectiva contra la empresa.
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