MADRID.- Frutas y verduras frescas han perdido peso en la cesta española de la compra en
2017, mientras que las transformadas vuelven a retomar su senda
alcista; a pesar de ello, su consumo es muy importante en los hogares
españoles, solo superado por las categorías de alimentos preparados y de
leche y lácteos.
Según el Informe del Consumo de Alimentación en España 2017 difundido
por el ministerio de Agricultura y Alimentación (MAPA), la cuota en
volumen del "resto de alimentación" en el carrito de compra es del
18,6%; frente al 17,2% de leche y lácteo; el 14,6% de frutas frescas y
el 12,1% de hortalizas y patatas frescas.
El documento parte de un consumo total -con datos de consumo tanto
dentro como fuera del hogar- de 4.354 millones de kilos de hortalizas y
4.287 millones de kilos el de frutas en España en 2017.
De esas cantidades, los datos relativos al consumo dentro del hogar
alcanzan los 3.875 millones kg de hortalizas y 4.267 millones kg de
frutas, lo que equivalen a un consumo anual per cápita de 101,2 y 96,4
kilos, respectivamente.
La categoría de "fruta fresca" en el hogar sumó 4.216 millones kg
(-3,5% respecto a 2016), con la naranja como principal producto (812
millones kg, -5,5%), seguida del plátano (527 millones kg, -1,1%) y
manzana (448 millones kg, -5,9%); el mayor incremento de consumo fue
para la cereza (180 millones kg, +4,4%).
La compra total de "hortalizas frescas" para su consumo en el hogar
fue de 2.528 millones de kg (-4,1%), con una aumento de su precio medio
del 4,9%; mientras, la compra de "patatas frescas" ascendió a 966,88
millones de kg (-2,4%), con un retroceso de su valor medio del 5,1%.
Sobre la categoría de "frutas y hortalizas transformadas" -incluye
conservas como mermeladas, fruta en almíbar o escarchada y congelados-
en el hogar, el MAPA recoge que su volumen rondó los 591,91 millones de
kg, un 1,8% más que en 2016, año este último en el que bajó un 1,9%
respecto a 2015.
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