MURCIA.- Con todos los peregrinos ya de regreso, finaliza la L
Peregrinación Diocesana a Lourdes, un aniversario muy especial para la
Hospitalidad Murciana de Nuestra Señora de Lourdes. Las más de 1.500
personas que han participado en la peregrinación se desplazaron hasta
Lourdes en dos aviones, 22 autobuses, tres autobuses ambulancia y
decenas de coches particulares.
El presidente
diocesano de la Hospitalidad de Lourdes, Joaquín Martínez, agradece el
servicio prestado por todos los voluntarios, más de 900, que han
trabajado incansablemente durante estos días.
“Hace apenas unas horas la
Peregrinación Jubilar, los cincuenta años de encuentro con María en
Massabielle, han concluido. Más de 1.500 murcianos han acudido prestos y
dispuestos a Lourdes y un año más, el que va a servir ha vuelto servido
y el servido ha vuelto a ser instrumento para servir a los demás, pues a
través de su enfermedad hecha oración, fe, aceptación, alegría,
esperanza e ilusión, hace que el ‘sano’ se dé cuenta de su ‘enfermedad’ y
el enfermo sepa de la Gracia que Dios ha derramado en él”, explica
Martínez.
Días de servicio, de compartir y también
de emoción, señala el Obispo de Cartagena: “Ir a Lourdes siempre es una
emoción grande, pero este año de una forma especial, porque estamos
celebrando el Año Jubilar Hospitalario y por el gran número de
peregrinos que hemos ido desde la Región de Murcia. No hay palabras, es
muy emocionante. Esta peregrinación nos habla de la necesidad que
tenemos de mirar a María, a La Señora, para cargar las pilas y regresar a
nuestras casas con una esperanza nueva”, destaca Mons. Lorca Planes.
La
de la Diócesis de Cartagena ha sido la peregrinación más numerosa de
las que estos días han coincidido en Lourdes. La Hospitalidad Murciana
ha aumentado este año el número de peregrinos, 400 más que el año
pasado.
La misa en la Gruta fue la última
celebración, en ella, Joaquín Martínez, en nombre de todos los
hospitalarios, ofreció a la Virgen la Medalla de Oro de la Región de
Murcia, que la Hospitalidad recibía el pasado 9 de junio.
“Me
siento alegre y satisfecho, a la vez que indigno, de estar encargado de
esta parcela de nuestra Iglesia que es la Hospitalidad, un regalo del
Señor, una puerta para entrar al Cielo, un atajo a la santidad. Gracias
Señor por todo y por todos, gracias por tu Gracia derramada a raudales
durante estos días en Lourdes y durante todo el año en nuestra
Diócesis”, subraya el presidente diocesano de la Hospitalidad.
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