MADRID.- El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y BBVA y Sabadell están a punto
de alcanzar un acuerdo definitivo que permita a los dos bancos vender la
mayoría de sus activos inmobiliarios dañados que cuentan con una
protección del FGD para de esta forma limpiar su balance, según publica hoy Expansión.
El fondo sabrá con certeza cuál es el coste de la protección y los
bancos a cambio asumirán un porcentaje mayor de las pérdidas
potenciales. Cálculos del sector cifran en el entorno de los 3.500
millones de euros el coste que deberá asumir el FGD.
Las negociaciones que desde hace meses mantienen los responsables del FGD, con Javier Alonso a la cabeza como presidente del mismo y subgobernador del Banco de España, con BBVA y Sabadell, además de con el Ministerio de Hacienda y el resto de las entidades financieras, están a punto de cerrarse con un acuerdo para que los dos bancos puedan desprenderse de la mayor parte de sus activos inmobiliarios dañados en una operación similar a la que hicieron tanto Santander con el riesgo de Popular como más recientemente CaixaBank.
El esquema es el mismo: los dos bancos agrupan en una nueva sociedad, o varias, los activos dañados y venden la mayoría del capital de esas compañías a un fondo de inversión, quedándose las entidades con una participación minoritaria que estaría en el entorno del 10% o el 20%. De esta manera, los bancos desconsolidan su posición inmobiliaria y el balance parece limpio.
El problema que tenían BBVA y Sabadell es que una parte importante de los activos a vender tienen hasta 2021 una garantía por la que el FGD se hacía cargo del 80% de las pérdidas que, sobre el valor en libros de esos activos, se produjeran en el momento de la venta.
Así ha venido siendo en los últimos ejercicios (Sabadell ha girado ya tres facturas anuales al FGD por las pérdidas de los tres últimos años y BBVA lo ha hecho por las de los dos últimos ejercicios). Y así podría seguir pasando hasta que se terminara el periodo de tiempo de la garantía.
Las negociaciones que desde hace meses mantienen los responsables del FGD, con Javier Alonso a la cabeza como presidente del mismo y subgobernador del Banco de España, con BBVA y Sabadell, además de con el Ministerio de Hacienda y el resto de las entidades financieras, están a punto de cerrarse con un acuerdo para que los dos bancos puedan desprenderse de la mayor parte de sus activos inmobiliarios dañados en una operación similar a la que hicieron tanto Santander con el riesgo de Popular como más recientemente CaixaBank.
El esquema es el mismo: los dos bancos agrupan en una nueva sociedad, o varias, los activos dañados y venden la mayoría del capital de esas compañías a un fondo de inversión, quedándose las entidades con una participación minoritaria que estaría en el entorno del 10% o el 20%. De esta manera, los bancos desconsolidan su posición inmobiliaria y el balance parece limpio.
El problema que tenían BBVA y Sabadell es que una parte importante de los activos a vender tienen hasta 2021 una garantía por la que el FGD se hacía cargo del 80% de las pérdidas que, sobre el valor en libros de esos activos, se produjeran en el momento de la venta.
Así ha venido siendo en los últimos ejercicios (Sabadell ha girado ya tres facturas anuales al FGD por las pérdidas de los tres últimos años y BBVA lo ha hecho por las de los dos últimos ejercicios). Y así podría seguir pasando hasta que se terminara el periodo de tiempo de la garantía.
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