MADRID.- La política española
nunca ha sido ajena a las modas de los asesores. Primero, de imagen,
para asuntos como cómo sonreír al posar, de cómo vestir en determinadas
circunstancias o lugares, de cómo expresar un determinado asunto. Más
tarde, de técnicas para “conectar” con una parte del electorado a través
del discurso en los medios o las redes sociales. Pero el verdadero
núcleo duro de las campañas electorales, quienes cincelan las líneas maestras, siguen siendo los “fontaneros de los partidos”
de toda la vida. Algo que favorecen las fuertes estructuras orgánicas
de las formaciones españolas, cosa que no sucede en otras culturas
políticas, como la estadounidense. Aunque hay excepciones como la de Iván Redondo (San Sebastián, 1983), coincide hoy en señalar El Confidencial.
Este experto en consultoría política ha trabajado con García Albiol, Basagoiti o el expresidente de Extremadura José Antonio Monago, antes de fichar por el socialista Pedro Sánchez y,
según señalan varias voces ser uno de los hombres decisivos en la
exitosa moción que ha permitido al político madrileño convertirse en
presidente del Gobierno. Redondo tiene una empresa dedicada a la
consultoria externa, Redondo & Asociados Public Affairs, y se formó
como experto en asuntos electorales en la Universidad George Washington.
Aunque precisa que es necesaria una conexión con el candidato, no deja
de ser un asalariado que cumple con un trabajo.
Decisivo en la moción
En los últimos años se ha instaurado la convicción de que los candidatos conocidos como “verso suelto” dentro de las formaciones políticas tienen un mayor atractivo,
y los asesores se centran en crear una imagen de un individuo, en
ocasiones frente a su propio partido. La teoría dice que aprovechan los
fieles a las siglas y además arrastran a otros electores (es la idea de Pedro Sánchez, pero también de Íñigo Errejón o Alberto Núñez-Feijoo). Quienes están detrás de ese proceso son los mismos veteranos políticos a la sombra de un líder de siempre.
“Los hay que pueden aportar cosas, pero yo la verdad es que a estos tipos los he visto siempre un poco como un timo”, sentencia Manuel Cobo, cerebro en la sombra de cuatro exitosas campañas electorales con las que Alberto Ruiz Gallardón
alcanzó la presidencia de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de
la capital.
“Pero estos tipos ya los había de antes y es verdad que el
escaparate funciona, como en los grandes almacenes, pero hay que tener
ideas de verdad y pelear con ellas aunque no sean fáciles de explicar”,
se reivindica el veterano político, que asegura que en sus campañas los
"externos" opinaban de cuestiones de imagen superficiales como "cuanto
se debía sonreir en la foto del cartel electoral o cómo vestir para
determinada entrevista, pero nada más".
Sin embargo, la aportación de Redondo se parece más a la labor que durante muchos años desempeñó, por ejemplo, Marisa González Casado, primero con el propio Gallardón y luego con Cristina Cifuentes, de forjar una imagen atractiva y "centrada" del candidato que fuera apta para todos los públicos.
Es decir, que también incide en el propio discurso y sus líneas
maestras más allá de las apariencias. “Ahora, en general, se hace una
política de 'Sálvame' y todo vale en las tertulias, o Facebook y
Twitter”, sentencia Cobo, quizá pensando en el último fichaje como
colaboradora de su partido, la “famosa” Isabel Rábago.
'Celebrities' como asesores
Fuentes
muy cercanas a esta mujer, que participó en algunos ‘realities’ de una
cadena televisiva, precisan que Rábago va a trabajar sin remuneración
con el PP madrileño “para buscar jóvenes valores e introducirlos en las radios y las televisiones”.
Aclaran que ella no va a entrar en el contenido, sino “solamente en la
forma en la que uno se expresa en los medios y que ellos, por su falta
de experiencia, desconocen”. En definitiva, que todo en su caso es
forma, nada de fondo.
Daniel Bardavío,
responsable de medios de Ciudadanos, también ha participado en campañas,
pero precisa que allí “cada uno tenía su labor y los distintos
departamentos se ocupaban de sus tareas”. En su caso, junto a otras
personas, de las relaciones con los medios. “Participan muchas personas y cada una tiene una tarea diferenciada”, precisa excusándose por no poder ser más preciso. Sin embargo, otras fuentes de esa formación señalan que además del propio Albert Rivera, es José Manuel Villegas, su mano derecha, quien diseña las líneas maestras de la contienda electoral.
Por ejemplo, Jorge Moruno, de Podemos, se encargaba
del “discurso”. En su caso buscaba “ideas, metáforas, e incluso chistes”
para incorporar a las ideas de Íñigo Errejón.
En su opinión es un error tener una idea muy predeterminada de lo que
funciona y lo que no y que “no es muy útil hacer una hoja de ruta
rígida, porque la realidad la puede cambiar en cualquier momento, esto
no algo estático”. Para Moruno “hay que tener clara la estrategia, pero también ser flexible”.
Para Moruno la imagen es algo fundamental "porque es lo que se
retiene", pero "no en lo superficial", sino "en la que genera el propio
discurso".
La tesis de Redondo es que el electorado apostará por
personas en lugar de partidos y por ideas en lugar de ideologías. Esa
fue la estrategia con Monago, que se desmarcó de las directrices del PP
en varios asuntos de relevancia mediática, creándose ese perfil de verso
suelto que conectaba mejor con la sociedad. Pero esa fue también la
fortaleza de Gallardón y, sin embargo, uno de sus muñidores, Cobo,
asegura que “un porcentaje muy alto del voto lo da el paraguas del partido, tampoco hay que sobrevalorar tanto a los individuos”.
Foco en las redes sociales
La batalla de la imagen parece que ya se ha instalado también en la política española
y aquello que Podemos llamaba “la batalla por el relato” cuando
emergió. Todos los partidos han empezado a mostrar mucha más atención a
la imagen que proyectan, especialmente a través de redes sociales. La
duda reside en si los asesores externos tendrán más peso a la hora de
forjar esa imagen o al final, como ha venido sucediendo, son los viejos
fontaneros (como José Enrique Serrano en el caso del PSOE o José Manuel Villegas
en el Ciudadanos) quienes siguen llevando el timón en las campañas. Por
de pronto, en el caso de la moción de censura del líder socialista ya
hay quien advierte los consejos y la mano de Redondo, aunque otras
fuentes de Ferraz minimizan mucho su influencia y dicen que no pinta ni
mucho menos tanto. En definitiva: fontaneros frente a nuevos asesores
externos.
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