Las personas
que pueden tener más posibilidades de hacerse con el liderazgo
del Partido Popular empiezan a dejar entrever que quieren competir a
la espera de la decisión que adopte este lunes la Junta Directiva
Nacional de PP, que fijará el calendario del congreso
extraordinario para designar al sucesor del dimitido
presidente Mariano Rajoy.
Su
vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, estima que la
celebración del mismo será este mes de junio y, ante los enfrentamientos
solapados que mantienen los partidarios de Soraya Sáenz de Santamaría y
de María Dolores de Cospedal, pide que se produzca sin división interna
y que se plantee un proyecto político fortalecido.
Pero superar el enfrentamiento entre los partidarios de ambas va a
exigir tiempo, mucho tiempo. Quienes rechazan la posibilidad de que la
ex vicepresidenta lidere una candidatura, le atribuyen dos graves
errores: la negociación con los independentistas catalanes, en especial
la negociación para que no se celebrara el referendo del 1-0 y las
negociaciones para que no hubiera moción de censura.
En ambos casos hablan de tan rotundo fracaso que les ha llevado a
esta situación de situarles en la oposición y con el PSOE despegando en
los sondeos, lo que no había ocurrido hasta ahora en los dos últimos
años.
Añaden además un tercer error: el de no haber sabido detectar las
negociaciones que se estaban produciendo a tres bandas entre
nacionalistas catalanes, vascos y socialistas sin que se dieran cuenta
de que, consecuencia de las mismas, conllevaría la pérdida del poder.
¿Ha habido algún desleal con el partido conservador? Entre diputados de
base del PP no lo descartan. Señalan incluso al menos a cuatro. Y
apuestan por que ha habido pago de por medio.
Los mismos piensan que, aunque la prioridad es elegir rápidamente al
nuevo líder, ésta no puede hacer que caiga en el olvido pedirles
responsabilidades y mucho menos dejar en sus manos las riendas del
centro derecha.
Aunque todavía no ha aclarado si está dispuesto a coger las riendas
de la derecha, las declaraciones este domingo del presidente de la Xunta
y líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, han ido un poco más allá
de lo que nos tiene acostumbrados.
Ante sus palabras evasivas decía desde Ribadavia que todos los que
crean que pueden aportar algo al partido presenten su propuesta y su
equipo. El sabe que cuenta con propuestas y equipo. Lo viene preparando
desde hace tiempo. En estas páginas hemos descrito en varias ocasiones
cómo se ha venido preparando internacionalmente.
Como el Comisario de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, le ha
venido recibiendo periódicamente en Bruselas para introducirle en la
escena de las instituciones europeas, ámbito en el que se desarrolla el
grueso de la política de relaciones internacionales de los países de la
Unión. Y ha habido también padrino en Madrid.
Algunas fuentes comparan estos encuentros con Arias Cañete de
mediador con el papel similar que habría desarrollado durante años
Enrique Barón con el actual presidente del gobierno, Pedro Sánchez, al
que habría alojado en su domicilio particular en Bruselas y presentado a
los más diversos líderes de la socialdemocracia comunitaria.
En el caso de Núñez Feijóo se ha producido un paso relevante respecto
de sus declaraciones previas. Si hasta ahora señalaba que no era el
momento de precisar nada, este domingo desde Ribadavia, donde se
celebraba el 50º aniversario de las bodegas Viña Costeira, ya admitía que
ha llegado el momento de dar un paso adelante para liderar el partido,
pero sin asumir que tenga que ser él quien lo lidere. Se someterá a los
plazos que fije el partido que va a abrir hoy el período de presentación
de candidaturas previas a la celebración del congreso extraordinario
para relevar a Mariano Rajoy de la presidencia del mismo.
Si todo discurre como está previsto, en un período de entre 7 y 15
días se conocerán los candidatos y los equipos con los que cuentan, y en
menos de un mes el Partido Popular contará con nuevo líder que le ayude
a recuperar el rumbo.
Mientras tanto, comienza un período clave de oposición al nuevo
Gobierno del Partido Socialista para lo que consideran será clave
proponer enmiendas que provoquen la ruptura del voto de quienes han
llevado a Sánchez a la presidencia del Gobierno. También aquí insisten
en que ese liderazgo no lo puede ejercer quien se ha dejado perder lo
que queda de legislatura, pese a los importantes logros conseguidos en
materia económica.
Aunque en las últimas horas también se ha ofrecido para liderar el
partido el expresidente de Baleares y senador José Ramón Bauzá quien se
mostraba dispuesto a impulsar una corriente liberal dentro de su
partido.
Ya expuso algo similar en la reunión que el grupo mantuvo en el
Senado la pasada semana, pero si entonces no logró mucho eco, tampoco
parece que lo vaya a conseguir en esta ocasión. A relevantes
europarlamentarios del partido les suena un intento de sacar cabeza de
forma equivocada por parte del exdirigente balear.
Argumentan que la mayor equivocación del líder del partido es haber
permitido una fragmentación tan clara en el Ejecutivo hasta el punto de
que se haya dividido claramente en dos grupos, los reunidos junto a
Soraya Sáenz de Santamaría y los contrarios, unas veces liderados de
Jose Manuel García Margallo y otros por María Dolores de Cospedal.
Es justo lo primero que tendrían que evitar.
(*) Periodista
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