lunes, 7 de mayo de 2018

Las autonomías apremian a negociar la financiación; sin esperar a Cataluña, según López Miras


MADRID.- Los líderes regionales del PP y del PSOE coinciden en que no hay que esperar a que haya gobierno en Cataluña para negociar el nuevo modelo de financiación autonómica. Los presidentes y consejeros consultados por El País urgen a Mariano Rajoy a presentar su propuesta y a comenzar unas conversaciones a las que los independentistas no tienen previsto asistir en todo caso, según fuentes conocedoras de su estrategia. Aunque a la inestabilidad de Cataluña se ha unido la dimisión de Cristina Cifuentes como presidenta de Madrid, el presidente abordará este mes la renovación del sistema, pendiente desde 2014, con la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera.

El Gobierno mantiene todas las cautelas sobre la evolución de la situación política de Cataluña, donde habrá que adelantar elecciones si se llega hasta el 22 de mayo sin un nuevo president. Ante el bloqueo en el Parlament, los estrategas de La Moncloa abogan por agotar ese plazo antes de convocar el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Y aseguran que no ha comenzado “el trabajo bilateral” que debería desarrollarse antes de que se produjera ese foro.
Sin embargo, ni la falta de gobierno en Cataluña, ni la posibilidad de que un adelanto electoral en esa Autonomía retrase aún más la formación de un ejecutivo, ni la previsible ausencia de sus representantes cuando lo haya, sirven ya de excusa para el resto de Comunidades. 
Nada justifica que se retrase más tiempo la negociación, según el criterio compartido por presidentes y consejeros autonómicos de los dos principales partidos, que subrayan la urgencia de renovar el sistema para atender a la financiación de servicios como la salud o la educación. De hecho, varios de ellos recuerdan que el Gobierno central puede representar al catalán mientras esté en vigor la intervención ejecutada bajo el amparo del artículo 155 de la Constitución. 
Y otros plantean que se puede optar por una reforma puntual de la financiación autonómica, que les permita mejorar sus ingresos, para luego abordar la negociación del nuevo sistema con Cataluña en la mesa. En ese punto intermedio entre dejar las cosas como están y cambiarlas por completo entrarían las conversaciones para una restructuración de la deuda autonómica.
"Lo más adecuado en estas circunstancias sería una reforma de modelo y no necesariamente un nuevo modelo", resume el presidente socialista de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara. "Es una anomalía acordar un nuevo modelo sin Gobierno en Cataluña... Ahora bien, como ellos no quieren formar Gobierno no puede pararse el resto del país".
Vara avanza que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, convocará un consejo político cuando el Gobierno de Rajoy presente su propuesta para la financiación. Sin embargo, en la cuestión de Cataluña hay unanimidad entre los líderes autonómicos socialistas. No hay que esperar más.
"Llevamos cuatro años de retraso", recuerda el presidente de Aragón, Javier Lambán. "Las comunidades no podemos más, estamos soportando una insuficiencia financiera que repercute sobre los servicios, hay una responsabilidad unívoca del Gobierno de España, que tiene que convocar el consejo con una propuesta. No aceptaré jamás que la ausencia de Gobierno en Cataluña sirva como coartada al Gobierno de Mariano Rajoy para no hacerlo", asegura. 
Y recalca: "No podemos aceptar el chantaje catalán. Si no están porque no han querido constituir un Gobierno quiero que nos sentemos, y aplicando el 155 el Estado asuma la representación de Cataluña y negociemos un modelo".
"Lo idóneo sería que Cataluña tuviera Gobierno porque a nadie se le escapa que es una comunidad clave para el sistema común, y en ese sistema debe seguir. ¿Pero podemos esperar indefinidamente sin tener un nuevo sistema?", se pregunta el presidente de Asturias, Javier Fernández, sobre los seis meses que lleva esa Comunidad sin Gobierno. "No, porque las comunidades autónomas están al límite", se contesta.
"Veo muy complejo abordar una financiación con Cataluña sin que tenga un Gobierno efectivo", coincide el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. "Se podría abordar (sin ella) pero con el compromiso de que luego no vaya a haber bilateralidad con Cataluña, es decir, un nuevo modelo exclusivo de Cataluña", sigue. 
Y propone: "Si no hay un modelo razonable y lo más justo posible a corto plazo yo abogaría por una revisión parcial a expensas de que se normalice la situación institucional en todos los lugares. No podemos seguir estancados. Apostaría como mínimo por una actualización del modelo a expensas de un debate en profundidad".
"Cataluña sirvió de excusa y ya no hay que esperar", pide Catalina Cladera, consejera del Gobierno de las Islas Baleares, que preside Francina Armengol. "Cataluña puede participar de otra manera".
"Dada la dificultad que tenemos y que el modelo ya ha caducado, hay que empezar las conversaciones políticas", le sigue María Jesús Montero, consejera del Ejecutivo de Susana Díaz en Andalucía. "Si no, seguimos dando la coartada al gobierno para que no convoque nunca",
"Cualquier nuevo sistema beneficiará a Cataluña porque es de las damnificadas ahora, así que un nuevo modelo no hará daño al tema catalán", remata Vicent Soler, consejero de Ximo Puig en el Gobierno de la Comunidad de Valencia.
Esa propuesta de avanzar con una renovación parcial del sistema de financiación para luego consolidar la reforma cuando se una Cataluña también suena bien en el PP. Desde el partido de Rajoy se recuerda que el gobierno central representaría al catalán en la mesa de negociaciones mientras se mantenga el 155. Como ocurre entre los representantes del PSOE, se subraya la urgencia de actualizar el sistema para hacer frente a los servicios que demandan los ciudadanos. Y también se piden pasos medidos, para no alimentar el independentismo con una negociación que deje de lado los intereses catalanes.
"¿Cataluña es importante? Es muy importante", afirma el presidente de Murcia, Fernando López Miras. "Hay que escuchar su opinión, pero no podemos estar esperando sine die a que en Cataluña quieran ponerse de acuerdo Comunidades que estamos año tras año perdiendo ingresos y generando deuda por culpa del sistema; y que no podemos llevar a cabo bajadas de impuestos, incentivos y reformas", argumenta. "Nos están perjudicando al resto", prosigue. "La solución es muy complicada, pero hay que empezar a dar pasos ya".
"Siempre cabe la solución intermedia de mejorar el modelo de manera provisional, porque necesitamos urgentemente que haya una mejor financiación", argumenta Pilar del Olmo, consejera popular del Gobierno de Castilla y León. "Y que se haga de manera definitiva cuando haya gobierno en Cataluña", añade. "Se podría perfectamente no cerrarlo de manera definitivamente hasta entonces".
"Sería conveniente que hubiera un gobierno constitucional en Cataluña", reconoce Alfonso Domínguez, consejero del Gobierno de La Rioja, del PP. "Pero el resto tenemos muchas dificultades en la prestación del servicio, y si no lo hay, tendremos que avanzar sin Cataluña en la negociación del sistema".
No obstante, ni la falta de gobierno en Cataluña ni la complejidad de los factores en juego son las únicas dificultades a las que se enfrenta la negociación. Rajoy ordenó a los líderes territoriales del PP que consensuaran un documento interno con una posición común para ofrecérselo al PSOE. Ese acuerdo no se ha alcanzado aún, y es ahora más complicado que nunca: la dimisión de Cifuentes ha dejado sin referentes al partido en Madrid, precisamente el gobierno autonómico con más peso en la economía de España de los que mantiene el PP.
La última conferencia de presidentes, convocada en enero de 2017, no contó con la presencia de Carles Puigdemont, entonces presidente de la Generalitat. Tampoco seleccionó Cataluña a un experto que participara de los trabajos coordinados por representantes de todas las Comunidades para elaborar un documento en el que dejaran claras sus necesidades y propuestas en financiación. Y es previsible que esa tendencia se mantenga cuando llegue la negociación final, incluso si los independentistas finalmente forman gobierno.
Fuentes conocedoras de esta estrategia avanzan la apuesta por ausentarse, y argumentan que en caso contrario podría interpretarse cualquier beneficio para Cataluña como una concesión del Gobierno. Una situación que se juzga como indeseable para los intereses de las dos partes.

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