MADRID.- La Iglesia Católica española considera la eutanasia como un «mal moral y un
atentado a la dignidad de la persona, que »nadie es dueño absoluto de su
vida« y que »no existe un derecho a disponer arbitrariamente de la
propia vida«.
Los obispos españoles lo han recalcado después de que el
Congreso de los Diputados aprobase hace unos días -con los votos en
contra de PP y UPN y la abstención de Ciudadanos- la admisión a trámite
de la proposición de ley del Parlamento de Cataluña, que pide una
reforma del Código Penal para despenalizar la eutanasia y la ayuda al
suicidio.
Esta propuesta pide exonerar de responsabilidad
penal a quien ayude a morir a una persona con una enfermedad terminal o
incurable que le provoca sufrimiento físico o psíquico grave.
En
un comunicado emitido este lunes, la Conferencia Episcopal Española
(CEE) ha reiterado que «el Estado tiene la obligación de proteger la
vida de todos los ciudadanos» y han subrayado que la eutanasia es ajena
al ejercicio de la medicina.
«Ya el juramento hipocrático afirma: 'no
daré ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un tal
uso'. (...) Las profesiones sanitarias siempre se rigen por el axioma
de curar, al menos aliviar y siempre acompañar y consolar», han
sostenido los obispos.
La CEE ha asegurado que lo que demandan los enfermos y sus familias
es ayuda para asumir los problemas que se suelen presentar en los
últimos momentos de la vida, en concreto con los «cuidados paliativos».
En este sentido, ha precisado que la sociedad española demanda
ampliamente los cuidados paliativos y ha lamentado que «se quiera
proponer una ley de eutanasia cuando no se ha legislado a nivel estatal
sobre la instauración» de estos cuidados.
La Subcomisión Episcopal
para la familia y la defensa de la vida ha criticado que se presenten
la eutanasia y el suicidio asistido como respuestas viables y aceptables
al problema del dolor y el sufrimiento.
Han destacado que la eutanasia
no se refiere en exclusiva a la autonomía del individuo, ya que requiere
la participación del personal sanitario.
En ese sentido, los
obispos han recordado que el Código de Ética y Deontología Médica de la
Organización Médica Colegial establece que «el médico nunca provocará
intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de
petición expresa por parte de éste».
«El mandamiento de 'no matarás' se
encuentra en el fundamento de toda ética verdaderamente humana, y de
modo particular, en la tradición cristiana», han defendido.
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