MADRID.- El presidente de El Corte Inglés,
Dimas Gimeno, está dispuesto a plantear batalla hasta sus últimas
consecuencias en el conflicto abierto con sus primas, Marta y Cristina
Álvarez. Según han confirmado fuentes próximas al directivo, llegará a
la reunión del consejo de administración del grupo el próximo miércoles
bajo la amenaza de no firmar las cuentas anuales del último ejercicio,
cerrado el pasado 28 de febrero, si no se atienden una suma de
reivindicaciones.
El
único punto del orden del día de este consejo es, en principio, la
ratificación de las cuentas y no está previsto así que se debata su
cese, algo que ocurrirá previsiblemente en otra reunión extraordinaria
en las primeras semanas de junio, algo que Gimeno está tratando de
evitar.
Cuatro consejeros -Florencio Lasaga, Carlos Martínez Echavarría,
Víctor del Pozo y Jesús Nuño de la Rosa- le exigieron el pasado 4 de
mayo la convocatoria de este consejo extraordinario, para lo que tiene
un mes de plazo. Pero puesto que se ha negado, a partir de esa fecha
podría convocarse la reunión por los consejeros que lo han solicitado.
El
presidente llegará, sin embargo, con una lista de peticiones al máximo
órgano ejecutivo. En primer lugar, exigirá saber los detalles de la
auditoría encargada a EY sobre el área de seguridad, después de haber
denunciado que su anterior responsable, Juan Carlos Fernández Cernuda,
habría estado contratando a empresas bajo el control de su familia.
Gimeno acusará directamente a un consejero
histórico del grupo, Florencio Lasaga, de haber permitido y encubierto
estas irregularidades y demandará además que se investiguen otras
divisiones, fundamentalmente la filial Viajes El Corte Inglés, que
estaba bajo la dirección de Jesús Nuño de la Rosa, desde el pasado mes
de octubre nuevo consejero delegado junto a Victor del Pozo.
Además, y
según siempre las fuentes consultadas, exigirá un calendario para poner
en marcha la salida a bolsa de la compañía, tal y como adelantó
elEconomista el pasado 11 de mayo.
El hasta ahora presidente quiere forzar
además la renovación del consejo de administración, planteando que tanto
Lasaga como Carlos Martínez Echevarría abandonen sus puestos como
consejeros y sean sustituidos como independientes, todo en el marco de
un proceso de profesionalización del grupo, que exigiría también la
puesta en marcha de un nuevo plan estratégico.
Si no se atienden sus peticiones, además
de amenazar con no firmar las cuentas, está dispuesto a judicializar
todo el proceso, especialmente tras las demandas presentadas por su
madre, y su tío, María Antonia y César Álvarez respectivamente, contra
sus primas Marta y Cristina, las hijas de Isidoro Álvarez. Lo que no
entienden los demás accionistas es porque Gimeno no ha acometido todos
estos cambios que reclama ahora cuando era presidente ejecutivo,
teniendo en cuenta que mantuvo el cargo hasta el pasado mes de octubre.
El problema de Gimeno es que se encuentra
en minoría tanto en el capital como en el consejo y su salida parece así
ya inminente, aunque él sigue luchando por lograr el apoyo de Al Thani y
de Corporación Ceslar.
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