MADRID.- Semana Santa es época de fervor, de tradiciones, de celebraciones
religiosas en toda España, especialmente en algunas comunidades
autónomas como Andalucía. En el artículo 16, nuestra Constitución
relaciona “la libertad religiosa” con que “ninguna confesión tendrá
carácter estatal”, tal como recuerda Cuarto Poder.
Queda así remarcada la aconfesionalidad del Estado y,
en consecuencia, el papel de las instituciones. Pero en la práctica,
este es el segundo año que el Gobierno, que representa a todo el Estado,
ha decidido izar la bandera a media asta en los cuarteles y en el Ministerio de Defensa por “la muerte de Cristo” y los ministros Juan Ignacio Zoido, María Dolores de Cospedal, Rafael Catalá e Íñigo Méndez de Vigo incluyeron directamente los actos religiosos en sus agendas oficiales.
El
Gobierno realizó un amplio despliegue en Málaga para asistir al
desembarco de la Legión y a la ceremonia de traslado del Cristo de la
Buena Muerte. Los cuatro ministros, de Interior, Defensa, Justicia y el
portavoz del Gobierno no dudaron en acudir a los tradicionales actos
matinales de Jueves Santo que constituyen una de las imágenes más
populares de la Semana Santa malagueña.
En ese momento, diversas
autoridades civiles, militares y religiosas, como es tradición, se
congregaron para asistir al acto, donde la fuerza militar entonó la
tradicional letra de ‘El novio de la muerte’ mientras llevaba a hombros
el conocido Cristo de Mena, se leyó una oración por los caídos en las
misiones militares del Ejército español y se hizo entrega del estandarte
del Santísimo Cristo de la Buena Muerte.
Los
representantes del Ejecutivo también participaron en otros actos en
Málaga. Catalá asistió al indulto del preso –el Gobierno ha concedido
este año cinco perdones a reos que han solicitado las hermandades–,
Cospedal, con la Brigada Paracaidista como escolta, ha acudido a la
procesión de la Hermandad Sacramental, mientras que Zoido ha recibido la
condecoración de la Hermandad de Jesús el Rico y la Hermandad de la
Expiación de Málaga.
“Hay una confusión entre el Estado y la sociedad civil”, explica a cuartopoder.es Antonio Gómez,
presidente de Europa Laica, una asociación estatal que persigue la
separación del Estado de las religiones. “Cuando llega la Semana Santa
el Ejército se pone al servicio de las procesiones, al igual que la
Guardia Civil o incluso los Bomberos, en algunos lugares más que en
otros. No entendemos que el catolicismo, que debería ser de la sociedad,
sea la simbología oficial”, indica.
La bandera a media asta
Los causas por las que se iza la bandera a media asta están regladas. La exministra de Defensa Carme Chacón
impulsó el Real Decreto 648/2010, que establece esta medida para cuando
se decreten días de luto nacional, fallezca el titular de la Corona, el
presidente del Gobierno o hayan muerto militares en actos de servicio.
El año pasado Cospedal ya entró en conflicto con el reglamento y decidió
añadir “la muerte de Cristo” a la lista de motivos.”No se ha querido
sacar partido de nada, es solo una cuestión que forma parte de nuestra
cultura, religiosa o no religiosa”, explicó la ministra el año pasado en
el Pleno del Senado.
Este año Defensa ha justificado la decisión
en una sentencia del Tribunal Constitucional, que dictaminó que “cuando
una tradición religiosa se encuentra integrada en el conjunto del tejido
social de un determinado colectivo, no cabe sostener que a través de
ella los poderes públicos pretendan transmitir un respaldo o adherencia a
postulados religiosos”.
También han aludido a la cuarta disposición del
Real Decreto que impulsó Chacón y por el que se autorizan “comisiones
escoltas o piquetes para asistir a celebraciones de carácter religioso
con tradicional participación castrense”, y donde también se recoge el
“respeto al ejercicio del derecho a la libertad religiosa y, en
consecuencia, la asistencia y participación de actos que tendrán
carácter voluntario”.
“Chacón dio pasos importantes en el respeto institucional”, indica el secretario de Laicidad del PSOE José Manuel Rodríguez Uribes.
“Hay quien no lo tiene claro, como la ministra de Defensa, pero el
hecho de que no exista una religión oficial implica una serie de
obligaciones para los poderes públicos, que deben mantener una
escrupulosa neutralidad, por respeto a quienes profesan otras religiones
y a los no creyentes”, esgrime.
Los socialistas pedirán explicaciones a
Cospedal sobre su decisión de izar a media asta las banderas de España.
El presidente de Europa Laica apunta que, precisamente, el punto del
Real Decreto de Chacón, que se refiere a la participación “voluntaria”
de los militares en los actos religiosos, se incluyó porque “se habían
producido denuncias a la Policía Militar de personas que no querían
asistir a actos religiosos”.
Igualmente, la participación de los
representantes políticos en la simbología religiosa o en la celebración
no atiende a colores políticos. La asociación Europa Laica denunció la
concesión de la Medalla de Oro al Mérito Policial a Nuestra Señora María
Santísima del Amor, aunque la Justicia desestimó su recurso.
Esta misma
asociación también ha recurrido la concesión de la medalla de la ciudad
de Cádiz a la Virgen del Rosario que avaló su alcalde, José María González ‘Kichi’ (Podemos). La organización que lucha por el laicismo también apunta que la vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra (Compromís), realizó una ofrenda a la virgen estas últimas Fallas.
Los políticos se suman a la Semana Santa
Los ejemplos son innumerables. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre,
ha realizado este año la tradicional ofrenda floral a María Santísima
de las Penas. El alcalde del PSOE de Alcalá de Henares (Madrid), Javier Rodríguez Palacios,
ha participado en la procesión del Cristo de los Desamparados y la
Virgen de las Angustias. La hermandad de El Prendimiento en Orihuela,
Alicante, ha tenido este año al Rey Felipe VI como Hermano de Honor.
También hay excepciones: el alcalde de Santiago de Compostela, Martiño Noriega
(Anova), quien desde que tomó el poder rechazó asistir a actos o
ceremonias religiosas. “Recibe multitud de presiones, hasta de la Casa
Real, pero es un ejemplo para nosotros del papel de los representantes
que están en las instituciones”, sostienen desde Europa Laica.
Otros
entienden que la participación de los políticos o de los miembros
vinculados a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en los
eventos religiosos no es algo necesariamente negativo.
“Es cierto que
hay algún tipo de explicación en la tradición, una justificación
histórica. Es verdad que hay matices y elementos que no están del todo
claros”, indica Rodríguez Uribes, quien sí considera que debe continuarse el camino hacia la desvinculación de las instituciones con la religión.
La
religión en las escuelas públicas es otro de los puntos calientes para
los firmes defensores de la laicismo del Estado. En Semana Santa también
aparecen algunos de los ejemplos más claros de la penetración del
catolicismo en las aulas.
La asociación Andalucía Laica recoge quejas de
los padres y denuncia ante la Consejería de Educación y las
Inspecciones provinciales de Cádiz y Sevilla las diversas actividades
religiosas, confección de pasos procesionales, exposiciones de
simbología cofrade y celebración de desfiles procesionales por parte del
alumnado en colegios públicos.
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