VALENCIA.- Un sistema sencillo y silencioso inventado por dos
fontaneros valencianos permite un ahorro energético en viviendas
particulares de un 33,8 %, además de economizar agua y reducir las
emisiones de CO2, según un informe de la Universidad Politécnica de
Valencia (UPV).
El dispositivo, llamado SmartWater, es el
resultado de cerca de 15 años de trabajo de Rafael Rodrigo y Francisco
Pelegero que, según han explicado, se plantearon «cómo evitar el
despilfarro de agua en el hogar durante la regulación de la
temperatura».
Así, en «el 80 % de las viviendas españolas», al abrir el
grifo de agua caliente el servicio no es inmediato ya que el líquido
tarda en calentarse y «en la ducha, por ejemplo, podemos malgastar cada
vez hasta 20 litros del agua fría que llega a través del conducto de la
caliente y que dejamos correr» sin utilizarla.
Este agua
«potable y útil, pasa a convertirse en fecal una vez en la
alcantarilla», por lo que debe ser descontaminada sin haber sido
aprovechada.
Para evitar este desperdicio, antes de abrir
el grifo Smartwater se activa a voluntad del usuario y desvía el agua
con temperatura todavía fría a un depósito de almacenaje homologado,
donde conserva su potabilidad.
Cuando empieza a correr a
una temperatura elevada por las tuberías, el equipo avisa de forma
sonora y visual y el usuario puede disponer de ella inmediatamente en
cuanto abre la llave.
Si precisa mezclarla con agua fría
para obtener un determinado punto de confort, la primera que se consume
es la que ha sido previamente almacenada en el depósito, por lo que «por
cada litro que no tiramos, ahorramos dos: el que no hemos tirado y el
que reciclamos».
Con este sistema es posible no sólo ahorrar agua y energía sino, también, emisiones de CO2.
El
ahorro energético se debe a dos factores: las diferencias de presión
que reducen los caudales y por tanto el gasto de agua caliente y el
menor uso del calentador, que no necesita funcionar tanto tiempo.
Además,
el equipo «no tiene ningún consumo eléctrico para la vivienda, ya que
hace su trabajo con cuatro pilas AA estándar» con las que «puede
funcionar durante dos años».
Rodrigo y Pelegero, que
comercializan su producto a través de la cooperativa Ibérica Desarrollo e
Investigación (IDI), han elaborado una comparativa de inversión por
amortización con las placas solares que se usan también para calentar
agua «y las cifras son claramente favorables a SmartWater».
Según
sus cálculos, «la amortización real de una placa solar, en torno al
mismo precio en equipo e instalación que SmartWater» está en unos cinco
años, «una muy buena cifra, porque su vida útil es de veinte».
Con
el nuevo dispositivo esa amortización «estaría en dos años y tres o
cuatro meses» en el caso de una vivienda y en un plazo todavía menor «si
se trata de un negocio como una peluquería, donde sería de unos seis
meses».
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