MADRID.- El programa de ahorro de costes lanzado por Iberdrola dentro de su plan estratégico 2018-2022 incluye la prejubilación de unos 3.500 empleados, el 10% de la plantilla actual del grupo eléctrico, según avanza hoy El Confidencial.
Se trata de una medida de eficiencia que Ignacio Sánchez Galán,
presidente de la compañía energética, ha prometido a los inversores
para reducir los gastos de personal y mantener los márgenes después de
que el pasado año se disparasen casi un 20%, hasta los 2.171,5 millones,
por la consolidación de su filial brasileña. La división de ingeniería,
que el año pasado volvió a perder casi 252 millones, está en el foco.
Fuentes oficiales de Iberdrola han confirmado lo que internamente se denomina “rotación de personal”, porque
el objetivo es contratar otros 3.500 empleados, pero con salarios más
bajos. Una fórmula para facilitar “la renovación natural del talento y
la nueva creación de perfiles para afrontar el nuevo entorno y la
digitalización”.
La compañía sostiene que la plantilla se mantendrá al
acabar el plan estratégico en 35.000 personas, por lo
que no habrá ningún expediente agresivo de ajuste de personal. Pero
otras fuentes advierten de que esta cifra incluye la incorporación de
los empleados de Neoenergía, por lo que la suma total distorsiona la
foto final.
En 2017, Iberdrola facilitó la salida de 2.689
trabajadores, dos tercios de los cuales eran mayores de 50 años. Por
contra, incorporó a 3.210 personas, un 33% de los cuales tenían menos de
30 años. De los actuales 35.000 empleados de la plantilla, 10.400
superan los 50 años, incluido Sánchez Galán, que en 2020 cumplirá 70. La
compañia reconoce que tiene en marcha planes de reducción de personal.
De hecho, Iberdrola se congratula de indicar que gestionará un 20%
más de activos tras el anuncio de fusión entre Elektra y Neoenergia con
los mismos recursos o plantilla, parte de la cual podría ser
externalizada para “optimizar los costes y conseguir eficiencias”, según
consta en la información oficial remitida a los inversores.
Lo que
Galán, que el pasado año percibió un sueldo de 9,47 millones de euros (25.753 euros al día),
quiere es vincular los salarios de los empleados al rendimiento
empresarial, con convenios a largo plazo que garanticen la estabilidad
de los gastos.
Todo este proceso será vigilado por José Sáinz Armada,
el director financiero y de recursos humanos, al que el presidente ha
encomendado la tarea de mantener a raya los costes de personal después
de la subida del pasado: un 20% más incluidos los trabajadores de
Neoenergia y un 3,3% si no se tiene en cuenta esta variable, ya que la
fusión se llevó a cabo en la segunda mitad de 2017. El objetivo final es ahorrar unos 1.000 millones de euros que procederán de Brasil y de la reducción de gastos de España.
No se prevén problemas para poner en marcha este plan de
prejubilaciones, ya que la relación de Iberdrola con los sindicatos es
muy cercana. Así quedó demostrado en la firma del VII Convenio Colectivo,
que garantiza la paz social con los representantes de los trabajadores
hasta 2020.
Un acuerdo que suponía, según la compañía, mejoras para los
8.500 empleados de la eléctrica en España, incluidos los 1.200 procedentes de su problemática filial de ingeniería. El grupo agradeció a los negociadores su voluntad para cerrar el acuerdo con el regalo de un reloj último modelo de Apple,
una batería portátil y una corbata o pañuelo corporativo, obsequios que
fueron criticados por agrupaciones contrarias al acuerdo.
Una forma de ahorrar que Iberdrola tiene en la cabeza es la venta de Iberinco,
la subsidiaria dedicada a la construcción de proyectos llave en mano
que en los últimos años le ha generado unas pérdidas próximas a los 400
millones de euros.
Esta compañía, en cuyo consejo de administración está
Ignacio López del Hierro,
marido de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ha sido
calificada como "actividad discontinuada" después de registrar en 2017
unos números rojos de 253 millones y tener que ser rescatada por la
matriz por incurrir en caso de insolvencia.
No
obstante, otras fuentes indican que los numerosos litigios que tiene
abiertos Iberinco dificultan mucho su posible traspaso, especialmente
tras los problemas por los que han pasado compañías del sector como Abengoa, Isolux y, actualmente, Duro Felguera.
La filial de Iberdrola tiene ahora abiertos conflictos judiciales en
Canadá por dos proyectos de biomasa valorados en 240 millones de euros;
en Kenia, por la construcción de redes y subestaciones; en Alemania y,
sobre todo, en Estados Unidos, por el desarrollo de una planta de gas en
Boston por 540 millones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario