MADRID.- «Gestión de un año de Gobierno socialista». Era el nombre del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que consultaba la opinión de los españoles a finales de 1983, un año después de la victoria de Felipe González.
Era, además, el primero en el que se preguntaba sobre el conocimiento y
la valoración de los ministros. Entonces, el 27% de los ministros eran
poco conocidos tras un año de gestión. 35 años después, la cifra de
anonimato en el Gobierno de Mariano Rajoy llega el 53,8%, tope histórico, recuerda hoy El Mundo.
Son poco conocidos porque más de la mitad de los encuestados en el último barómetro del CIS
respondió, cuando se les dijo su nombre, que no sabía quiénes eran. Y
no significa que el resto sí les conozca, ya que el porcentaje de gente
que no sabe o no contesta ronda el 10%. Destaca el caso de la ministra
de Agricultura, Isabel García Tejerina: ocupa el puesto desde hace más de tres años y el 60% de los españoles no sabe quién es.
El caso del ministro de Justicia, Rafael Catalá,
es similar: ocupa el puesto desde finales de 2014, y aún es desconocido
para más de la mitad de la población. El ministro de Educación desde
junio de 2015, Íñigo Méndez de Vigo,
portavoz del Gobierno desde 2016, apenas logra que le conozca uno de
cada dos españoles. Y menos suena el ministro de Energía, Turismo y
Agenda Digital, Álvaro Nadal, ignorado por casi el 70% de la sociedad.
La mitad de los representantes de los ministerios del primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero también eran poco conocidos, pero sin alcanzar el nivel actual. En abril de 2005 los españoles conocían a José Bono y a Miguel Ángel Moratinos y de algo les sonaban María Teresa Fernández de la Vega y Pedro Solbes. El resto formaban parte de las nuevas caras que pretendían ser reflejo de un nuevo PSOE del que hablaba ZP.
La mitad de los representantes de los ministerios del primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero también eran poco conocidos, pero sin alcanzar el nivel actual. En abril de 2005 los españoles conocían a José Bono y a Miguel Ángel Moratinos y de algo les sonaban María Teresa Fernández de la Vega y Pedro Solbes. El resto formaban parte de las nuevas caras que pretendían ser reflejo de un nuevo PSOE del que hablaba ZP.
Zapatero vivió una situación casi
similar a la actual en enero de 2009. Nueve meses después de su segunda
victoria electoral, el CIS señaló que la población no conocía a nueve de
los 17 miembros de su equipo. Y cuatro meses después, en el aniversario
de su reelección, acometió una importante renovación con rostros
reconocibles: Trinidad Jiménez, José Blanco, Manuel Chaves...
Tras los cambios, el barómetro realizado ese mismo mes apuntaba un
desconocimiento del 29% de los miembros del Gobierno, 24 puntos por
debajo de sus predecesores. Un año después, sólo tres ministras -el 17%
del Ejecutivo- seguían siendo anónimas: Beatriz Corredor, Cristina Garmendia y Ángeles González-Sinde.
Pero, a diferencia de ZP, Rajoy no tiene previsto remodelar su Gabinete
para paliar la lejanía entre su equipo y el electorado.
Muy distintas fueron las dos legislaturas de José María Aznar. Al año siguiente del nombramiento, ninguno de ellos era un extraño para la mayoría de la población. Destacaban nombres como Javier Arenas, Francisco Álvarez-Cascos, Rodrigo Rato, Isabel Tocino o Celia Villalobos,
que gozaron de un nivel de popularidad poco habitual para el cargo de
ministro: sólo entre un 7% y un 16% de los encuestados afirmaba no
conocerles.
La llegada de Rajoy trajo la reducción de 17 a 13 ministerios y la incorporación de políticos con poco impacto: Pedro Morenés, Jorge Fernández Díaz, José Manuel García-Margallo... No obstante, el global de poco conocimiento se quedó en el 38%. Hoy se eleva 15 puntos más y tres por encima de la peor marca socialista que llevó a una sacudida, que ahora nadie espera, en el Consejo de Ministros.
La llegada de Rajoy trajo la reducción de 17 a 13 ministerios y la incorporación de políticos con poco impacto: Pedro Morenés, Jorge Fernández Díaz, José Manuel García-Margallo... No obstante, el global de poco conocimiento se quedó en el 38%. Hoy se eleva 15 puntos más y tres por encima de la peor marca socialista que llevó a una sacudida, que ahora nadie espera, en el Consejo de Ministros.
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