MADRID.- La guerra que ahora mismo libran PP y Ciudadanos por la hegemonía electoral del centro derecha tiene muchos frentes activos.
Hay una nueva batalla que está a punto de librarse que es especialmente
polémica en determinados territorios. La sequía que afecta a España ha
reabierto el debate secular sobre la gestión del agua.
Albert Rivera pidió a principios de año una reunión de la Mesa del Agua para abordar una solución duradera a los problemas cíclicos de sequía
que tiene España. Según ha podido saber El Español, Ciudadanos ultima
una propuesta que prevé la construcción de nuevos embalses y abre la
puerta a recuperar los trasvases. El partido naranja no plantea un
macroproyecto de trasvase del Ebro como el de José María Aznar, pero no renuncia a que los excedentes de agua sean trasvasados a las cuencas más secas.
El agua promete entrar en la campaña para las elecciones autonómicas y municipales de mayo del 2019 si persiste la sequía. De hecho, ya ha comenzado, pues en su última aparición pública, en la Convención Nacional de Pymes y Autónomos en Alicante, Mariano Rajoy ha desafiado a la formación naranja a conseguir un pacto nacional del agua: "A ver si son capaces de construirlo"
Los embalses están actualmente al 42% de su capacidad,
pero cuencas como la del Segura -en Murcia- apenas almacena un 16%; la
del Júcar -en Valencia- un 26%; y la del Guadalquivir -Andalucía- un
32%. Moncloa sabe que es un asunto delicado. En el pasado ha enfrentado a
gobiernos del PP en comunidades como Aragón, Valencia y Murcia. El agua fue uno de los temas que el presidente Mariano Rajoy abordó con sus barones en la reunión de hace una semana en la calle Génova.
Microembalses como en Israel
El secretario General de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ha explicado a El Español las tres líneas de acción que su partido va a proponer en la búsqueda de un pacto nacional. Ciudadanos quiere construir microembalses
en zonas delimitadas por técnicos en cada una de las cuencas
hidrográficas de España para aumentar su capacidad embalsadora.
Este
sistema imita el modelo de Israel, que utiliza microembalses para
almacenar la poca lluvia que cae en Oriente Próximo. La formación
naranja propone además una modernización de las técnicas de depuración,
por un lado, y de los regadíos, por otro, que mejore el aprovechamiento
del agua. El objetivo, dice Villegas, es tratar este bien como lo que
es, "un bien escaso".
"Es un problema histórico que se está agudizando, porque ya no nos quedan casi cuencas excedentes",
dice Villegas. "Nosotros creemos que todos deberíamos estar de acuerdo
en esas tres líneas de actuación que nos permitirían, por un lado, tener
menos necesidades de agua en los regadíos porque lo utilizamos mejor y,
por otro, tener más agua disponible porque somos capaces de almacenar más agua y tratarla mejor para adaptarla a los usos que necesitamos".
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el consumo de los hogares en España es de 132 litros por habitante y día. El volumen de agua de riego utilizado por las explotaciones agrarias ascende a 14.945 hectómetros cúbicos al año.
El problema, según el INE, es que sólo el 1,8%
de esa agua de regadío procede de recursos hídricos como las
desaladoras o el agua regenerada. El 76% es agua en superficie, es decir
pantanos. Estas cifras sitúan a España como el quinto país de la OCDE que más agua consume per cápita, muy por delante de la media europea y de países húmedos como Francia, Bélgica o Alemania.
Ciudadanos busca aplicar más investigación y desarrollo
al reaprovechamiento del agua. Pero no sólo ahí. El partido recupera la
palabra "trasvase", fuente inagotable de conflictos entre comunidades.
Lo que dice Villegas es que si los nuevos microembalses y las técnicas
aplicadas crean excedentes de agua, esos excedentes pueden trasvasarse. El número dos de Ciudadanos no ha precisado el número de nuevos embalses ni su localización. El partido tampoco ha concretado qué trasvases podrían realizarse. De momento asegura que su plan no es reactivar el viejo trasvase del Ebro.
"Si mejoramos las infraestructuras de almacenamiento
y somos capaces de que efectivamente vuelva a haber excedentes reales
de agua yo creo que a nadie le sabría mal que pudiera trasvasarse agua
de unas cuencas a otras", dice Villegas. "Lo que no se puede es enfrentar a los territorios
con reclamos genéricos de trasvase sí, trasvase no. Es un maniqueísmo
que ahora mismo no tiene sentido porque no tenemos excedentes".
Trasvase o desaladoras
En España hay en funcionamiento 16 trasvases
que principalmente garantizan el abastecimiento de la población y
aseguran el suministro de agua al sistema agroalimentario. El más
conocido es el Tajo-Segura, pero hay otros que implican
un menor caudal y benefician a una porción pequeña del territorio. En
los últimos 20 años, se han intentado dos fórmulas para abordar la
cuestión de la sequía perenne de forma global. Ninguna ha funcionado.
El Plan Hidrológico Nacional fue el proyecto del
Gobierno Aznar. La medida estrella era un trasvase de agua desde la
cuenca del Ebro en Aragón a Barcelona, Castellón, Valencia, Alicante,
Murcia y Almería. El ex presidente del PP llegó a poner la primera
piedra de esta infraestructura faraónica en la provincia de Almería.
El trasvase provocó una agria polémica que enfrentó fundamentalmente a Aragón y Cataluña con las comunidades del Levante. Sin embargo, la victoria del PSOE en 2004 frenó el proyecto. José Luis Rodríguez Zapatero
derogó el trasvase y lo sustituyó por el llamado plan AGUA, una
inversión de 4.000 millones de euros en la construcción de 15
desaladoras en el Mediterráneo.
Las desaladoras tampoco han acabado con
el desabastecimiento. El sobrecoste de este proyecto se ha calculado en un 128% más de los presupuestado inicialmente. Muchas de estas desaladoras ni siquiera funcionan a pleno rendimiento.
"Hay que afrontar este problema sin sectarismos, porque al final parece que los rojos son los de las desaladoras y los azules los del trasvase. Nosotros
planteamos esas tres líneas de actuación y después necesitaremos un mix
de soluciones que se puedan ir utilizando", asegura Villegas.
"Las
desaladoras seguramente tendrán que estar, tendrá que haber algunos
trasvases si efectivamente hay un excedente real... Pero el trasvase
como gran titular o solución al problema del agua en España creemos que
hoy en día está claro que no es la solución ni es eficiente", añade.
El PP pide consenso
El PP no oculta su preocupación por la presión que Ciudadanos puede ejercer políticamente en año preelectoral. Fuentes populares recuerdan que el problema del agua no es monopolio de Rivera. "En 2017 hubo 125 reuniones sobre este tema con entidades, sectores, comunidades autónomas, afectados, y partidos políticos", dicen.
El Congreso tumbó la semana pasada una propuesta de Ciudadanos
que pedía la reunión de la Mesa del Agua. El Gobierno quiere llevar la
iniciativa en la negociación y mantiene su oferta de mano tendida a
todas las formaciones, incluida Ciudadanos. ¿Soluciones concretas? No hay propuestas encima de la mesa.
El PP, al menos oficialmente, ha dado por
zanjado el trasvase del Ebro ideado por Aznar. El PP de Aragón, que
sufrió las consecuencias de la impopularidad del proyecto en esta
comunidad durante varios años, asegura que el trasvase "está olvidado".
Pero las direcciones regionales del PP en Valencia y sobre todo en
Murcia no terminan de darlo por enterrado. Creen que es la única manera
de aportar una solución definitiva.
Génova recuerda que cualquier acuerdo,
incluido un hipotético trasvase o varios, deberá pasar por el Congreso
de los Diputados. "El PP gobierna en minoría, así que necesitará el apoyo y el consenso de otros partidos",
recuerdan estas fuentes. El anterior trasvase se aprobó en la segunda
legislatura de Aznar, cuando el PP tenía mayoría absoluta.
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