MÁLAGA.- El pasado 29 de diciembre, el inmigrante ilegal argelino Mohamed Bouderbala fue hallado muerto en la cárcel de Archidona, actualmente utilizada por el Ministero del Interior como Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE). Dos días después, el 31 de diciembre, su hermano Ahmed llegó desde Francia, pero aún no ha podido ver su cadáver ni la autopsia.
La policía explicó que el joven
argelino se ahorcó en su celda y aseguró a El Mundo
que así consta en la autopsia, aunque de momento ningún medio ha tenido
acceso a dicho documento. Ahmed asegura que “hablaba con él a diario” y
que “no se suicidó”, a pesar de las quejas que le transmitía su hermano
sobre la precaria situación de los más de 500 migrantes retenidos inicialmente en la prisión malagueña.
Ahmed y la plataforma contra el CIE de Archidona ya han pedido una investigación
para esclarecer si hubo relación entre la muerte de Mohamed Bouderbala y
las actuaciones de la policía antidisturbios, que en los días previos
reprimió varias protestas dentro de esa cárcel. La asociación Málaga Acoge
anunció que se va a presentar como acusación popular y se pregunta por
qué, en el caso de que Bouderbala se hubiera suicidado, el joven estaba
solo en una celda (las autoridades habían asegurado que hay dos
migrantes en cada celda). De haberse encontrado castigado en
aislamiento, esta asociación se pregunta por qué no se había activado el
protocolo contra suicidios.
Ahmed, el hermano del fallecido, se presentará como acusación
particular en representación de la familia. Desde la plataforma contra
el CIE de Archidona exigen el cese de las expulsiones porque “pueden
estar deportándose a testigos”.
Sin embargo, tras la muerte de Mohamed
Bouderbala, Interior ha acelerado las deportaciones. El pasado martes, aproximadamente 40 migrantes retenidos en la prisión malagueña fueron enviados a sus países de destino.
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