BERLÍN.- Los alemanes se están acostumbrando a una insólita y excepcional situación durante las Navidades de la última década: que los precios de electricidad sean negativos. O lo que es lo mismo, que las compañías eléctricas paguen a sus clientes por el consumo eléctrico.
Un escenario que se ha repetido nueve de los últimos diez años y que
surge porque la demanda supera a la oferta en estos días señalados.
Alemania ha llevado a cabo a lo largo de las dos últimas décadas una decidida apuesta por las energías renovables,
con una inversión total que supera los 200.000 millones de dólares. En
especial eólica y solar, que tienen la particularidad de ser difíciles
de almacenar y ser susceptibles a la meteorología. En este sentido,
estas pasadas Navidades han sido especialmente apacibles en tierras
teutonas, con temperaturas unos seis grados centígrados por encima de lo
habitual. Ello ha conducido a que se genere una amplia oferta de energía limpia esta Navidad.
Una amplia oferta que choca con un descenso de la demanda en estas señaladas fechas, a raíz del descenso productivo de las fábricas y empresas del país que cierran en días festivos. De este modo, el elevado suministro junto a la baja demanda provoca que los precios bajen hasta situarse excepcionalmente por debajo de cero.
Los precios negativos son una anomalía en los mercados de energía,
provocada por la necesidad de dar cuenta de aumentos repentinos de la
oferta, ya que la revolución sin precedentes de la energía renovable ha
convertido a la energía solar y eólica en la segunda mayor fuente de
electricidad en Alemania. Para mantener la red en equilibrio, se
alienta a los productores a cerrar las estaciones o bien a pagarles a
los consumidores para que eliminen la oferta adicional de la red.
En todo caso, los consumidores no llegan a recibir directamente este
pago, dado que el periodo de precio negativo se suma al global de la
factura, generando así descuentos o rebajas de precio en la suma final.
Siendo todavía una rareza, no son pocas las horas que al cerrar el
año la factura eléctrica germana cae en negativo. Este año se han
alcanzado las 104 horas de precios negativos y cuatro días completos con un promedio bajo cero, por 97 horas y la misma cantidad de días de 2016.
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