MADRID.- En torno al año 2050 el cambio climático se llevará previsiblemente por delante los vinos de Jumilla, Bullas y Yecla ante el calentamiento global estimado en una media de +2º C para esa fecha, lo que obligará primero a sustituir variedades por otras más resistentes, un cambio en los sistemas de cultivo y el aumento de agua para el regadío antes de llevarse el actual viñedo mediterráneo a zonas más altas y septentrionales, según pronostica el divulgador científico Darío Pescador en eldiario.es.
Un estudio del año 2013 ya sostenía que en 2050 la mayoría de las regiones vinícolas europeas actuales serán inviables debido al calor y señalaba más concretamente a explotaciones de las zonas de Ribera del Duero, Rueda, Burdeos, Languedoc, Provenza... éstas tres últimas ya en Francia, la mayor parte de Italia e incluso Sudáfrica.
Y es que el mapa de la producción de vino es una guía perfecta de como el cambio climático afecta a la tierra. Las características de la uva mantenían hasta hoy su cultivo reducido a unos pocos lugares del Mundo pero la subida de la temperatura permite expandirlo a países como Gran Bretaña y Alemania.
Este último país es ya el tercer productor mundial de uva, sólo por detrás de EE UU y Francia cuando el cultivo de la uva es, hoy por hoy, el segundo más lucrativo del planeta.
Las uvas necesitan calor y pocas lluvias para madurar y que se formen azúcares, pero al mismo tiempo necesitan frío y algo de lluvia para conservar la acidez. Si hace mucho calor y las uvas maduran demasiado pronto, tienen mucho azúcar, pero no pueden completar la maduración fenólica, que es la que da los aromas al vino.
Por eso hasta ahora, el cultivo de la vid estaba limitado a las escasas regiones con un clima mediterráneo. Pero con el cambio climático perceptible y en marcha, en todo el Mundo la producción de vino en 2017 cayo un 8,2%, uno de los peores registros en medio siglo.
Con un aumento de las temperaturas entre 2,5 y 4,7 grados, la caída de la producción puede ser el 85% en la Toscana o el Ródano, de un 74% en Australia, hasta un 70% en California y un 40% en Chile.
Los nuevos vinos de calidad tendrá denominaciones hasta ahora impensables: Gales, Noruega, Polonia, Columbia Británica, Montana o Tasmania.
Un estudio del año 2013 ya sostenía que en 2050 la mayoría de las regiones vinícolas europeas actuales serán inviables debido al calor y señalaba más concretamente a explotaciones de las zonas de Ribera del Duero, Rueda, Burdeos, Languedoc, Provenza... éstas tres últimas ya en Francia, la mayor parte de Italia e incluso Sudáfrica.
Y es que el mapa de la producción de vino es una guía perfecta de como el cambio climático afecta a la tierra. Las características de la uva mantenían hasta hoy su cultivo reducido a unos pocos lugares del Mundo pero la subida de la temperatura permite expandirlo a países como Gran Bretaña y Alemania.
Este último país es ya el tercer productor mundial de uva, sólo por detrás de EE UU y Francia cuando el cultivo de la uva es, hoy por hoy, el segundo más lucrativo del planeta.
Las uvas necesitan calor y pocas lluvias para madurar y que se formen azúcares, pero al mismo tiempo necesitan frío y algo de lluvia para conservar la acidez. Si hace mucho calor y las uvas maduran demasiado pronto, tienen mucho azúcar, pero no pueden completar la maduración fenólica, que es la que da los aromas al vino.
Por eso hasta ahora, el cultivo de la vid estaba limitado a las escasas regiones con un clima mediterráneo. Pero con el cambio climático perceptible y en marcha, en todo el Mundo la producción de vino en 2017 cayo un 8,2%, uno de los peores registros en medio siglo.
Con un aumento de las temperaturas entre 2,5 y 4,7 grados, la caída de la producción puede ser el 85% en la Toscana o el Ródano, de un 74% en Australia, hasta un 70% en California y un 40% en Chile.
Los nuevos vinos de calidad tendrá denominaciones hasta ahora impensables: Gales, Noruega, Polonia, Columbia Británica, Montana o Tasmania.
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