MADRID.- La tasa de participación laboral de una economía es el
porcentaje de la población total con más de 15 años que participa
activamente en el mercado laboral, ya sea trabajando o bien buscando
activamente un empleo. Este indicador, que en España se conoce más como
tasa de actividad, es determinante a la hora de establecer el
crecimiento potencial de cualquier economía. Cuanto mayor sea el número
de personas en disposición de trabajar, más potencial de aumento de la
riqueza nacional tendrá un país, recuerda Cinco Días.
En
la actualidad, la tasa de actividad de la población española está
situada en el 58,9% de la población. Esto significa que seis de cada
diez mayores de 15 años tienen trabajo o lo están buscando. Eso supone
casi tres puntos más que hace quince años. Si bien todo este incremento
obedece a la mejora de la tasa de actividad de las mujeres, que ha
pasado del 44,6% en 2003 al 53,13% en el tercer trimestre de 2017;
porque entre los hombres, esta tasa ha descendido en este mismo periodo
desde el 68,2% al 65%.
En cualquier caso, la evolución del saldo neto ha sido
favorable para la economía española, incluso habiendo atravesado una
fuerte crisis económica entre 2008 y 2013. Pero las proyecciones
demográficas apuntan a que el crecimiento sostenido de la tasa de
actividad global de la población española tocará a su fin en los
proximos años.
Así lo ha alertado hoy el Banco de España en un artículo de
Cristina Fernández y David Martínez publicado en su último Boletín
Económico.
Según esta advertencia, en general los países del sur de
Europa están empenzando a experimentar “una cierta presión a la baja” de
sus tasas de participación laboral (tasa de actividad), como resultado
de un mayor peso de los grupos de población en edad de trabajar más
avanzada.
“Esta tendencia continuaría en los próximos 10 ó 15 años,
particularmente en Grecia y España”, indican estos expertos.
En concreto, este estudio pronostica para España un
estancamiento de la población activa femenina en 2030 y una nueva caída
de algo más de dos puntos porcentuales para el caso de los hombres.
Este freno en el avance de la población activa será más
limitado, añaden, en los países centroeuropeos, que haya habían
comenzado a expermentar los efectos laborales del envejecimiento en los
años anteriories. Aunque precisan que “podría resultar algo más
persistente en el caso de Alemania”.
No obstante, este análisis considera que la mejora de los
niveles educativos de los trabajadores podría compensar el efecto
negativo del envejecimiento. Hay menos jóvenes pero más ciudadanos más
formados, que ampliarían el margen para aumentar la población activa.
Sin embargo, nuevamente, esta compensación no se producirá
ni en España ni en Grecia, “donde el proceso de envejecimiento será más
acusado”, insisten.
Recomendaciones
Ante este panorama, los articulistas del Banco de España
recomiendan analizar las tasa de participación que permanecen bajas en
determinados grupos de población, “para efectuar reomendaciones
específicas de política económica para mejorarlas”.
Las políticas que contribuyen a elevar la actividad laboral
de una población son las medidas socioculturales, los impuestos, la
formación de los trabajadores, un mayor empleo a tiempo parcial;las
políticas de apoyo a la familia o a la salud entre los trabajadores de
más edad. Todo ello, sin tener encuenta posibles choques migratorios que
puedan producirse en un futuro.
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