TOLEDO.- La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) va a llevar a cabo una batimetría urgente en los embalses de Entrepeñas y Buendía (de los que parte el Trasvase Tajo-Segura) para conocer la exacta capacidad de ambos pantanos de la cabecera de la cuenca.
Desde que se
construyeron en 1983 estos embalses no han sido sometidos a ningún
estudio, y según el Partido Castellano (PCAS) de Castilla-La Mancha, los
últimos informes batimétricos conocidos de los embalses de cabecera del
Tajo datan del año 1983.
Fuentes
de este partido defendieron que «se puede dar la circunstancia de que
las reservas en Entrepeñas y Buendía estén falseadas por la presencia de
lodos que todavía se computan como agua, por lo que es muy posible que
dicha reserva sea al menos un ocho por ciento inferior a la declarada».
«En
el caso de estos embalses, y dado su gran tamaño -añadieron- podríamos
estar hablando de nada menos que unos 200 hectómetros cúbicos de
diferencia».
Se da la
circunstancia de que la cuenca del Segura ya puso en marcha en 2015 los
primeros estudios batimétricos en algunos de sus pantanos, tras 20 años
sin hacer ningún estudio.
De
estos trabajos se han obteniendo importantes resultados: el embalse de
Valdeinfierno ha perdido un 40,5% de su capacidad de embalse –de los 13
hm3 se ha quedado en 7,7 hm3– por los sedimentos que le han entrado. Y
el de Puentes ha perdido un 7,2%.
Por otra parte, los pantanos de Entrepeñas y
Buendía almacenan actualmente 237 hectómetros cúbicos de agua, 163 por
debajo de la línea mínima que permite los trasvases al Segura (fijada en
400 hm3 por el Memorándum del Tajo). El Levante no recibe ni una gota
de agua de la cabecera del Tajo desde abril para regar y desde mayo para
abastecimiento de los hogares.
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