MADRID.- El consejero delegado de Vocento, Luis Enríquez y el director de ABC, Bieito Rubido están enfrentados, muy enfrentados. La pelea que mantienen se puede resumir en la injerencia de Enríquez
en la dirección del diario, el buque insignia del grupo. Por ejemplo,
Bieito no puede fichar ni siquiera a un colaborador sin contar con el
visto bueno del consejero delegado. El cabreo del director de ABC es de campeonato, como se pueden imaginar, relata hoy el digital Hispanidad.
La pugna, en cualquier caso, trasciende al grupo de comunicación y afecta, ni más ni menos, que al Gobierno de Mariano Rajoy. Y es que Enríquez cuenta con el apoyo de María González Pico, jefa de gabinete de Soraya Sáenz de Santamaría y conocida como la Caracoles, mientras que Rubido cuenta con el favor de la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro.
Y, como saben, las relaciones entre ambas mujeres son como las fincas
de Extremadura: manifiestamente mejorables. Una tensión que no se ha
disipado tras el cambio publicado en agosto, en el BOE: la Secretaría de Estado de Comunicación dejaba de depender del Ministerio de la Presidencia (Soraya) para hacerlo directamente de Presidencia del Gobierno (Rajoy).
A todo esto, el presidente de Vocento, Santiago Bergareche, no se
entiende con el Ceo Enríquez, pero tampoco defiende a Rubido. Un lío.
En este contexto, el grupo anunció el martes por la tarde unas pérdidas hasta septiembre de 4,8 millones de euros,
un 38,1% inferiores a las registradas un año antes (7,6 millones). Pero
no se emocionen: la rebaja se debe al mayor recorte del gasto y no a
una mejora del negocio.
Porque lo cierto es que los ingresos de explotación cayeron un 5,3%,
hasta los 309,2 millones de euros, debido, en gran parte, al retroceso
del 7,1% en la venta de ejemplares y del 1,5% en las ventas de
publicidad.
Al final, el ebitda de la compañía no superó los 16,3 millones, lo que supone una reducción del 13% respecto al de septiembre de 2016.
Lo más significativo, no obstante, es que la prensa regional ya no le sirve a Vocento como salvavidas.
De enero a septiembre, los ingresos por la venta de ejemplares
regionales cayeron un 5,6%, con un retroceso de la difusión del 8,9%.
Malas noticias para Vocento, que ya negocia un nuevo ajuste con sus
empleados. Sobre la mesa, eliminar la paga de Navidad y bajar el sueldo
alrededor del 18%. Una barbaridad, pero si ya no es posible echar a más
gente -la calidad se resiente, según Rubido- la solución es rebajar
salarios.
En cualquier caso, la plantilla se teme que la drástica rebaja vaya acompañada de despidos a comienzos de 2018. Es lo que ha ocurrido años anteriores.
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