CARTAGENA.-El arquitecto Ricardo García Baño ha identificado en la tesis
doctoral que le ha dirigido el profesor de la Universidad Politécnica de
Cartagena (UPCT) José Calvo López la fecha del que podría ser el
tratado español de cantería más antiguo del que se tiene constancia.
El
manuscrito, conservado en la Biblioteca Nacional como anónimo y sin
datación concreta, contiene un repertorio de piezas de cantería
organizadas por grupos, con un orden creciente de dificultad,
acompañadas de textos escuetos que aportan explicaciones de carácter
práctico.
“Sus contenidos responden a los de un cuaderno del taller o
cartilla de aprendizaje, habituales en los talleres de los maestros de
cantería de la época”, explica el autor de la investigación, profesor en
la Politécnica de Cartagena, uno de los principales focos en España de
investigación en cantería bajo la dirección José Calvo, autoridad en la
materia.
Los dibujos de bóvedas nervadas que figuran en el
manuscrito han sido claves para su datación, pues se corresponden con
las monteas previas para la construcción de las bóvedas de la iglesia
parroquial de Garcinarro, en Cuenca, trazada por el cantero vizcaíno
Pedro de Alviz en torno al año 1544 , fecha en la que se puede datar la
parte final del manuscrito original, del que es copia el ejemplar que se
conserva.
“La datación lo sitúa como el más antiguo tratado de
cantería español, que se anticipa en algunos años a los de Hernán Ruiz y
Rodrigo Gil de Hontañón, y en más de dos décadas al primer texto
impreso de la estereotomía clásica, el de Philibert de L’Orme”, resalta
el investigador.
“Antes del siglo XVI estaba prohibido divulgar el
conocimiento de cantería, sólo se transmitía oralmente y en los
talleres de los canteros, que guardaban su secreto profesional con tanto
celo que fueron el origen de las logias masónicas”, explica Ricardo
García.
Los resultados de la investigación han permitido avanzar
en el conocimiento de las técnicas de construcción en piedra utilizadas
por los maestros de cantería durante el siglo XVI, “fundamental para
acometer actuaciones sobre el patrimonio arquitectónico existente, en
los casos en los que los edificios contienen piezas de cantería, en las
que resulta imprescindible el conocimiento de los modos de construcción y
técnicas empleados por sus artífices de cara a plantear intervenciones
respetuosas y compatibles con el monumento, que garanticen su
estabilidad”, argumenta el autor de la tesis.
Las piezas de
cantería, esculpidas en piedra y diferentes entre sí, son muy abundantes
en los edificios singulares del Renacimiento y se puede observar en la
mayoría del patrimonio arquitectónico eclesial y palaciego anterior al
siglo XVIII.
La colegiata de Lorca es un ejemplo de edificio en el que
se restauraron y sustituyeron, debido a los daños ocasionados por el
terremoto, piezas de cantería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario