La
revalorización del euro -que este martes se ha situado por encima
de 1,20 dólares- es una preocupante noticia para el Gobierno y los
españoles, de cara a la consolidación del crecimiento de la
economía española, ya que pone en riesgo las previsiones
optimistas de una mayor recuperación del ministro Luis de
Guindos.
Este
cambio euro/dólar también supone un riesgo para la creación de empleo,
cuyo ritmo positivo se vio reducido, según los datos del Ministerio de
Empleo del pasado mes de julio, aunque la ministra Fátima Báñez ha
ofrecido este martes un aspecto esperanzador sobre las contrataciones.
Las cotizaciones a la Seguridad Social superarán en el mes de agosto
los 10.000 millones de euros lo que supondrá un récord en este ámbito.
Pero la subida del 4,5 % de los ingresos de la Seguridad Social en lo
que va de año sigue sin compensar el incremento de los gastos en
pensiones, cuyo sistema se ve más en riesgo si no se adoptan nuevas
medidas.
Hasta el presidente del Banco Central Europeo ha alertado sobre la
situación del futuro de las pensiones. Aunque no ha dado la menor pista
sobre lo que tiene previsto hacer sobre los tipos de interés y sobre el
ritmo de disminución y el final de la compra de activos de los bancos y
grandes empresas europeas, sí que ha aprovechado su presencia en Jackson
Hole (Wyoming) para alertar de que el sistema no se puede sostener en
las condiciones actuales.
Sabedor de la sensibilidad social que existe ante las declaraciones
de los banqueros en materia de pensiones, ha recurrido a los datos para
dejar claro que se tienen que adoptar medidas a nivel mundial. En ocho
años, en el ámbito de los países de la OCDE, por cada 100 personas en
edad de trabajar habrá 35 pensionistas. Cuando se generalizó el sistema
de las pensiones en Europa, en los años 50 del siglo pasado esta
relación era de 10 a 100.
Aunque el consejo de gobierno del BCE se reunirá el jueves de la
próxima semana, los expertos no se ponen de acuerdo sobre si Draghi
anunciará una modificación de la política monetaria europea. Los tipos
de interés, junto con el crecimiento económico y la creación de empleo,
son los tres elementos fundamentales para la generación de ingresos y de
beneficios del sector financiero.
Los expertos que defienden la posibilidad de una subida, recuerdan
que Mario Draghi ya lo había sugerido hace unos meses. Por el contrario,
quienes defienden la posibilidad de mantener el actual estatus quo,
recuerdan que la política del BCE ha ido unos dos años por detrás de las
medidas adoptadas por la Reserva Federal.
Como la reunión de la FED para decidir sobre los tipos no se producirá
hasta los días 20 y 21 de septiembre, la decisión en Europa
previsiblemente deberá esperar todavía un tiempo.
Con esta posibilidad de un nuevo retraso en el anuncio del cambio de
política monetaria en la eurozona, la banca ha sido el sector que más ha
sufrido la desconfianza de los inversores. A ello debe sumarse la
incertidumbre política que genera la cuestión catalana en los inversores
internacionales.
El riesgo de ruptura es considerado como una cuestión de máxima
gravedad. Pese a que se rechaza la sola idea de comparar a España con la
antigua Yugoslavia, cada vez son más los medios y los analistas que
alertan a Europa de la necesidad de evitar una situación similar.
Con la revalorización de euro poniendo en riesgo una parte de la
recuperación de la economía y del empleo, y con la prevista subida de
tipos haciéndose esperar, quizás retrasándose entre uno y dos años, las
proyecciones para lo que queda de año no son nada halagüeñas. La única
señal esperanzadora es la mejora de la confianza de los alemanes, así
como la pujanza de su economía.
Además, los 15 puntos con los que aventaja Angela Merkel al candidato
social demócrata, Martin Schultz, parecen transmitir tranquilidad a los
consumidores alemanes que, de acuerdo con los sondeos, muestran querer
mantener el actual status quo. En las relaciones bilaterales, España ha
conseguido saldos más positivos con los conservadores que con los
socialdemócratas. Al menos desde este flanco nada apunta a que haya que
añadir otra incertidumbre más en un panorama que se muestra angustioso.
(*) Periodista
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