MADRID.- Nueva
etapa de crecimiento en el cuarto grupo financiero español. Bankia abre
capítulo. La absorción de BMN, que le aportará 1,7 millones de clientes
y elevará a 8,2 millones su base de particulares y empresas, refuerza
el nuevo perfil que los gestores quieren imprimir a la entidad. Cinco
años después de su nacionalización y rescate público con 22.424 millones
de euros, Bankia pretende dejar atrás las ataduras y volcarse en
multiplicar su rentabilidad, según publica Expansión.
"Bankia ha dejado de ser
una historia de reestructuración para convertirse en una historia de
crecimiento", indicó el martes su presidente, José Ignacio
Goirigolzarri, al presentar la operación de fusión. La adquisición de
BMN es el último exponente de ese cambio de rol y de la obsesión por
crear valor para los 222.000 accionistas del banco, prácticamente la
mitad de los 410.000 que acudieron a la fallida salida a Bolsa de 2011. A
ellos se suman ahora los inversores procedentes de BMN,
fundamentalmente institucionales. Incluyendo la participación del Fondo
de Reestructuración (Frob), los actuales accionistas de la entidad
presidida por Carlos Egea controlarán el 6,7% del capital del nuevo
grupo.
La generación de valor, vía revalorización de la acción y reparto de dividendos, es determinante de cara a la recuperación de las ayudas públicas por parte del Estado, así como para mitigar las fuertes minusvalías que acumulan los inversores privados que acudieron a la colocación bursátil en caso de que aún conservaran las acciones.
Hasta ahora, el Frob ha recuperado 1.800 millones de los más de 24.000 millones inyectados en el banco, a través de la venta del 7,5% del capital realizada en 2014, junto a los tres dividendos pagados por el banco entre 2015 y 2017.
Por lo que respecta a los inversores privados, acumulan pérdidas de en torno al 99% desde el debut de 2011. Un pequeño accionista que, por ejemplo, invirtió entonces 7.500 euros con la compra de 2.000 títulos a un precio de 3,75 euros, hoy tendría cinco acciones con un precio unitario de 4,23 euros: 21,15 euros en conjunto. En consecuencia, entre otros factores, de los dos contrasplit (agrupación de títulos) realizados por el banco en 2013 y ahora, a inicios de mes.
El valor de la inversión no incluye el importe de los dividendos que ese ahorrador podría haber recibido en el periodo (1,4 euros en total por los 2.000 títulos en origen), ni tampoco el dinero que podría haber ingresado con la venta de los derechos de suscripción que recibió en abril de 2013, cuando Bankia ejecutó su proceso de saneamiento y recapitalización.
Los cálculos realizados por Bankia prevén que BMN aportará 245 millones de euros al beneficio del grupo en 2020, cuando se materialicen al 100% los impactos de la fusión. Representa un retorno del 12% sobre los 2.000 millones de euros de capital que Bankia comprometerá en la operación, entre cargos por provisiones, costes de reestructuración y otros ajustes.
Ya en el primer año de la integración, que se estima que culminará en el segundo trimestre de 2018, una vez cerrada la integración tecnológica, la operación tendrá un impacto positivo en el beneficio por acción (BPA). En el tercer año, el incremento del BPA alcanzará incluso el 16%, pese al aumento del número de títulos en circulación: un 7% de la base actual o 206 millones de acciones. El equipo gestor de Bankia cree que esta tasa es excepcional y no comparable con las ratio vistas en otros operaciones realizadas en el sector.
Este porcentaje del 16% es, además, indicativo del ritmo de mejora que podría experimentar el dividendo de Bankia: si el beneficio por acción aumenta en esa proporción, ésta podría trasladarse a la remuneración por título asumiendo que el resto de las variables no sufrieran modificaciones, según han dejado entrever Goirigolzarri y el número dos del banco, José Sevilla. De momento, Bankia se ha comprometido a mantener la política de retribución que viene manteniendo desde 2015, cuando pagó a sus accionistas el primer dividendo de su historia. Contempla un pay out (porcentaje del beneficio destinado a dividendo) del 40%.
El atractivo y la oportunidad que supone para Bankia la integración de BMN proviene de la confluencia de tres elementos: la capacidad de mejora de los números de BMN, el propio momento que atraviesa Bankia, y el entorno económico y financiero actual.
Por lo que respecta a la entidad fundada por las cajas de Murcia, Granada, Penedès y Baleares, Bankia ve margen de mejora tanto a nivel de costes como de ingresos. El grupo, que todavía no ha dado detalles sobre la cuantía del ajuste de red y plantilla, ha cifrado en 155 millones las sinergias de costes de la operación. No ha cuantificado (y tampoco ha incluido en las estimaciones de retorno de la inversión) el potencial incremento de ingresos, pero ve potencial de recorrido para incrementar la cifras de negocio y comisiones en segmentos como crédito al consumo, tarjetas, fondos de inversión o seguros, por ejemplo. El descenso de los costes de financiación de BMN al integrarse en el grupo, la mejora de ráting o la reducción del coste del crédito son otros ámbitos en los que los gestores de Bankia creen que pueden dejar su impronta.
La oportunidad de adquirir BMN se ha presentado, además, en el momento adecuado: Bankia concluye este ejercicio el plan de reestructuración impuesto por Bruselas (ayer mismo finalizó la limitación formal para realizar adquisiciones). Supondrá, entre otros, la posibilidad de volver a desarrollar negocios como el promotor y recuperar posiciones en plazas que el banco tuvo que abandonar en el pasado. El grupo, a su vez, ha avanzando en el proceso que inició en 2016 para fijar su nuevo posicionamiento comercial y de negocio. Prepara su nuevo plan estratégico, que debería ver la luz en el primer semestre de 2018, un vez cerrada la fusión.
La generación de valor, vía revalorización de la acción y reparto de dividendos, es determinante de cara a la recuperación de las ayudas públicas por parte del Estado, así como para mitigar las fuertes minusvalías que acumulan los inversores privados que acudieron a la colocación bursátil en caso de que aún conservaran las acciones.
Hasta ahora, el Frob ha recuperado 1.800 millones de los más de 24.000 millones inyectados en el banco, a través de la venta del 7,5% del capital realizada en 2014, junto a los tres dividendos pagados por el banco entre 2015 y 2017.
Por lo que respecta a los inversores privados, acumulan pérdidas de en torno al 99% desde el debut de 2011. Un pequeño accionista que, por ejemplo, invirtió entonces 7.500 euros con la compra de 2.000 títulos a un precio de 3,75 euros, hoy tendría cinco acciones con un precio unitario de 4,23 euros: 21,15 euros en conjunto. En consecuencia, entre otros factores, de los dos contrasplit (agrupación de títulos) realizados por el banco en 2013 y ahora, a inicios de mes.
El valor de la inversión no incluye el importe de los dividendos que ese ahorrador podría haber recibido en el periodo (1,4 euros en total por los 2.000 títulos en origen), ni tampoco el dinero que podría haber ingresado con la venta de los derechos de suscripción que recibió en abril de 2013, cuando Bankia ejecutó su proceso de saneamiento y recapitalización.
Beneficio creciente
"Es una operación excelente para los accionistas de Bankia y muy buena para los inversores de BMN. Se incorporan a un proyecto en crecimiento", ha resumido Goirigolzarri esta semana.Los cálculos realizados por Bankia prevén que BMN aportará 245 millones de euros al beneficio del grupo en 2020, cuando se materialicen al 100% los impactos de la fusión. Representa un retorno del 12% sobre los 2.000 millones de euros de capital que Bankia comprometerá en la operación, entre cargos por provisiones, costes de reestructuración y otros ajustes.
Ya en el primer año de la integración, que se estima que culminará en el segundo trimestre de 2018, una vez cerrada la integración tecnológica, la operación tendrá un impacto positivo en el beneficio por acción (BPA). En el tercer año, el incremento del BPA alcanzará incluso el 16%, pese al aumento del número de títulos en circulación: un 7% de la base actual o 206 millones de acciones. El equipo gestor de Bankia cree que esta tasa es excepcional y no comparable con las ratio vistas en otros operaciones realizadas en el sector.
Este porcentaje del 16% es, además, indicativo del ritmo de mejora que podría experimentar el dividendo de Bankia: si el beneficio por acción aumenta en esa proporción, ésta podría trasladarse a la remuneración por título asumiendo que el resto de las variables no sufrieran modificaciones, según han dejado entrever Goirigolzarri y el número dos del banco, José Sevilla. De momento, Bankia se ha comprometido a mantener la política de retribución que viene manteniendo desde 2015, cuando pagó a sus accionistas el primer dividendo de su historia. Contempla un pay out (porcentaje del beneficio destinado a dividendo) del 40%.
El atractivo y la oportunidad que supone para Bankia la integración de BMN proviene de la confluencia de tres elementos: la capacidad de mejora de los números de BMN, el propio momento que atraviesa Bankia, y el entorno económico y financiero actual.
Por lo que respecta a la entidad fundada por las cajas de Murcia, Granada, Penedès y Baleares, Bankia ve margen de mejora tanto a nivel de costes como de ingresos. El grupo, que todavía no ha dado detalles sobre la cuantía del ajuste de red y plantilla, ha cifrado en 155 millones las sinergias de costes de la operación. No ha cuantificado (y tampoco ha incluido en las estimaciones de retorno de la inversión) el potencial incremento de ingresos, pero ve potencial de recorrido para incrementar la cifras de negocio y comisiones en segmentos como crédito al consumo, tarjetas, fondos de inversión o seguros, por ejemplo. El descenso de los costes de financiación de BMN al integrarse en el grupo, la mejora de ráting o la reducción del coste del crédito son otros ámbitos en los que los gestores de Bankia creen que pueden dejar su impronta.
La oportunidad de adquirir BMN se ha presentado, además, en el momento adecuado: Bankia concluye este ejercicio el plan de reestructuración impuesto por Bruselas (ayer mismo finalizó la limitación formal para realizar adquisiciones). Supondrá, entre otros, la posibilidad de volver a desarrollar negocios como el promotor y recuperar posiciones en plazas que el banco tuvo que abandonar en el pasado. El grupo, a su vez, ha avanzando en el proceso que inició en 2016 para fijar su nuevo posicionamiento comercial y de negocio. Prepara su nuevo plan estratégico, que debería ver la luz en el primer semestre de 2018, un vez cerrada la fusión.
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