ROMA/MADRID/BRUSELAS.- La sequía que sufre el sur de Europa amenaza con reducir la producción de cereales en Italia y zonas de España a su nivel más bajo en al menos 20 años, al tiempo que afectó a otras cosechas regionales como los olivos y las almendras.
Castilla
y León, la principal región cerealera española, ha sufrido
especialmente, con pérdidas de cosechas estimadas en alrededor del 60 y
el 70 por ciento.
"Este año no fue malo, fue
catastrófico. No recuerdo un año así desde 1992 cuando era niño", dijo
Joaquín Antonio Pino, un agricultor de Sinlabajos, Ávila, que afirmó que
muchas de sus tierras ni siquiera fueron cosechadas, ya que los
ingresos no cubrirían los salarios de los trabajadores.
Si
bien la Unión Europea en su conjunto es un gran exportador de trigo,
España e Italia dependen de importaciones de países como Francia, Reino
Unido y Ucrania. Se espera que las importaciones españolas de trigo
blando suban más de un 40 por ciento, hasta los 5,6 millones de
toneladas, en el año comercial 2017-2018, según Agroinfomarket.
España
e Italia son también dos de los principales productores mundiales de
aceite de oliva. Se espera que la producción caiga en ambos países, pero
es probable que la peor parte se la lleve Italia, donde el Consejo
Oleícola Internacional prevé un descenso del 60 por ciento.
"Esperábamos
una buena producción este año, pero no ha sido así", dijo Francesco
Suatoni, que tiene unos 4.000 olivos junto a la histórica ciudad de
Amelia, en Umbría, en el centro de Italia. "Este año esperamos producir
un 50 por ciento menos que el año pasado. Esperemos que no, pero será
muy difícil tener una buena cosecha", añadió.
La
asociación agraria italiana Coldiretti señala que hay más cultivos
afectados y calcula que la sequía tendrá un coste de más de 1.000
millones de euros para los agricultores.
En
España, José Ugarrio, analista de la Asociación Agraria de Jóvenes
Agricultores (Asaja), destacó que la sequía está afectando a todas las
cosechas, incluso las que se cultivan en invernaderos por las
restricciones al uso de agua. Asimismo, destacó que productos como las
almendras y los pistachos sufrirán una abrupta caída.
Attilio
Tocchi, un agricultor toscano que lidera la división local del grupo
Confagricoltura, advirtió que "es casi imposible seguir adelante así.
Uno piensa 'ok, intentaré apañármelas este año', pero si la cosecha del
año que viene es como esta no seremos capaces de aguantar más".
La Comisión Europea considera que los países del sur de Europa deben aplicar cuanto antes medidas para afrontar las crecientes sequías derivadas del cambio climático, por ejemplo encareciendo el precio del agua para promover su ahorro.
Así figura en un Libro Verde sobre 'La adaptación al cambio climático en Europa' que propone distintas 'opciones de acción' frente a un problema ya presente, según explicó el comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas.
El documento pretende abrir el debate en la Unión Europea (UE) sobre las iniciativas a adoptar a nivel nacional, regional, local y europeo, para paliar los daños derivados del calentamiento global.
Dimas incidió en que el recorte de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) no será suficiente para hacer frente a los problemas ligados al cambio climático.
El texto incluye entre las áreas 'más vulnerables' al cambio climático a los países del sur de Europa y toda la costa Mediterránea, 'debido al efecto combinado del incremento de las altas temperaturas y la reducción de las precipitaciones en áreas que ya tienen que hacer frente a la escasez de agua'.
La Península Ibérica 'será la más afectada por las sequías, con una reducción anual de las precipitaciones del 40 por ciento sobre el nivel actual' y un aumento de las temperatura anuales de entre 4 y 5 grados centígrados', indica el documento, cuyos datos proceden del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
Añade que esos dos factores desencadenarán 'sequías, olas de calor, incendios forestales, pérdida de biodiversidad, degradación de suelos y ecosistemas y, eventualmente, la desertificación'.
Además, el sector agrícola se verá afectado, con pérdidas de entre un 10 y un 30 por ciento de la producción en áreas muy amplias del sur de Europa, y también el sector turismo, que quizá opte por otros destinos en verano huyendo del exceso de calor.
Para Bruselas, la carestía de agua se debe afrontar aplicando 'instrumentos económicos y el principio 'el consumidor paga' a todos los sectores', incluidos los hogares, la agricultura y el turismo.
La solución frente al uso no sostenible que en la actualidad se hace de ese bien pasa por 'la aplicación de políticas de precio eficientes, convertir en prioridad el ahorro y mejorar el funcionamiento de la eficiencia en todos los sectores', indica el texto.
El documento incide en la necesidad de actuar 'cuanto antes', dado que de no prevenir 'podremos vernos obligados a emprender medidas de adaptación repentinas y no preparadas para responder a las crisis y catástrofes, lo que será mucho más costoso' que hacerlo ahora, indicó Dimas.
La Comisión Europea considera que los países del sur de Europa deben aplicar cuanto antes medidas para afrontar las crecientes sequías derivadas del cambio climático, por ejemplo encareciendo el precio del agua para promover su ahorro.
Así figura en un Libro Verde sobre 'La adaptación al cambio climático en Europa' que propone distintas 'opciones de acción' frente a un problema ya presente, según explicó el comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas.
El documento pretende abrir el debate en la Unión Europea (UE) sobre las iniciativas a adoptar a nivel nacional, regional, local y europeo, para paliar los daños derivados del calentamiento global.
Dimas incidió en que el recorte de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) no será suficiente para hacer frente a los problemas ligados al cambio climático.
El texto incluye entre las áreas 'más vulnerables' al cambio climático a los países del sur de Europa y toda la costa Mediterránea, 'debido al efecto combinado del incremento de las altas temperaturas y la reducción de las precipitaciones en áreas que ya tienen que hacer frente a la escasez de agua'.
La Península Ibérica 'será la más afectada por las sequías, con una reducción anual de las precipitaciones del 40 por ciento sobre el nivel actual' y un aumento de las temperatura anuales de entre 4 y 5 grados centígrados', indica el documento, cuyos datos proceden del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
Añade que esos dos factores desencadenarán 'sequías, olas de calor, incendios forestales, pérdida de biodiversidad, degradación de suelos y ecosistemas y, eventualmente, la desertificación'.
Además, el sector agrícola se verá afectado, con pérdidas de entre un 10 y un 30 por ciento de la producción en áreas muy amplias del sur de Europa, y también el sector turismo, que quizá opte por otros destinos en verano huyendo del exceso de calor.
Para Bruselas, la carestía de agua se debe afrontar aplicando 'instrumentos económicos y el principio 'el consumidor paga' a todos los sectores', incluidos los hogares, la agricultura y el turismo.
La solución frente al uso no sostenible que en la actualidad se hace de ese bien pasa por 'la aplicación de políticas de precio eficientes, convertir en prioridad el ahorro y mejorar el funcionamiento de la eficiencia en todos los sectores', indica el texto.
El documento incide en la necesidad de actuar 'cuanto antes', dado que de no prevenir 'podremos vernos obligados a emprender medidas de adaptación repentinas y no preparadas para responder a las crisis y catástrofes, lo que será mucho más costoso' que hacerlo ahora, indicó Dimas.
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