MADRID.- El caso de Pedro Antonio Sánchez, presidente de Murcia, citado a declarar el próximo lunes como imputado por el caso Auditorio
-por los presuntos delitos de prevaricación continuada, fraude contra
la Administración Pública, falsedad en documento oficial y malversación
de caudales públicos-, puede llevar a esta comunidad a la celebración de
unas elecciones anticipadas, según El Mundo.
La causa es la tensión generada entre el PP, partido del Gobierno y que rechaza la salida de Sánchez, y Ciudadanos, socio de investidura y que pide su dimisión, en base a que su pacto de investidura
incluye la separación de cargos públicos imputados. Ambas formaciones
manejan ya como escenario posible un anticipo electoral ante este choque
de criterio. Si Ciudadanos aumenta su exigencia o apoya una moción de
censura, en el PP no se descarta acudir a las urnas de manera
adelantada.
El primer punto del acuerdo de investidura, rubricado
por el propio Sánchez, recoge: «Separar de inmediato de cualquier cargo,
público o de partido, a imputados por corrupción política hasta la
resolución completa del procedimiento judicial».
El escenario de
elecciones anticipadas lleva días, si no semanas, en la mente de los
estrategas y dirigentes de ambas formaciones, como un escenario
palpable. En el PP es una posibilidad que manejan, incluso, antes de que
estallara este escándalo. La convivencia política con Ciudadanos es
complicada en aquellas comunidades como Murcia o Madrid donde son socios preferentes.
Por un lado, los populares guardan esta opción como bala para fagocitar al electorado de Albert Rivera, muchos de cuyos votantes son desencantados del PP. En las filas de Rajoy
creen que un anticipo electoral podría servir para aumentar su
representación en estas comunidades y, por tanto, dejar de depender del
apoyo de Ciudadanos y de sus exigencias.
Por contra, en la formación naranja, si bien manejan datos
internos que les conceden un buen resultado, la celebración de unas
elecciones anticipadas podría suponer perder votos y, por tanto, su
capacidad de influencia al dejar de ser decisivos. Si el PP alcanza la
mayoría absoluta o el frente de izquierdas (PSOE y Podemos) suma para gobernar, el papel de Ciudadanos quedaría desfigurado.
El PP se quedó a un diputado de la mayoría absoluta en Murcia en las elecciones autonómicas de mayo de 2015. Ciudadanos,
con cuatro escaños, se convirtió en su socio de gobernabilidad. En
2011, el PP logró en Murcia el 58,7% de los votos, porcentaje que
descendió al 37,3% en 2015. El PSOE se mantuvo en el 23%. Por tanto,
cabe concluir que gran parte del 12,5% de votos que logró Ciudadanos
provenía del PP. Y a eso se agarran los populares para mantener el dedo
sobre el botón rojo de las elecciones.
De momento, Sánchez será elegido el próximo 18 de marzo como nuevo líder del PP de Murcia. Un afianzamiento de su figura en plena polémica por su imputación, que él considera un «error administrativo» y no corrupción política.
Este jueves, PP y Ciudadanos se reunieron en Cartagena para tratar este asunto. En la formación naranja
esperaban a esta cita para decidir una estrategia. «Murcia no va a tener
un presidente imputado», insisten desde el partido.
La petición de C's choca con la posición del PP, que apuesta por esperar
a, al menos, la declaración de Sánchez del día 6 ante el juez, y fija
la línea roja de la dimisión en la apertura de juicio oral y no en la
imputación.
Como Sánchez insist en no dimitir, entonces se abren tres escenarios para Ciudadanos,
que anteayer diluyó la presión -«no concedemos plazos, exigimos el
cumplimiento del acuerdo», dijo Inés Arrimadas-. Uno: asumir la continuidad
del presidente. Dos: apoyar una moción de censura junto a PSOE y
Podemos. Tres: denunciar a Sánchez por incumplir la Ley de Transparencia de Murcia, que en su artículo 54 recoge que la permanencia de un cargo público electo es «incompatible» con el hecho de ser imputado.
Desde la dirección de Ciudadanos
apuestan por «no adelantar acontecimientos» y graduar la presión, para
mantener argumentos con los que plantar cara al desafío del PP.
«Nosotros cumplimos en Murcia y apoyamos una investidura y los
Presupuestos por el bien de los murcianos. Ahora le toca al presidente
de Murcia cumplir su palabra», dijo Rivera.
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