El PP ha
vivido durante el fin de semana un proceso de exaltación de su líder y
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al que han dejado manos libres
para actuar en el Gobierno y en el Partido. El congreso ha discurrido
como una balsa de aceite.
Ello
a pesar de que salió la sentencia sobre una de las piezas del caso
Gürtel que se desarrolló en Valencia, con duras condenas para los
principales imputados, entre ellos la exconsejera de Turismo de la
Generalidad, Milagrosa Martínez, el mismo día que se inauguraba el 18
Congreso del PP.
Prácticamente nadie ha sacado el asunto en los
debates durante los tres días en los que se ha celebrado el
Congreso. En cambio, entre los más fieles a la secretaria general
del partido, María Dolores de Cospedal, se considera un acierto su
alusión en su discurso inaugural admitiendo que quizás
reaccionaron demasiado tarde.
Han alabado, además, que de
nuevo haya sido ella quien haya tenido que asumir esta parte de la
historia de su partido, cuando Cospedal en el momento de los hechos
no tenía ninguna responsabilidad en el mismo. Añadían que mientras
tanto, desde el Gobierno se ponían de perfil para no asumir ninguna
responsabilidad.
Pero el caso no se ha acabado todavía. Es
más, quedan todavía muchas piezas sueltas del asunto de la
corrupción que pueden hacer mucho daño al futuro del partido
conservador. La parte que comienza este lunes, si se solucionan
las cuestiones procedimentales, producirá en los próximos días
muchos sobresaltos. Se incrimina también al Partido Popular
Además,
en el PP se admite que hoy empieza un nuevo calvario para el
partido, pues entre los 300 testigos que tienen que acudir a
declarar, y estos tienen la obligación de decir la verdad en su
comparecencia, se encuentran Cascos, Rato, Acebes, Javier Arenas,
Mayor Oreja y Esperanza Aguirre.
Previamente se tiene que
solucionar una cuestión procedimental. Está previsto que este
lunes comparezca la exministra Ana Mato y un representante del
Partido Popular como responsables civiles, en tanto se les
considera partícipes a título lucrativo por los beneficios
obtenidos por implicados en la trama.
También está llamada a
declarar como tercera partícipe a título lucrativo Gema
Matamoros, esposa de Guillermo Ortega, uno de los 37 acusados en este
juicio por el que se le piden 50 años de cárcel.
Tras estas tres
declaraciones, deberían comparecer los ya condenados en
Valencia, Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez. Pero su
comparecencia ha sido pospuesta porque los tres han sido citados
para el mismo día en Valencia por el Tribunal que les ha condenado.
Ante la gravedad de las penas se estima que podrían ser obligados a
entrar en prisión incluso antes de que recurran la sentencia a
instancia superior.
Cuando se conozca la decisión del
Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Valencia, el tribunal
de Madrid fijará la nueva fecha para los testigos. Entre los 300
citados como testigos hay tres ex vicepresidentes con José María
Aznar: Francisco Álvarez Cascos, Rodrigo Rato y Javier Arenas, además de
otros tres ministros, Ángel Acebes, Jaime Mayor Oreja y Esperanza
Aguirre, que además fue presidenta de la Comunidad de Madrid.
Desde
el partido ven con especial preocupación lo que pueda suceder
con la declaración de Javier Arenas, el único de los
exvicepresidentes que todavía ocupa un puesto destacado en el
partido, pues ha vuelto a ser nombrado vicesecretario del Área
Autonómica y Local por Mariano Rajoy.
Entre militantes
populares asistentes el fin de semana al Congreso en Madrid, el
sentir que transmitían es que lo mejor que le puede suceder al
partido es que todos los juicios pendientes se celebren cuanto
antes para poder llegar a las próximas elecciones municipales y
autonómicas de dentro de dos años con el partido limpio.
No
descartaban además que las propias elecciones generales tuvieran
que celebrarse también ese año, en el mejor de los casos de que se
llegue a un acuerdo sobre los Presupuestos y que no haya que
anticiparlas.
El portavoz del partido en el Congreso de los
Diputados, Rafael Hernando, daba por hecho la pasada semana que los
socialistas tratarán de forzar el final de la legislatura cuando
falte un año para culminarla, por lo que el 2019 se puede se
convertir en el año que aglutine a todas las elecciones.
(*) Periodista
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