MURCIA.- Anpier, la Asociación Nacional de Productores de Energía
Fotovoltaica, considera que se podrían contener las tendencias alcistas
que se producen cíclicamente en el mercado eléctrico español cuando no
entran las renovables -que son las que colocan los precios por debajo de
los 40 €/mw- si el Gobierno ajustara el sistema de formación de precios
de la energía, que retribuye todo el suministro al precio marcado por
la última unidad necesaria para cubrir la demanda estimada para cada
día.
Actuar sobre el mecanismo diario de fijación de precios y evitar
sobre retribuciones supondría una bajada aproximada del 20% del precio
del mw en momentos como el que acaba de atravesar nuestro sistema
eléctrico y que generan además pérdida de rentas familiares y de
competitividad, un déficit de tarifa virtual, al establecerse un precio
ficticio del coste de generación, puesto que lo normal en momentos
similares al actual, con escasez de precipitaciones, ha sido que el
megawatio se situara en los 60-65 euros/mw.
La normativa actual hace que la participación de los ciclos
combinados de gas y el carbón en el mix energético, marquen el precio de
mercado, y este sea extremadamente alto para retribuir a otras fuentes
de producción cuyos costes de generación son muy inferiores a dicho
precio, produciéndose así sobre retribuciones injustificadas, que
suponen cifras millonarias de ingresos para las eléctricas. Además, nos
encontramos con que los costes de generación de estas tecnologías, gas y
carbón, decisivas para marcar precio diario de la electricidad, son
totalmente opacos al no existir un mercado secundario organizado, como
en existe en el caso del petróleo, el Brent.
Este "secreto silenciado" fue ya denunciado por la propia Unión
Europea, que advirtió de esta grave anomalía en el Dictamen del Consejo
sobre el programa de estabilidad de España para 2012-2015, donde la
Comisión dice: "Una competencia insuficiente en el sector energético ha
contribuido, al menos en parte, a la constitución del déficit tarifario
al favorecer una compensación excesiva de algunas infraestructuras,
tales como centrales nucleares y grandes centrales hidroeléctricas, ya
amortizadas". Con la agravante de que estas tecnologías no están
sometidas a ningún tipo de competencia a ser mercados cautivos al que no
hay acceso posible.
Un diagnóstico que está en total armonía con el Informe Fabra,
trabajo que destapa que "Los precios percibidos por las centrales
nucleares se sitúan entre un 180 y un 227% por encima de sus costes
remanentes. En el caso de las centrales hidroeléctricas los precios
percibidos se sitúan por encima de sus costes remanentes entre un 480 y
un 600%. Estos márgenes se generan, además, en la explotación de bienes
públicos –la fuerza hidráulica de las cuencas hidrográficas españolas-
mediante concesiones administrativas que nunca fueron adjudicadas en
concursos públicos competitivos".
El presidente de Anpier, Miguel Ángel Martínez-Aroca manifiesta la
indignación y el tedio que el sector fotovoltaico soporta cada vez que
escucha "las sorprendentes justificaciones que se aportan a la sociedad
desde el Gobierno y las grandes eléctricas para explicar el desorbitado
precio de la luz en España; primero las renovables fueron el chivo
expiatorio de los precios elevados y, ahora que nos han recortado
drásticamente, cuando nos encontramos con otro escenario de subida de
tarifas, se atribuye el alza a la falta de agua y viento, cuando,
realmente, lo que falta es una normativa que busque el interés general".
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