LUCERNA.- El ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de
Guindos, recalcó este jueves ante las críticas de algunos banqueros a
la posible fusión de Bankia con BMN que habrá una puja con toda
transparencia por esa última entidad antes de que el Gobierno tome una
decisión sobre el futuro del banco.
"Yo entiendo las críticas de todo el mundo, a veces no las comparto, lógicamente", señaló De Guindos.
"Lo que les diría es que esto es una fase de estudio, antes
de llevar a cabo esa posible potencial fusión de Bankia con BMN se
abrirá un periodo en el cual el que esté interesado en pujar por BMN lo
podrá hacer y si la puja es interesante para el conjunto de los
contribuyentes, el FROB procederá a la venta del mismo", indicó.
Explicó que va a haber un plazo para ofertas de parte de
terceros que consideren que merece la pena esa puja por el BMN, un
proceso que "se hará con absoluta transparencia".
Solo "si no hay ninguna oferta que consideramos sea adecuada
entonces a lo que procederemos es al estudio de la integración de
Bankia con BMN", subrayó.
Los analistas de las principales entidades financieras
españolas han aplaudido la eventual fusión de Bankia y BMN, pero ha
generado numerosas criticas por parte de los banqueros.
Para los expertos, la unión en un solo grupo de las dos
entidades en manos del Estado tiene "sentido económico, industrial y
aporta valor a los accionistas de ambas", en última instancia, el propio
contribuyente.
Sin embargo, los consejeros delegados de Bankinter, María
Dolores Dancausa, y BBVA, Carlos Torres Vila, han sido algunos de los
banqueros que han criticado públicamente esta posibilidad en las últimas
semanas.
Los dos fueron los primeros en abogar por que Bankia se
centre en devolver las ayudas recibidas y BMN, fruto de la alianza de
Caja Murcia, Caja Granada y la balear Sa Nostra, sea subastada.
Es lo que sucedió con Novacaixagalicia, CatalunyaCaixa y
Banco de Valencia, puesto que las inyecciones de fondos europeos
recibidas teniendo en cuenta su tamaño las abocaban a una subasta o una
liquidación y les colgaban la etiqueta de entidades "en resolución".
Pero Bankia y BMN estaban en otra categoría a ojos de la
Comisión Europea (CE), la de entidades "en reestructuración", y para ese
fin eran las ayudas públicas que se les inyectaron con el objetivo no
de quedar a disposición de cualquier otro banco, sino disminuir su
tamaño, número de oficinas, empleados y salir de determinados segmentos
de actividad durante un tiempo concreto.
Este plazo estaba limitado a 5 años y finaliza en el verano
de 2017, por lo que a partir de entonces estas entidades, al igual que
ha pasado en el resto de Europa con la holandesa ING o la británica RBS,
podrán volver a jugar un papel protagonista y tendrán vía libre para
participar en operaciones corporativas, entre las que se incluye la
fusión si su principal accionista, el Estado a través del FROB,
considera que es la opción más acertada.
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