MADRID.- Por la carretera que lleva a Mazarrón, en la costa de Murcia, una ciudad interrumpe el paisaje de pitas, polvo e invernaderos. En mitad de la nada, como si fuera Las Vegas, surge Camposol. A más de 20 kilómetros de la playa, hace unos 25 años un constructor comenzó a levantar casas modestas y a venderlas en Londres.
Lo que
parecía un sueño visionario hoy es una pesadilla para muchos
compradores. Hay 3.500 casas sin licencia de primera ocupación, 550 de
las cuales interrumpen el cauce de una rambla que hace dos años ya
inundó las viviendas y que el Ministerio de Medio Ambiente quiere
demoler. Este es el 'gulag' en el que han caído atrapados miles de
británicos que buscaban sol, golf y precios baratos, según publica http://www.elconfidencial.com
El lugar tiene sol, campos de golf y 'fish and chips'. No hace falta
hablar español. La palabra urbanización se queda corta para definir
Camposol. Hay casi 4.000 casas, un 80% de ellas en manos de británicos.
Los británicos que durante años habían soportado los desperfectos de
Camposol habrían dicho basta. El pasado mes de mayo fueron al Parlamento
regional con un demoledor informe sobre su urbanización. "La promotora Justo y Manoli, que pertenece al Grupo Masa, no cumplió con la ley en la construcción de 3.742 viviendas
en Camposol ni el Ayuntamiento ni las autoridades intervinieron para
evitar esta inhumana violación de los derechos humanos", explican. Ahí
desgranan la cantidad de fallos que sufren: hay 550 viviendas "construidas ilegalmente en el camino de la rambla", otras 234 sufren con graves problemas estructurales, otras 585 tienen problemas de abastecimiento de agua y 1.579
casas están en zonas con calles llenas de agujeros y sin alumbrado
público. Solo un puñado tiene licencia de primera ocupación. El resto supuestamente no están terminadas y no tienen los papeles en regla.
En los sectores que se construyeron al principio hay gente que vive
cómodamente y casi todas las casas están ocupadas. La mayoría tiene una
pequeña piscina.
Pese a ser un pueblo de unos 5.000 vecinos censados (la
población puede llegar a los 8.000 en temporada alta) no hay ni
jardines ni una instalación deportiva pública. No se ven papeleras ni
pasa un barrendero. Pero no está sucio. Los vecinos se han organizado y
cuadrillas de voluntarios mantienen plantas al lado de las calles.
Recogen donativos para hacerlo.
El grupo Masa -que no ha contestado a las llamadas- es una promotora de Alicante
que como tantas aprovechó el 'boom' del litoral. Formalmente Camposol
no era una obra del Grupo Masa, sino de una empresa de sus dueños que se
llama Justo y Manoli.
Justo y Manoli está en liquidación y no hay nadie a quien pedirle responsabilidades. El Grupo Masa sí existe, pero oficialmente no tiene nada que ver.
El Ayuntamiento de Mazarrón se niega desde entonces a recepcionar la
urbanización porque supondría asumir todos los servicios, y afirma que
no puede pagarlos. Por eso solo un puñado de viviendas tienen licencia
de primera ocupación. Algunas casas se están hundiendo porque la
constructora quitó la cima de una colina y no cimentó bien. Se ven
chalés resquebrajados. No son problemas estructurales escondidos, sino
que saltan a la vista.
La burocracia siempre llegó tarde en Camposol. El 23 de marzo de
2005, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS, dependiente del
Ministerio de Medio Ambiente) abrió expediente a la constructora por
ocupar el cauce de una rambla, la de los Aznares. La sanción era de solo 1.500 euros
pero le ordenaba parar. Justo y Manoli recurrió a la justicia y con eso
suspendió la sanción. Siguió trabajando sin que nadie se lo impidiera.
"La
Justicia nos dio la razón en una sentencia de 2012, sin embargo la
urbanización ya estaba construida", explica por correo la CHS, como si
fuera una fatalidad. En junio de 2015, diez años después del primer e
inútil expediente, la CHS abrió otro expediente, este por infracción muy
grave, y propuso una sanción de 7,8 millones de euros al Ayuntamiento y
la constructora. Además, envió el caso a la Fiscalía y el 1 de junio pasado lo elevó al Consejo de Ministros para que resuelva la sanción. Solo habían pasado 11 años desde que supo que se estaba construyendo en la rambla y dos y medio desde las inundaciones.
La cónsul británica en Alicante, Sarah-Jane Morris, ha visitado Camposol y conoce el problema.
Al contrario que en otros casos aquí no hay banco al que poder reclamar
ya que muchas de las viviendas, que costaban decenas de miles de
euros, se pagaban al contado.
El consulado y la embajada están intentando mediar pero la cónsul señala
que no es sencillo dar salida a una urbanización sin papeles.
Phil Gelling, el presidente de la asociación de
vecinos, cree que en Murcia no se han dado cuenta de la mala imagen que
les da Camposol en el Reino Unido. Hay gente que se está marchando y
cuentan su experiencia. Hay muchas casas en venta.
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