CARTAGENA.- El alcalde de Cartagena, José López, afirmó este martes que la
declaración ante el Seprona de un extrabajador de la desalinizadora de
Escombreras, en la que admitió que se manipuló el medidor de arsénico
del agua producida, supone un "escándalo mayúsculo" porque puede haber
afectado a la salud de la población.
En un comunicado, López declaró que, a raíz de estas palabras, el
proyecto de la planta pasó de ser "un asunto turbio desde el principio" a
un "escándalo mayúsculo" puesto que ya no se trata de las dudas que
genera la planta respecto a su adjudicación, su gestión, su precio o su
utilidad, sino que se trata de la "salud de las personas".
Al respecto, el regidor precisó que si antes era obligado aclarar si
el agua que se tomaba era la idónea, ahora es "imprescindible" aclarar a
los ciudadanos si los controles eran los oportunos y si se suministró a
la red de suministro humano "agua descontrolada de lodo voluntario y
que podría contener arsénico".
López recordó que en febrero de este año decidió que el municipio no
consumiera agua de la planta arrendada por el Gobierno regional, "cuya
calidad estuviera en duda", lo que le permite lanzar un mensaje de
tranquilidad a la población, pero también uno de "firmeza", anunciando
que seguirá colaborando con la Fiscalía y la Justicia.
Finalmente, y en su condición de alcalde y consejero de la Autoridad
Portuaria de Cartagena, exigió "explicaciones públicas" a todas las
partes implicadas, ya sean técnicos, políticos y empresas involucrados
en la gestión de la planta.
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