CARAVACA DE LA CRUZ.-La directora general de Fondos Agrarios, Carmen García Frago, visitó
esta mañana varias fincas agrícolas del municipio de Caravaca de la Cruz
en las que se aplican mejoras ambientales y se fomenta la
biodiversidad, objetivos prioritarios de la nueva Política Agraria Común
(PAC).
Estas explotaciones se benefician de una ayuda europea
anual por hectárea, denominada 'pago verde' o 'greenning', que reportó a
la Región durante la campaña pasada ayudas europeas por un valor
aproximado de 14 millones de euros.
García Frago explicó que entre
las prácticas que llevan a cabo los agricultores destacan la
diversificación de cultivos, el mantenimiento de pastos permanentes, de
gran importancia para la captura de carbono, y el establecimiento de
superficies de interés ecológico. Para lograr los objetivos de esta
medida, "estas prácticas deben aplicarse a la totalidad de la superficie
admisible de la explotación", agregó.
Durante la campaña 2015,
13.866 agricultores de la Región solicitaron derechos de pago básico,
con 386.335 hectáreas de cultivo declaradas, de las que 221.895
hectáreas tienen derecho al mismo.
Cuentan con el reconocimiento
inmediato al 'greening' aquellos agricultores que se dedican a la
agricultura ecológica, los que están acogidos al régimen de pequeños
agricultores establecido en el año 2015 -aquellos productores que cobren
menos de 1.250 euros de pagos directos-, y los que disponen de cultivos
permanentes como viñedo, olivar, cítricos, frutales y, en general,
cultivos que permanecen en el terreno durante cinco años o más y que no
entran en la rotación de cultivos de la explotación.
La directora
de Fondos Agrarios afirmó que "los resultados provisionales de la
aplicación del 'greening' durante este primer año son satisfactorios en
términos medioambientales". No obstante, reconoce que "no se ha
producido un incremento relevante de las superficies de los grandes
cultivos", aunque "existe un aumento" de la superficie cultivada de
determinadas proteaginosas, como guisantes secos y habas, y leguminosas,
como lentejas y garbanzos, de interés ecológico, así como de las
tierras dedicadas al barbecho.
También se observa un efecto
positivo en la diversificación de cultivos y un aumento de la
biodiversidad y de la calidad del suelo, ya que un buen número de
explotaciones, aunque mantienen la misma superficie total de cultivo, ha
aumentado el número de cultivos en 2015, en relación con el año
anterior.
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