MURCIA.- El alférez jefe del Área de Antropología Forense del Departamento
de Identificación del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, Carlos García Corrochano, que recientemente ha participado en
la identificación de las once personas fallecidas en la caída de un F-16
griego en la base aérea de Los Llanos en el que se identificó a las
víctimas en tiempo récord (24 horas), opina que el problema del
accidente del Yak-42 de 2003, en el que fallecieron 75 personas, entre
ellas 62 militares españoles, "fue que la identificación fue realizada
por equipos que no estaban especializados en este tipo de trabajos".
"No
era personal entrenado en la identificación de víctimas en
catástrofes", ha resaltado,
en la que se ha hecho hincapié que en la historia del Equipo de
Identificación de la Guardia Civil, creado en 1992, no ha habido
errores, "siempre se ha seguido estrictamente el protocolo de actuación y
se ha identificado a los cadáveres con rigurosidad científica".
En
este sentido, ha explicado que "no cuentan con un tiempo límite" para
identificar a las víctimas, sin embargo, "pretendemos identificar los
cuerpos en el menor tiempo posible, a lo que dedicamos todo el tiempo
que sea necesario".
El problema es "la dificultad de
identificación, si se trata, por ejemplo, de extranjeros, que aún se
complica más", pero, ha querido dejar claro, que no se fijan tiempos,
"lo importante es trabajar de forma rigurosa para evitar que, por prisas
o presiones ambientales que, sin duda, siempre existen, haya errores".
"Nuestro
tiempo no está limitado, para nada, pero sí que es cierto que queremos
hacerlo en el menor tiempo posible, pero depende de las circunstancias y
el estado de los cadáveres, por ejemplo, si están en avanzado estado de
descomposición", ha apostillado.
El caso con mayor número de
víctimas y en el que este departamento de la Guardia Civil trabajó en
exclusiva fue el del accidente de Spanair en 2008, con 154 víctimas, "en
el que estuvimos trabajando nueve días en la identificación total de
las víctimas". Con diferencia, ha subrayado, fue el peor siniestro en el
que han trabajado.
"No solo por el volumen de cadáveres, sino
porque iban pasajeros de hasta 15 nacionalidades distintas, lo que
supone una dificultad añadida porque hay que mantener contacto con las
distintas embajadas y consulados", ha recalcado.
Este equipo de la
Guardia Civil también ha participado en el accidente ferroviario de
Chinchilla de 2003, una colisión de trenes que acabó con la vida de 19
personas y dejó unos 50 heridos, o en actuaciones del Ejército español
con misiones en el extranjero, como fue el caso del accidente del
helicóptero español en Afganistán de 2005 donde murieron 17 soldados
españoles.
Su primera intervención fue en 1996 en el accidente de
autobús en Bailén (Jaén) donde fallecieron 29 personas, carbonizadas,
siguiendo el mismo año la de la riada del camping de Biescas, en el que
murieron 87 personas y 183 resultaron heridas.
También han
colaborado en el atentado del 11M de 2004 y el accidente de avión de
Germanwings en Los Alpes, en el que han participaron tres agentes de la
Guardia Civil especializados en criminalística, "quienes trabajaron de
enlace con las autoridades francesas, facilitando datos Ante Mortem". En
2014, ayudaron a identificar los cuerpos del helicóptero del Ejército
accidentado en Canarias y localizado a 2.000 metros de profundidad.
En
Murcia, el Departamento de Identificación del Servicio de
Criminalística de la Guardia Civil, un equipo "multidisciplinar"
compuesto por unas 40 personas, se encargó de identificar el cadáver de
un finlandés en la rambla de Valdelentisco en Isla Plana (Cartagena) en
2012, "gracias a la regeneración dactilar que se practicó".
En
todas estas intervenciones, ha querido resaltar Carlos García Corrochano, "las identificaciones han sido positivas, no ha habido
errores".
El Servicio de
Criminalística de la Guardia Civil se encarga de la identificación de
cadáveres en accidentes con víctimas múltiples, lo que "requiere un
procedimiento técnico-científico, un trabajo de protocolo, organización e
identificación en el tiempo más breve posible", es "en lo que nos
centramos".
Para ello utilizan métodos "rigurosamente" científicos
como pueden ser los métodos odontológicos o de ADN, "datos que cruzamos
con la de los familiares o personas conocidas". De tal forma, se
dividen principalmente en dos equipos, el del 'Ante Mortem' (AM), con
entrevistas a familiares y amigos para conocer datos de los fallecidos
como características físicas, ropa que llevaban o fotografías, "todo lo
que ayude a la identificación".
El otro equipo es conocido como
'Post Mortem' (PM), que se encarga de obtener todos los datos de los
cuerpos, "etiquetarlos, enumerarlos y tomar muestras de la huella
dactilar, las de ADN, y los odontogramas (radiografías de la boca) de
los cadáveres.
En definitiva, "se trata de un cruce de datos de
las muestras que se obtienen de los cadáveres con las que se obtienen de
los familiares directos o las fichas odontológicas que pudiera tener la
víctima".
Carlos García Corrochano ofreció a las 12.30 horas la
conferencia la 'Actuación de la Guardia Civil en catástrofes con
múltiples víctimas' en el campus de La Merced en el Paraninfo, donde
ha explicado la labor del equipo de catástrofes de la Guardia Civil, las
distintas actuaciones en las que han trabajado desde su creación en 1992
y cómo se protocolizan todas estas actuaciones.
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