MURCIA.- Un sector del partido, absolutamente afín a Ramón Luis Valcárcel, va a intentar provocar la dimisión de Alberto Garre como presidente del Gobierno autónomo para que le sustituya, "como es natural", el consejero Pedro Antonio Sánchez, una vez que sea proclamado oficialmente hoy como candidato del PP a San Esteban, según fuentes de este sector, que ya no le ve sentido a la presencia interina del ex presidente de la Asamblea Regional al frente del Ejecutivo.
Las mismas fuentes esperaban para hoy mismo, o a lo sumo mañana viernes, esa dimisión voluntaria de quien se ha venido desde el primer minuto postulando en Madrid para ser el candidato en contra de lo preestablecido por el aparato del PPRM. Esa postulación habría tenido, en principio, una buena acogida por María Dolores de Cospedal, quien habría animado a Garre a persistir en su empeño hasta que el diputado Martínez-Pujalte intentó él mismo ser el candidato, frente a las pretensiones de Garre, animado tácticamente por individualidades del sector de Valcárcel, lo que hizo a la secretaria general del PP abandonar a su suerte a Garre al detectar traiciones y división en sus filas, y sucumbir finalmente a las enormes presiones del propio Valcárcel en Madrid para asistir a su 'delfín'.
Pese a que Garre sabía desde siempre que él era una solución puente de compromiso hasta que Sánchez pudiera liberarse de sus imputaciones judiciales para ser propuesto como el verdadero sucesor al frente del Gobierno y del partido, el actual presidente pronto rompió tácitamente el acuerdo institucional con Valcárcel y se creyó investido de facto al considerar que su consejero de Educación no podría zafarse nunca en los tribunales de su sospechoso pasado.
Ahora, ese sector del PPRM absolutamente afín a Valcárcel y Sánchez, no ve otra salida que la inmediata dimisión de Garre para que el proclamado consiga toda la proyección pública necesaria en su calidad de candidato en las elecciones del 25 de mayo, hasta forzarla si fuese necesario desde la Asamblea Regional a través de su mayoría absoluta.
En una maniobra un tanto a la desesperada, Garre, que hoy ha permanecido 'noqueado' tras conocer oficialmente que Sánchez y no él era el escogido, ha dicho que mantendrá al consejero de Educación tras su designación como candidato popular a la presidencia de la Comunidad aunque deja en su mano la decisión de dejar el Ejecutivo para centrarse en las elecciones, expresión sutil de una invitación a que ponga tierra por medio y le deje gobernar a ver si suena la flauta de una nueva imputación y él (Garre) volviera a tener opciones si aguanta y no dimite.
La querella del fiscal por las obras del auditorio de Puerto Lumbreras es todavía la mayor amenaza para Sánchez en este momento. La Sala de lo Civil y Penal del TSJ decidió el pasado lunes, con el voto en contra del magistrado Manuel Abadía, remitir la querella a los juzgados de Lorca pese a que el consejero está aforado. En caso de encontrar indicios de delito contra Sánchez, el juzgado lorquino a que corresponda por turno deberá enviar una exposición razonada al TSJ. Sin embargo, la Fiscalía anunció que recurrirá la decisión ante la misma Sala del TSJ, que deberá pronunciarse al respecto en los próximos días.
Sánchez recordó hoy, tras saberse nominado que, como el resto de miembros del Consejo de Gobierno, él está a disposición de lo que decida sobre su persona el presidente Garre, quien se encontraría ya en una situación muy precaria frente al aparato del partido y el propio grupo parlamentario en la Asamblea tras su fallido golpe de mano contra Sánchez y Valcárcel, esperpento de Martínez-Pujalte al margen.
En una maniobra un tanto a la desesperada, Garre, que hoy ha permanecido 'noqueado' tras conocer oficialmente que Sánchez y no él era el escogido, ha dicho que mantendrá al consejero de Educación tras su designación como candidato popular a la presidencia de la Comunidad aunque deja en su mano la decisión de dejar el Ejecutivo para centrarse en las elecciones, expresión sutil de una invitación a que ponga tierra por medio y le deje gobernar a ver si suena la flauta de una nueva imputación y él (Garre) volviera a tener opciones si aguanta y no dimite.
La querella del fiscal por las obras del auditorio de Puerto Lumbreras es todavía la mayor amenaza para Sánchez en este momento. La Sala de lo Civil y Penal del TSJ decidió el pasado lunes, con el voto en contra del magistrado Manuel Abadía, remitir la querella a los juzgados de Lorca pese a que el consejero está aforado. En caso de encontrar indicios de delito contra Sánchez, el juzgado lorquino a que corresponda por turno deberá enviar una exposición razonada al TSJ. Sin embargo, la Fiscalía anunció que recurrirá la decisión ante la misma Sala del TSJ, que deberá pronunciarse al respecto en los próximos días.
Sánchez recordó hoy, tras saberse nominado que, como el resto de miembros del Consejo de Gobierno, él está a disposición de lo que decida sobre su persona el presidente Garre, quien se encontraría ya en una situación muy precaria frente al aparato del partido y el propio grupo parlamentario en la Asamblea tras su fallido golpe de mano contra Sánchez y Valcárcel, esperpento de Martínez-Pujalte al margen.
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