MURCIA.- La Consejería de Agricultura y Agua, a
través de las direcciones generales de Medio Ambiente e Industria
Agroalimentaria y Capacitación Agraria, ha pedido la concesión de un
proyecto LIFE para conservar a largo plazo los palmerales y palmitos
existentes en los Lugares de Interés Comunitario (LIC) 'Río Chícamo' y
'Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila', ante la amenaza
que supone el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) para las palmeras
en la Región.
Esta iniciativa cuenta con la colaboración del
Ayuntamiento de Abanilla y tiene como socios participantes a la
Universidad de Murcia y las empresas Sanidad Agrícola Econex S.L., Glen
Biotech S.L. y Grupo Tragsa, según han informado fuentes del Gobierno
regional en un comunicado.
El objetivo de este proyecto es buscar
fórmulas efectivas novedosas para contribuir a la supervivencia del
palmeral del hábitat de ribera del LIC Río Chícamo, en Abanilla
(conformado por más de 25.000 ejemplares), y de las garrigas de palmito
del LIC de Calblanque, integrados ambos en la Red Natura 2000, frente a
los efectos de la citada plaga.
Así, entre las acciones
planteadas figura demostrar la viabilidad de medios de detección
eficaces, a través de tecnología ligada a drones, más rápidos y con una
buena relación coste/beneficio, y establecer, a través de la implicación
de las poblaciones locales y propietarios privados, un sistema de
alerta temprana zonal, así como barreras de entrada y propagación,
mediante cinturones de trampas de alta eficacia y trampeo infectivo
basado en patrones de vuelo.
Se plantea asimismo controlar la
población de picudo rojo en el entorno del LIC Río Chícamo (donde fue
detectada la plaga en abril de 2009), hasta alcanzar niveles próximos a
la erradicación, evitar su propagación en la especie de palmácea
Chamaerops humilis en el LIC de Calblanque, mediante el establecimiento
de protocolos de prevención y generando conciencia sobre el papel que
debe jugar la sociedad en el control de las especies exóticas invasoras.
Y es que, el principal vector de introducción del picudo rojo en el
continente europeo fue la importación de palmeras. El primer foco en
España fue detectado en la provincia de Granada en 1995.
Posteriormente se ha ido expandiendo a la Comunidad Valenciana (2005),
Cataluña (2005), Islas Canarias y Baleares (2006), Ceuta (2009) y Aragón
(2010). El primer registro de la especie en la Región de Murcia data de
2005. Actualmente hay detectados unos 40 focos.
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